Cerca de 73 millones de niños desempeñan trabajos peligrosos. Esta cifra representa casi la mitad de los 152 millones de niños de 5 a 17 años que todavía trabajan. Estos menores se afanan en minas, campos, fábricas y hogares, están expuestos a pesticidas y otras sustancias tóxicas, tienen que acarrear cargas pesadas o soportar largas jornadas.
En 2018, el Día Mundial contra el Trabajo Infantil está dedicado a la eliminación del trabajo infantil peligroso. Se trata de un objetivo prioritario de las campañas más amplias de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para luchar contra el trabajo infantil y promover un entorno de trabajo seguro y saludable para los jóvenes en edad legal de trabajar.
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En un nuevo informe de la OIT, titulado en inglés Hacia la eliminación urgente del trabajo infantil peligroso , se pone de manifiesto que determinados riesgos profesionales, como la exposición al estrés psicológico y a los productos químicos más frecuentemente utilizados, resultan aún más perjudiciales para los niños que lo que se creía hasta el momento.
Si bien el número total de niños ocupados en trabajos peligrosos ha disminuido en los últimos años, esta mejora solo ha beneficiado a los niños más mayores. Entre 2012 y 2016 apenas disminuyó el número de niños trabajadores de 5 a 11 años, e incluso aumentó el trabajo peligroso entre los niños más jóvenes y vulnerables.
En la "Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible" se reafirma la urgencia de eliminar las peores formas de trabajo infantil, incluido el trabajo peligroso, así como la necesidad de promover entornos de trabajo seguros para todos los trabajadores y, de aquí a 2025, de poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.