Entre los motivos por los que trabajan los menores destacan, el pago de la escuela y gastos propios, 22.1%; el gusto de ayudar, 21.9%; por aprender un oficio, 14.7%; pagar deudas, no estudiar u otra razón, 12.8%, y porque el hogar necesita de su aportación económica, 10.7%, señaló la diputada priista, Ruth Noemí Tiscareño Agoitia.
De acuerdo con el Módulo de Trabajo Infantil elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el número de niñas, niños y adolescentes entre 5 y 17 años de edad ascendió a 29.3 millones en 2017; de estos, 3.2 millones (11%) realizaron trabajo infantil, 62.7% hombres y 37.3% mujeres, refirió.
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La legisladora denunció que este problema daña a la sociedad y, en específico, a millones de infantes, al negarles el acceso a la educación por su temprana incursión a la actividad laboral.
Asimismo, infringe los derechos humanos constitucionales a la salud, al bienestar, al sano desarrollo y, sobre todo, a la educación, la cual es una herramienta fundamental que les permitirá alcanzar mayor preparación, para que en un futuro puedan acceder a mejores aspiraciones y oportunidades laborales.
Tiscareño Agoitia señaló que el número de niñas y niños que trabajan, es un fenómeno que no conoce fronteras y que ha encontrado en la globalización un aliado potencial para extenderse por todo el mundo, a pesar de que lo prohíben las legislaciones nacionales e internacionales.
Por lo anterior presentó una propuesta para exhortar a las dependencias del gobierno federal y autoridades de las entidades federativas, para fortalecer acciones que prevengan y erradiquen el trabajo infantil en nuestro país.