La era digital, los modelos económicos que imperan en el planeta, el adelanto de la tecnología entre otros factores, generan un escenario en donde las relaciones entre los empleadores y sus colaboradores se reconfiguran.
Esas circunstancias imponen desafíos sobre cómo invertir en la infraestructura de las compañías para mejorar la productividad; atraer talentos con un perfil profesional alto o brindar la instrucción o adiestramiento adecuado a los subordinados para que estén a la altura de las nuevas exigencias.
La maestra Sara Elvira Morgan Hermida, consultora laboral describe cómo este fenómeno ha impactado el mercado laboral; las características de las relaciones laborales en el contexto contemporáneo y cómo esto implica modificar la normatividad para conducirse según lo que demandan los tiempos actuales.
Preámbulo
Se está viviendo un mundo lleno de cambios, la diferencia del tránsito con el siglo XIX es que durante el siguiente centenario y el actual, se han consolidado las llamadas revoluciones industriales (tercera y cuarta) que dieron paso a la interconexión mundial; tecnologías como las de los ordenadores y la comunicación, que ya no son únicamente industriales, sino variaciones subyacentes que involucran los sistemas digitales, físicos, y biológicos, y el cambio climático, presentan lo que se ha denominado la cuarta revolución industrial.
Por ello, ciertas labores cambiaron y han sido sustituidas, aumentando el desempleo de las primeras líneas de trabajo (que no requieren una formación educativa avanzada) y la inequidad en todos los ámbitos.
El hecho de que no existan diferencias sustanciales de inequidad entre los humanos, no es una cuestión de elección, sino que simboliza uno de los mayores retos, porque como seres vivos somos responsables de una de las mayores catástrofes que paradójicamente amenaza directamente: la degradación ambiental. Paralelamente tenemos la tecnología que permite detener el deterioro y optimizar el bienestar humano.
Evidentemente se sabe que el empleo cambiará; incluso ahora el planteamiento que da incertidumbre a diversas personas se cierne sobre la obligada pregunta ¿acaso los medios educativos planteados hasta ahora serán útiles en un presente ya operante?
Es decir, muchas de las habilidades que forman a los educandos (hoy día), serán obsoletas al momento de sus graduaciones; por ello, es necesario reconocer los nuevos parámetros educativos y de capacitación que lleven a las generaciones que aún están en formación, al desarrollo dentro de un orbe con un dinamismo más rápido que el de generaciones pasadas.
Además, muchos de los jóvenes están preparados sin haber llegado a la universidad, debido a la enorme instrucción que practican a través de plataformas digitales, a las cuales tienen accesos desde sus infancias. Esto solo significará que las certificaciones educativas tendrán que replantear un esquema bajo el cual se pueda valorar la capacitación real, y por tanto, se tendrán que iniciar espacios de acreditación inéditos.
Futuro hecho presente
La emersión de formas de trabajo insólitas es una constante que se incrementará, lo cual ya es perceptible, pero a partir de los siguientes años se establecerá como la ruta de progreso tecnológico en el mercado laboral; las consecuencias que pueden advertirse: sustitución de puestos de bajo perfil e ingresos paupérrimos.
Ello es un punto importante a valorar, principalmente en los países emergentes que precisan distintos esquemas de crecimiento acompañados de la exigencia de mejorar la fuerza de trabajo.
Esto porque, si bien es cierto, los estados ricos y los pobres coinciden en la necesidad de adoptar la tecnología, también lo es que no emplean el mismo grado la automatización, lo cual permite entender cómo son las pautas de ingresos en las naciones adineradas y las infortunadas.
Es decir, a pesar que en todo el globo se implementa la tecnología, el acceso a la misma no ha sido en circunstancias iguales, incluso la capacitación para su empleo tampoco es igualitaria.
Poblacionalmente hablando, los países ricos tienden a capacitar de manera más uniforme a sus nuevas generaciones (a temprana edad) en las áreas tecnológicas, lo que origina el desarrollo avanzado del país; en tanto que en los estados pobres, su evolución y adaptación va más atrasada, y con rezagos cognitivos importantes.
Los motivos de estos son multifactoriales, como la escasez de medios físicos que posibiliten la interconexión digital, porque difícilmente se puede transformar el panorama social, si en ciertos sectores se carecen de elementos básicos para la evolución. Por ejemplo, la electricidad, la alimentación, los sistemas de salud o las rutas de acceso.
