La virtud de la reflexión en los directivos reflexivos rinde sus frutos cuando estos deben hacer frente a las crisis que se presenten en la operación diaria; como crisis se entiende aquellas situaciones no previstas en las detonan puntos vulnerables o amenazas.
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Esto implica:
- enfrentar los eventos disruptivos; es decir, demostrar la valentía para confrontar las amenazas que sobrevengan
- revisar cómo se pueden reducir los efectos a nivel corporativo, y
- brindarle confianza a los colaboradores
- hacer un alto y meditar sobre lo que ocurre recordando sus experiencias vividas
- observar con detenimiento los eventos para captar la enseñanza que dejan, al momento en que la contingencia pasó, y
- no olvidar lo pasado porque la historia genera por sí misma una enseñanza (por ejemplo: un terremoto; una situación económica adversa, etc.), así como todas aquellas experiencias pequeñas, vividas al interior de las compañías
De esta manera los lideres fortalecerán sus competencias y en los sucesos que en el futuro se les presenten, tengan la capacidad de reaccionar.