Salario mínimo punto de quiebre en pactos comerciales

México está en desventaja en el TLCAN por este concepto, para evitarlo se requiere mejorar la competitividad

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 .  (Foto: Getty)

La construcción de una zona comercial norteamericana dinámica, ha sido tarea, desde la década de los noventa, de los tres países protagonistas que conforman esta área geográfica: México, Estados Unidos de Norte América (EEUU) y Canadá.

Esta unión mercante forjada por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se ha ido desvaneciendo paulatinamente, hasta llegar a puntos críticos y proteccionistas, inducidos por el gobierno estadounidense y que han dado pauta a la imposición de aranceles a sus importaciones de acero y aluminio, no solo provenientes de México y Canadá, sino también de la Unión Europea. Todo ello, desde los primeros minutos del 1o. de junio de 2018.

Uno de los argumentos fuertes que ha ido fortaleciendo la postura estadounidense de desacelerar sus relaciones comerciales e imponer medidas como la citada, específicamente con los Estados Unidos Mexicanos, es la disparidad de condiciones en la remuneración salarial mínima, entre otros temas. Si se hace referencia al salario mínimo de ambas naciones (México y EEUU) y sus diferencias, encontramos una desigualdad considerable.

Según datos de National Employment Law Project, el monto de dicho concepto aumentó en 18 entidades de EEUU, desde el 1o. de enero de 2018. Dentro de estas, Alaska se ubica como el Estado con la remuneración base más baja, con apenas 9.84 dólares americanos por hora trabajada, mientras que Washington se coloca en la primera posición de aumento salarial con 11.50 dólares americanos por hora; entretanto, en la República Mexicana, el salario mínimo general, por día laboral, es de 88.36 pesos.

Para tener un ejemplo más concreto de la desproporción en la percepción mínima salarial entre estos países, se puede asentar que una hora de trabajo en Alaska (región con el menor pago de salario base, en los aumentos de 2018) equivale a 194.24 pesos –al tomar el precio del dólar a 19.74 pesos,  con datos al 1o. de junio de 2018–; es decir, una hora laboral en Alaska es igual a 2.19 días de trabajo en México.

También, es preciso aclarar que en torno al Índice Nacional de Precios al Consumidor, los salarios mínimos estadounidenses son más remuneradores que los mexicanos y la capacidad de compra de los norteamericanos no se ve acotada en la adquisición de los bienes de consumo básico.

De esta suerte, es prácticamente imposible que una relación comercial y económica pueda prosperar, pues para forjar un verdadero intercambio es necesario el desarrollo interno de los aspirantes a formarla; es menester de cada Estado velar, primero, por su bienestar, y este no se logra acumulando tratados o lazos comerciales, sino a través de la identificación sus ventajas comparativas y los estímulos constantes otorgados a los empleadores y a la fuerza de trabajo.

No existe nación que posea buena calidad de vida y que no haya atendido antes su florecimiento interior que la formación de vínculos internacionales.

Así las cosas, cualquier nación debe prestar atención a las tendencias generales de crecimiento en el mundo globalizado, si verdaderamente quiere ser competitiva; para ello, es necesario: vislumbrar, fortalecerse, relacionarse y progresar.