La política de austeridad del gobierno federal ha ocasionado la salida de más de 11,000 ejecutivos. Además, al aumentar la fuerza de trabajo disponible para ser contratada, muchas industrias han reducido la propuesta de salarios entre 10 y 20%, sostiene Adriana Martínez Guerrero, directora general de ID Hunt.
Otra noticia para los funcionarios es que al salir del gobierno encontrarán que los perfiles para puestos directivos son más exigentes. “Las empresas están pidiendo no sólo a personal especializado y con conocimiento técnico, sino a líderes con mayores competencias de creatividad y resolución de problemas”, comenta en entrevista.
La directora de ID Hunt, empresa especializada en gestión de talento y evaluación de ejecutivos, sostiene que en el inicio de cada sexenio las empresas “son cautelosas para contratar” a directivos. Pero esta vez se conjugan otros dos elementos: una oferta “muy fuerte de talento” del sector público y el poco gasto de la administración federal.
Muchas empresas tenían como principal cliente al gobierno. Ahora que éste ha cerrado muchos proyectos, la iniciativa privada está teniendo que reconfigurarse, explica Adriana Martínez. “Es la tormenta perfecta”.
El castigo a los salarios
Cuando el régimen del PRI gobernaba periodo tras periodo había una constante en los programas, así que las empresas no actuaban tan precavidas. Sucedió lo mismo cuando salió Vicente Fox y entró Felipe Calderón, “porque eran del mismo partido”. Los empleos aumentaron a casi 100,000, dice la especialista.
También hubo un saldo ligeramente positivo entre los gobiernos de Calderón y Enrique Peña Nieto. “Pero con la cuarta transformación es un cambio de régimen completito y se han perdido más de 75,000 empleos”.
Si bien fue una elección libre y democrática, la abstinencia en el gasto, el hecho de que se diga de izquierda y, sobre todo, que antes de tomar el cargo López Obrador haya anunciado la cancelación del aeropuerto en Texcoco, crearon desconfianza en las empresas, opina. Por ello, “han puesto pausa a las contrataciones”.
Todo ello también ha tenido un impacto de entre 10 y 20% en los salarios. Sin embargo, las remuneraciones en el ámbito privado siguen siendo más altas que en el público, sobre todo con el tope salarial que se fijó el presidente del país. Dependiendo de la complejidad del puesto es lo que ganarán.
Un gerente de finanzas, una de las áreas donde hay más candidatos, ganaba hace un par de años entre 100,000 y 120,000 mensuales. Ahora aspiran a un rango de 80,000 a 100,000, informa la especialista en colocación de ejecutivos. Los puestos más comunes “son los más castigados”.
Demanda de otras competencias
La lectura de Adriana Martínez sobre este problema se amplía a lo que sucede a nivel global. “Los puestos de trabajo están cambiando por las nuevas tecnologías y la automatización de funciones”. Así que si los exfuncionarios quieren conseguir una buena opción al salir del gobierno, “no pueden dormirse en sus laureles”.
Actualmente, “tienen que destacarse por su creatividad, la solución de problemas, liderazgo y la comunicación estratégica. Es decir, habilidades suaves”. No es suficiente con que sean los mejores conocedores de su sector, es necesario que sepan llevar equipos, que combinen competencias blandas y técnicas.
“La competencia es feroz”, por eso muchos optan mejor por abrir una consultoría, aprovechando su conexión con el gobierno, apunta.
Los funcionarios que más cambios encontrarán al dejar la administración pública y entrar a una empresa, son quienes fueron encargados de Recursos Humanos. “Esa área es ahora estratégica para cualquier organización, porque maneja el talento, que es lo que hace diferente de una empresa”.
Hay muchas herramientas para tener inventarios completos de personal, evaluaciones ejecutivas avaladas internacionalmente para que RH identifique las competencias técnicas y las suaves. Con ellas se puede saber si a una persona le hace falta desarrollar alguna.
Las exfuncionarias se encontrarán con que sigue habiendo una preferencia para contratar hombres en puestos directivos, advierte. Pero definitivamente será menos que antes. “Cada vez hay más reclutadores abiertos a que no importe el sexo del candidato”. A su juicio, esto habla bien de las empresas, pero más de las mujeres que han logrado estos cambios.
Con información de Factor Capital Humano.