En Puebla y Colima es donde más se discrimina

En México, la discriminación se potencializa cuando se trata de grupos vulnerables

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 .  (Foto: iStock)

En Puebla y Colima, 3 de cada 10 personas fueron víctimas de algún acto de discriminación sin importar el grupo social al que pertenezcan, según la Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis). Pero la situación es generalizada. En México prevalecen altos índices de discriminación por apariencia física, situación económica, creencias religiosas y/o culturales y orientación sexual. 2 de cada 10 habitantes de 18 años o más aseguró que se le negó alguno de sus derechos de manera injustificada y más de la mitad (53.8%) afirma que se le ha discriminado al menos una vez en el año por su tono de piel, estatura, forma de vestir o de hablar.

En México, la discriminación se potencializa cuando se trata de grupos vulnerables, como las comunidades indígenas, las personas con capacidades físicas o mentales distintas, las personas que profesan alguna religión, los adultos de la tercera edad, los jóvenes y niños, las mujeres y los pertenecientes a la comunidad LGBTTTI. Aunado a esto, existe una discriminación múltiple que profundiza el rezago social, cultural, educativo y económico de los grupos vulnerables, que ocurre cuando una persona presenta rasgos de más de un grupo vulnerable simultáneamente. Un ejemplo: mujer indígena, transexual y de piel morena. ¿Otro? Piense en un adulto mayor que profesa una religión minoritaria. Y un infinito etcétera.

La brecha de género

En conjunto con la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), el Conapred (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación) y el Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), el Inegi dio a conocer a través de la Enadis, que la brecha más grande de discriminación en el 2017 se presentó en la categoría de género: 3 de cada 10 mujeres afirman que se les ha discriminado sólo por su condición de ser mujer, mientras que sólo 5.4% de los hombres afirmó haber sido víctima de la discriminación por su género.

En la Ciudad de México y sus estados persisten los niveles más altos de discriminación hacia mujeres: en Puebla 27.4% de la población femenina afirma que fue discriminada al menos una vez en el año, la cifra para la Ciudad de México es de 26.4%, Morelos (25.5%) y el Estado de México (22.1 por ciento).

Las mujeres de 18 años o más aseguraron que los lugares en donde más experimentan muestras de discriminación son el transporte público, las calles, el trabajo o institución educativa en que se encuentran o incluso dentro de sus hogares. En el ámbito laboral, el 18.3% de las mujeres declaró haber recibido menos paga que su equivalente hombre por realizar el mismo trabajo.

Los derechos que más se les niega por su condición de pertenecer al género femenino son la posibilidad de recibir apoyos de programas sociales y la posibilidad de acceder a servicios médicos y recibir medicamentos. Especialmente, 6 de cada 10 mujeres que son empleadas domésticas afirma que sus derechos se respetan poco o nada en México, al menos 9 de cada 10 personas afirmaron que el trabajo de las empleadas domésticas es poco valorado por la mayor parte de la población y el 87.7% de ellas no tuvo prestaciones laborales.

Las mujeres encuestadas aseguraron estar más vulnerables a la violencia y delincuencia, el 29.9% de ellas opina que son el blanco principal de la inseguridad, el 23.9% dice que la violencia injustificada hacia mujeres prevalece sobre la que enfrentan los hombres y el 21.9% asegura que su condición de mujer le ha traído problemas a la hora de encontrar empleo.

Es relevante señalar que los niveles de discriminación de mujeres hacia otros grupos vulnerables son considerablemente más bajos que los que registran los hombres en todas las categorías consideradas; especialmente se identifica un mayor grado de tolerancia por parte de las mujeres hacia las personas que padecen VIH, los que cambiaron de sexo, los gays o lesbianas, los adultos mayores y personas con discapacidad.

Los grupos más vulnerablesAl hablar de una sociedad incluyente, la mayoría de las veces se piensa en equidad de género o en la integración de la comunidad LGBTTTI en la sociedad, pero en realidad se trata de que todos los grupos vulnerables se incorporen en las actividades económicas, sociales y culturales y la vía es el combate a la discriminación.

1 de cada 4 personas con capacidades físicas y mentales distintas aseguraron haber sido víctimas de discriminación en algún establecimiento público, dependencias de gobierno, centros comerciales, transporte colectivo y especialmente en instituciones educativas o laborales y redes sociales. Al menos 5 de cada 10 discapacitados afirman que sus derechos importan poco o nada a la sociedad.

28.9% de los discapacitados dijo que durante el año fue víctima de rechazo para actividades sociales, insultos, burlas, amenazas, agresiones físicas e incluso la expulsión de su persona de alguna comunidad o lugar público. Y 6 de cada 10 personas con capacidades distintas afirma que el motivo por el que experimentó este tipo de situaciones fue por su condición de discapacitado.

Las principales problemáticas que enfrentan los discapacitados son las calles, instalaciones y transportes inadecuados, la escasez de empleo y el costo de sus tratamientos.

Otro de los grupos más afectados por la discriminación en México es el de las comunidades indígenas; el 24.0% de ellos afirmó que fue víctima de la negación injustificada de alguno de sus derechos y 5 de cada 10 indígenas siente que sus derechos son poco o nada respetados en el país.

El rechazo a los indígenas por su etnia prevalece, el 17.5% de los hombres encuestados y el 15.3% de las mujeres aseguró que no rentaría su vivienda a alguien que pertenezca a una comunidad indígena. Además, 75.6% de la población encuestada dijo aceptó que en México las personas indígenas son poco valoradas por la gente.

La población indígena enfrenta no sólo un rezago importante para obtener un empleo, sino que concentra la mayor porción de pobreza en el país y la falta de apoyos o programas sociales por parte del gobierno.

Los derechos que se consideran menos respetados por la población en México son los de personas trans, lesbianas y gays, de acuerdo con la Enadis, 7 de cada 10 personas aseguró que estas comunidades importan poco o nada a la sociedad.

En los habitantes prevalece alto rechazo hacia grupos de la comunidad LGBTTTI, 4 de cada 10 dijeron que aunque tuvieran la oportunidad, no rentarían su vivienda a alguien con VIH o SIDA, tampoco a una persona que cambió de sexo o a un homosexual.

Los prejuicios

Algunas afirmaciones acerca de las características de ciertos grupos de la población prevalecen en la sociedad mexicana fomentando la discriminación; los prejuicios son todavía un elemento persistente en la población mexicana. De acuerdo con la Enadis, son aceptados en su mayoría por hombres. Las mujeres presentan un mayor nivel de oposición ante las afirmaciones que fomentan y justifican la discriminación, como “La mayoría de los jóvenes son irresponsables” o “Los pobres se esfuerzan poco por salir de su pobreza” o “La pobreza de las personas indígenas se debe a su cultura”. Sin embargo, las mujeres son el grupo más afectado por estas ideas que se propagan entre generaciones y que resultan un factor de influencia para la toma de decisiones de algunas personas.

En el 2017, dos de cada 10 hombres aseguraron que algunas mujeres que son víctimas de violación sexual son responsables de ello, debido a que ellas provocan a los hombres. Además, dos de cada 10 hombres también está de acuerdo con la afirmación de que las mujeres deben ayudar en las tareas domésticas en mayor medida que los hombres. De acuerdo con las instituciones que realizaron la encuesta, estas aseveraciones no sólo son discriminatorias, también promueven la violencia de género y alzan el número de delitos.

*Con información de El Economista