Comunicación, clave del buen líder

La interacción sana entre este y el capital humano ayuda a alcanzar los objetivos corporativos, aquí las habilidades que deben distinguirlo

 .  (Foto: iStock)

Dr. Jorge Iván Marroquín García

Tradicionalmente, las organizaciones que desarrollan su máximo potencial, lo llevan a cabo gracias a la sintonía existente entre el esfuerzo de sus colaboradores y el buen ejercicio del liderazgo; este último es fundamental para motivar la conducta reactiva de los empleados tendiente al logro de las metas.

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Un verdadero líder posee diversas características que le revisten de talante y de la personalidad adecuada para ser seguido; algunas de sus características son las siguientes:

  • es empático
  • constituye los canales adecuados de comunicación
  • pone el ejemplo
  • escucha a sus allegados o colaboradores
  • trabaja en y con el equipo
  • resuelve los conflictos dentro y fuera de su grupo
  • se preocupa por el bienestar  de su gente
  • toma la responsabilidad de su grupo
  • conoce a su organización
  • desarrolla liderazgo en otros
  • lleva a cada integrante de su colectividad a dar lo mejor de sí
  • muestra respeto por todos
  • comprende las tareas por realizar
  • sus órdenes son claras y obedecidas, y
  • existe convicción en su persona y en sus trabajadores, entre otras virtudes

Así, se puede observar que la comunicación es el ingrediente esencial en cada una de las propiedades del buen líder. Toda persona que desee transformarse en un líder real, deberá, primero, ser un comunicador efectivo.

Prácticamente, todo el proceso administrativo, en cualquier organización, une sus eslabones mediante la comunicación eficiente para su correcto funcionamiento: planeación, organización, dirección y control.

Con todo, el liderazgo organizacional deseable en un patrón o en su representante, irá en aumento a través de la buena conexión de ideas con su personal y la correspondencia comunicativa que fije con cada uno de sus recursos humanos.

Para iniciar una conexión oportuna con los colaboradores, antes que todo, quien les dirija debe ceñirse a estos pasos:

  • escuchar, pues esta acción es el punto de partida de una comunicación efectiva, para conocer a cada uno de sus participantes
  • fijar una estrategia, manifestar una táctica que le permita resolver los problemas (o áreas de oportunidad) que estén vigentes en la dinámica de su grupo, y
  • comunicar nuevos mensajes, una vez que se presenten las soluciones, dirigirse a su equipo de trabajo para transmitir aquellos que generen compromiso y acercamiento, en los que tenga intervención directa el líder, en los que él sea el eje y ejemplo y en los que incentive a la participación directa y propositiva de sus trabajadores

Con lo anterior, se dará una nueva proyección a la energía laboral y la productividad tendrá un rumbo más claro.

Uno o varios individuos que expresen lo que la empresa anhela, mediante un buen liderato organizacional, tendrán una respuesta favorable en la colaboración que encuentren en cada uno de sus operarios.


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