Hablar de una relación es entender que existe algún tipo de lazo entre dos personas ya sea familiar, de amor o amistad, de negocios, etc. pero la más complicada sin duda es la laboral. Esto es así, porque es un vínculo que se genera con el carácter de obligatorio y que por las características que establece la normatividad de la materia, tiene más reglas que un matrimonio. y a veces, es más difícil de darlo por concluido que un divorcio.
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Legalmente el propio artículo 20 de la LFT, señala que una relación de trabajo, cualquiera que sea el acto que le dé origen, es la prestación de un trabajo personal subordinado a una persona, mediante el pago de un salario.
Sin embargo, los nexos de trabajo van más allá de un concepto legal, en donde se tienen que cuidar los tres elementos indivisibles: trabajo personal, subordinación y el pago de un salario, porque las áreas de recursos humanos están obligadas a marcar los lineamientos para que este tipo de lazos mejoren cada día, y se cree un ambiente agradable entre patrón y colaboradores, jefe y subordinado e inclusive entre compañeros, que contribuya al desarrollo de la empresa, pero también al de los subordinados.
El clima laboral es una tarea de todos los involucrados: el patrón, los directivos, los gerentes y los trabajadores, de acuerdo con el papel que desempeñen dentro de las organizaciones; por ello, es obligación de un jefe generar el ambiente adecuado que permita a sus colaboradores sentirse a gusto en su lugar de labores, y ellos a su vez, tener la actitud necesaria para conducirse de forma activa en dicho espacio.
Obviamente no existen recetas mágicas ni reglas a prueba de balas, en lo que respecta a los vínculos de trabajo, pues a final de cuentas son relaciones humanas, tan cambiantes como los propios individuos, en donde la cultura, la educación, el tipo de empresa, pueden influir de manera determinante, pero se puede destacar que se deben establecer como elementos básicos los siguientes:
- respeto, principio indispensable en cualquier tipo de relación, pero más en la laboral, pues no importando el tipo de puesto, el nivel dentro de la organización, el sexo, la religión, la edad, o la preferencia sexual, es esencial para mantener un ambiente saludable, que permita la convivencia entre compañeros de trabajo
- comunicación, este es un elemento que debe ser recíproco entre el empleador y sus subordinados, porque los directivos o cualquier sujeto con personal a su cargo, debe ser claro con las instrucciones y los lineamientos que se establezcan; y los colaboradores deben manifestar abiertamente sobre dudas, observaciones u opiniones que consideren necesarias para el desarrollo de sus funciones o en beneficio de la compañía. También debe existir un diálogo eficaz entre compañeros, evitando chismes o mentiras, porque la base de toda comunicación es la confianza generada
- trabajo en equipo, la aptitud de poder realizar labores con otras personas es vital para el crecimiento profesional, porque demuestra que se tiene un sentido de compañerismo que, sin lugar a duda, llevará al éxito de un área de trabajo. Para esto, se deben promover otros valores como son: la tolerancia, la confianza y el entendimiento, pero ante todo se debe ser profesional, pues no todo mundo es del agrado de los demás, pero es fundamental aceptar los puntos de vista diferentes y tener la capacidad de negociación en beneficio del proyecto y con ello de la organización
- organización, es la habilidad que tiene la empresa o quienes la dirigen para conjuntar de manera armoniosa, los recursos humanos con los recursos materiales incluyendo la tecnología con que cuente, en los procesos de trabajo, que se lleven a cabo, cuidando de manera eficiente la capacitación, las condiciones de trabajo, así como los protocolos y la normatividad en materia de higiene y seguridad. Lo que debe repercutir significativamente en la productividad en el centro laboral, y
- adaptabilidad, eficiencia y resolución, todo trabajador no importando el nivel que tenga dentro de la empresa, debe desarrollar y trabajar en estos aspectos: la adaptación al cambio y a las situaciones que se presentan en el día a día laboral; pues la frustración y el salir de la zona de confort produce miedo en cualquier área de la vida incluyendo la laboral. Una persona eficiente que cuente con los conocimientos necesarios para desarrollar sus funciones y tenga el empuje necesario para realizar sus actividades, cumple así con los objetivos que se le establezcan, y generalmente se convierte en pieza clave en cualquier empresa.
Además un trabajador que cuenta con la capacidad para la resolución de problemas de manera asertiva, resulta fundamental para el buen desarrollo de sus actividades y de la propia área
Finalmente, es importante recordar que el patrón, los directivos, los gerentes y los jefes, en general deben ser un buen ejemplo, porque es su tarea es fomentar la cultura del trabajo sano y armonioso, respetando los derechos laborales de sus colaboradores y observando sus obligaciones, lo que hará que convierta en un ejemplo visible, que se verá reflejado en beneficio de la empresa.