En las ciudades, las insuficiencias son más en cuanto a sistemas educativos que integren las competencias de tecnología, las cuales son imprescindibles para escalar en el sistema de conocimientos necesarios.
En palabras de Stewart Wallis fundador del New Economics Foundation de Gran Bretaña, esto obliga a repensar que el mundo precisa un nuevo modelo económico que vincule colaboraciones entre el gobierno, las empresas y la sociedad, respetuosa de los recursos del planeta y cuyo objetivo principal sea optimizar el bienestar.
Para establecer dicho cambio se tiene que hablar de reconfigurar las reglas del libre mercado, pues los convenios internacionales en materia de intercambio mercantil, son los que evitan que las naciones emergentes puedan crecer. Esto se explica si nos remontamos a los inicios de la economía en donde países que forman parte de Norteamérica, Unión Europea y Asia, pudieron fortalecer sus economías, gracias a que se instauraron mecanismos de proteccionismo, y que ahora no permiten hacia los emergentes y con los que tienen vínculos cercanos de comercio.
Para analizar esta variación, basta citar el modelo Chino. Durante años y aún en la actualidad, el proteccionismo que hizo florecer el sistema de la economía occidental generó que ese estado lo aprovechara, y en los años noventa su economía vigorosa hizo voltear a occidente.
El secreto fue la estrategia de los líderes chinos de adoptar el capitalismo con cautela, y mantener un control estricto de la sociedad (esto pasó desapercibido en los estados desarrollados); en el sistema Chino, lo que funcionó, fue el proteccionismo gestionado durante años bajo el gran anonimato que incluso hoy perpetua. El resultado: más de 40 años de crecimiento.
No obstante, en las economías emergentes de occidente no hubo tal evolución, porque cuando se disponían a crear barreras que protegieran sus mercados, se les incluyó dentro de la comunidad de libre mercado, con la promesa de crecimiento, lo que originó que sean explotados en sus recursos naturales y carezcan de una independencia económica y de desarrollo.
Impacto en el mercado laboral
Las nuevas tecnologías afectarán los empleos, dependiendo si estos últimos pueden ser automatizados.
La mayor parte de los colaboradores capaces de enfrentar dicho fenómeno, son quienes demandan pocas habilidades educativas; destacando la transportación, la estiba, la logística, el call center, el trabajo en el hogar. Los otros escalan a la educación universitaria y crean ciencia para facilitar ciertas áreas humanas.
Por otro lado, es imposible, hasta ahora, sustituir lo que realiza el cerebro humano, en palabras de Joaquim Fuster, es la viabilidad de inhibir memorias que no tienen caso; esa es la diferencia con el espacio digital que almacena todo lo que pueda en capacidad, pero que no discierne en conciencia, lo cual es el único método de creación y solución de problemas.
Los hombres tienen tres tipos de memorias a saber: de largo y corto plazo, y la más importante, de trabajo; esta última es algo de lo cual carecen las estructuras tecnológicas; por ende, el individuo es irreemplazable y origina las llamadas habilidades blandas, que significa, la aplicación de recuerdos que se tienen almacenados para actuar en consecuencia.
Se trata del fundamento de la inteligencia humana, que paradójicamente causó la inteligencia artificial, ante lo cual surge la interrogante ¿lo creado puede reemplazar a su creador?, el contrasentido surge cuando nos damos cuenta que lo segundo no es sin lo primero.
En la inteligencia o memoria de trabajo, converge todo el conocimiento y es una interface entre los sujetos y el medio ambiente, referido este último a lo externo e interno que acontece para la vida de cualquier persona.
Lo anterior permite a la predicción, o funciones ejecutivas, que tienen planeación, toma de decisiones, la conciencia creadora; todo aquello que mira al futuro del hacer actual para obtención de un algo después.
A esto se añade el conocimiento perceptual diferente al cognitivo que rige el quehacer cada día, pero ambos relacionados, percepción y acción, hacen que la función cerebral humana sea única ya que obtiene una retroalimentación de su sistema, llegando a propósito a diferentes conclusiones.
