En julio pasado el número de trabajadores que laboraron en condiciones “inadecuadas” aumentó de 15.4 a 19.5% respecto al mismo mes de 2019. Es decir, hay 2.4 millones de personas más que hace un año cuyo empleo les obliga a trabajar mucho o poco tiempo, pero siempre con un bajo sueldo.
Éstos son parte de los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para julio de 2019. Hace un año, para ese mismo mes, se reportaba a 8 millones 346,000 trabajadores en la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación. En esa condición ahora hay al menos 10 millones 821,000 personas.
Dicho indicador comprende a quienes laboran menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a su decisión. También a quienes trabajan más de 35 horas semanales, incluso más de 48. La constante en todos ellos es que, trabajen menos o más tiempo, la paga es insuficiente, ya que perciben hasta dos salarios mínimos.
Los datos de la ENOE revelan también una caída en la Tasa de Informalidad Laboral, la segunda más importante desde que se comenzó a registrar este indicador en el 2005. Al cierre de julio de este año, 55.9% de los trabajadores se emplearon en el sector informal, un retroceso de 0.8 puntos respecto de lo reportado en junio y de 0.7 a lo observado en julio del 2018.
Empuje del salario mínimo
De acuerdo con los datos entregados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el arranque del segundo semestre del año el desempleo se ubicó en 3.6% de la población económicamente activa, el mismo nivel de junio. Aunque si se compara con julio de 2018 sí hubo un ligero aumento, hace un año la Tasa de Desocupación se reportó en 3.3 por ciento.
Para Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, el trabajo en México “no se está deteriorando. Aunque el empleo no ha mejorado, la desocupación en realidad se ha mantenido estable”.
“Mi balance de lo que pasa en el mundo del trabajo es que hay un gran avance: el aumento del salario mínimo”. Por primera vez, en dos trimestres seguidos la tendencia de esos salarios se ha mantenido. “Ésa es la buena noticia”.
Con esto no se resuelve todo, porque además hay que continuar con ese incremento de manera gradual, subraya. Principalmente hay que resolver el problema de la seguridad social. La mitad de quienes tienen un empleo carece de servicios médicos, prestaciones y un ahorro para el retiro.
Otras mediciones del empleo digno
La precariedad laboral abarca los tiempos de trabajo. Pero también “la falta de contrato y, sobre todo, de seguridad social”, apunta el coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
A esa organización pertenece el Observatorio del Trabajo Digno (OTD), y según los cálculos de esta instancia, 80% de quienes trabajan para alguien más no tuvo acceso a un empleo libremente elegido, su salario no corresponde a lo mucho que labora, no tiene estabilidad ni indemnización por despido.
Además de que la seguridad e higiene en el trabajo es algo nulo, tiene limitaciones para formar o participar libremente en sindicatos.
Lo anterior es sólo para quienes trabajan para alguien más y por ello reciben salario. Una falla que Gómez Hermosillo señala en la tasa de condiciones críticas del Inegi es que toma en cuenta a toda la población económicamente activa. Es decir, también a aquellos que trabajan por su cuenta.
El indicador oficial, que revela en parte las malas condiciones de trabajo, no incluye las carencias laborales que sí toma en cuenta el OTD, comenta Rogelio Gómez. En su opinión, seguir midiendo el estado crítico del empleo por las jornadas no va muy acorde con el futuro del empleo.
Es decir, las nuevas formas de trabajo también van hacia que los tiempos de trabajo sean menores. “Por supuesto, ganando un salario digno y en México es ahí donde se rompe la ecuación”, reconoce.
Con información de Factor Capital Humano.