En enero el gobierno de México presentó el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, una política que tiene como objetivo solucionar el problema de desempleo y falta de capacitación del sector.
Al respecto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destacó que si bien la iniciativa es una herramienta para aminorar el fenómeno de desocupación juvenil es necesario estructurar políticas públicas integrales que atiendan a las diversas condiciones de los jóvenes.
Tal es el caso de la economía de cuidado, Jóvenes Construyendo el Futuro no contempla ningún tipo de facilidades para que madres jóvenes se integren a este apoyo, pues a pesar de contar con un Régimen de Seguridad social, las beneficiarias no tienen acceso a servicio de guardería.
Al respecto, la secretaria del trabajo y previsión social, Luisa María Alcalde, subrayó que “hay muchas mujeres que se han venido inscribiendo en el programa, tenemos más mujeres que hombres, muchas de ellos con hijos o que se dedican a deberes de cuidado y que han permitido conseguir algún tipo de capacitación cerca de donde viven que les permita atender ambas cosas”.
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En México, uno de cada cinco embarazos es de una madre adolescente, lo que significa que cuando están en edad para ser parte del proyecto, tienen hijos pequeños; según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tres de cada cinco mujeres que no estudian ni trabajan son madres.
Lo anterior debido a que 11.8% de las adolescentes mencionaron el embarazo como primera causa para dejar los estudios, en caso de que sean menores de 15 años el porcentaje aumenta 30.7 puntos.
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De acuerdo con datos del INEGI, la tasa de desocupación de mujeres fue del 3.7% para enero de 2019, es decir 40.8% de las mexicanas no contaron con un empleo formal y 6.7% fueron jóvenes de entre 15 y 29 años, una parte de ellas porque se dedica al empleo no remunerado,
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) destacó que “entre cocinar, limpiar, ir a buscar agua o leña o cuidar de las niñas, los niños y las personas mayores, las mujeres realizan al menos 2.5 veces más trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres. Por tanto, tienen menos tiempo para dedicar al trabajo remunerado o trabajan más horas, combinando trabajos remunerados con otros que no lo son”.
Asimismo, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), evidenció que seis de cada 10 trabajadores del hogar son mujeres y el trabajo doméstico sin paga “es una práctica generalizada para ellas”, en el que de cada 100 personas dedicadas a esta actividad, 63 son de este género.