Las redes neuronales hacen la percepción y la relación con memorias para saber cómo reaccionar, ya que informan y modulan la conducta y el lenguaje. La conjunción del habla solo se da entre seres humanos y los ciclos de percepción se engarzan desde dos conectividades diferentes.
Los trabajos en cuyo caso están implicados la creatividad, la lógica, la sensación, la imaginación, están lejos de automatizarse; por ello, se puede afirmar que la mutación hacia este rumbo, no significa la sustitución de la labor humana, porque como se ha narrado, existen campos hasta ahora que están lejos de la originalidad, la orientación de servicio, la destreza manual, la coordinación motora gruesa, y la heurística (la creatividad en la solución de un nuevo sistema).
Es viable agregar a la imaginación, la espiritualidad, la sensación, la formulación de elecciones por emociones, y el establecimiento de relaciones interpersonales.
Son ejemplos el turismo, la rehabilitación, la psicología, la educación, la salud en grandes sectores, el soporte espiritual, el literario, el diseño en muchas vertientes, el arte, etc.
Es imperante hacer surgir un modelo económico diferente para los trabajos inéditos que se verán en un futuro (que ya se empiezan a presentar). Ello tendrá la necesidad de conjuntar la participación de los gobiernos y las compañías, porque la responsabilidad es entregar a las futuras generaciones un planeta en el que puedan subsistir.
Si la industria más prometedora se refiere a la manufactura de autos, robots, transportación; se debe considerar que la renovada estructura de conocimientos se dirija hacia ese camino. Pero no es lo único, como ya se mencionó, están los servicios de salud, y la educación.
La flexibilidad será indispensable para que los subordinados actuales y del futuro puedan obtener posiciones de trabajo redituables para los estilos de vida que sugieren moderación en cuanto al cuidado y reciclaje dentro de un ambiente que se deteriora día a día.
Nueva legislación de la materia
Si tenemos en cuenta que las relaciones laborales ya no serán en principio piramidales, sino que han encontrado estilos distintos de configurarse; es decir, las regulaciones a nivel internacional tendrán que adaptarse a la realidad inusitada.
No son casuales sino causales, los recientes movimientos de manifestaciones de trabajadores en occidente, en los cuales se reclama que se sigan conteniendo los derechos que se ganaron en el siglo XX.
La realidad supera las nociones que se tuvieron cuando las conquistas salariales y de prestaciones hicieron eco en todo el orbe. Hoy no se debe perder de vista que uno de los factores de la producción (los empleadores) tienen mayores retos ante la posibilidad de poder obtener cadenas de producción sin trabajadores; Amazon es uno de ellos, pero qué tal Uber con coches autónomos; y también tienen mayores competidores mundiales que pueden crear más barato, sin tener los controles occidentales; así la guerra comercial con China principalmente ha dejado a muchas empresas sin posibilidad de competencia. Más allá, no se debe perder de vista que, actualmente las relaciones de trabajo son en zigzag o de pequeños aportes de servicios con personas que propiamente no laboran para un solo empleador. Los horarios de trabajo son variables.
Las legislaciones tendrán que adecuarse a la posibilidad de la conciliación como único medio de canalizar las problemáticas que no se encuentran dentro de contextos fácilmente explicables. México ha tocado esa puerta a la modernidad y plantea este hecho como su principal fuerte dentro de su nueva legislación laboral.
Ética en el mundo digital
Se debe entender que la ética referida al ámbito laboral daría lugar a confrontar otra paradoja, cómo un mundo digitalizado, en donde la mayor parte de los procesos serán automatizados por máquinas que no se precisan desde el área conductual, sino que se alimentan de información y definirán el orden futuro del mundo laboral.
La respuesta no es exclusivamente una, puede suceder que el hombre retome la concepción de su origen y considere una reconstrucción de las bases sociales que permitan el equilibrio sustentable entre su naturaleza y su talento creativo para la reconciliación del bienestar común.
Conclusiones
En el desarrollo de las vanguardistas formas de trabajo o de puestos, los empleadores pueden salvaguardar los derechos de los colaboradores ante la era de digitalización para preservar la equidad.
Asimismo, los patrones tienen el reto de acoplar sus organizaciones y trabajadores a los fenómenos en torno a la implementación de la tecnología, para evitar inequidades.