Pese a la creación de nuevos órganos para impartir justicia laboral, las Procuradurías de la Defensa del Trabajo no sólo continuarán sus operaciones, sino que intensificarán la protección de los trabajadores ante los patrones. Estas defensorías dependientes del Ejecutivo mantendrán sus atribuciones y convivirán con las nuevas instituciones.
“Va a persistir, las procuradurías vamos a poder seguir haciendo convenios amigables entre posiciones, no litigiosos. Pero también vamos a poder coadyuvar con los centros locales y federal de Conciliación. No se va a cerrar la conciliación, incluso cuando se esté litigando”, detalla Sara Morgan, procuradora de la Defensa del Trabajo de la Ciudad de México en entrevista con El Economista.
Es decir, la conciliación no sólo se llevará a cabo en los nuevos centros, también se podrá continuar realizando en las procuradurías de Defensa del Trabajo.
Sara Morgan comenta que aún no se determina si existirá un órgano de defensa especial para los tribunales laborales y otro para las instancias conciliatorias, pero “al parecer sólo va a haber un organismo, la procuraduría, pero va a pasar exámenes del Poder Judicial para estar dignamente preparados, van a atender los dos supuestos, tanto el órgano de conciliación como cuando se turne a Poder Judicial”.
La reforma laboral del 1 de mayo lleva a la justicia laboral a una transición de Juntas de Conciliación y Arbitraje a Tribunales Laborales y a los Centros de Conciliación y Registro Laboral. En el nuevo esquema, las procuradurías van a reforzar la etapa de conciliación de los conflictos, una de las claves del modelo que se implementará para garantizar resoluciones más rápidas y efectivas en favor de ambas partes: trabajadores y patrones.
La procuradora de la Defensa del Trabajo de la CDMX considera que será importante discutir el presupuesto para la contratación de más funcionarios conciliadores y, derivado del peso que le da a la conciliación la nueva justicia laboral, el reto será capacitar a los servidores públicos que llevarán a cabo esta etapa para la resolución de conflictos obrero – patronales.
“Para un modelo eficaz se requiere de un buen presupuesto. El reto en la especialización de los conciliadores es que tengan una vocación firme en eso, que no volvamos a caer en las rutinas pasadas en las que no estudiaban para ver el modelo de conciliación, no estudiaban las prestaciones laborales, era al tanteo y nosotros queremos algo muy normativo, muy basado en lo que se ganó, en lo que se trabajó, que sea una conciliación profesional”, asegura.
Necesaria la especialización de conciliadores
En México no hay un perfil definido para ser conciliador, aunque sí existen habilidades blandas como la empatía, buena comunicación y capacidad de separar lo laboral y emocional durante la resolución de un conflicto. De estas competencias se debería partir para tener un perfil, opina Sara Morgan.
La última competencia, separar lo profesional de lo emocional, es una clave para tener éxito en una conciliación. Incluso, la procuraduría local ha apostado por sesiones en las que sólo estén presentes el empleador y el trabajador, evitando cualquier compañía que pueda alterar las pretensiones de ambas partes.
“Creemos que si se trata de un mayor de edad con plena capacidad, no necesita un familiar, la conciliación de primera mano la hacemos nosotros de persona a personas y, si tienen alguna duda, pueden preguntarle al conciliador dentro de la procuraduría. Pero cuando acercamos a un familiar, generalmente no tienen la percepción de lo que se vivió en el área laboral y se tiende a desvirtuar lo que es una conciliación”, puntualiza.
Por ello, la especialización de los conciliadores deberá enfocarse también en áreas como la psicología y neurociencia para garantizar un proceso efectivo, pues en diversas ocasiones fracasa porque no se puede separar el enojo y el incentivo económico, que es lo más importante para que el trabajador continúe su vida laboral, opina Sara Morgan.
Para la funcionaria, el nuevo modelo es bueno y abona a que se tenga una justicia más rápida y con un respeto a los derechos de las partes involucradas.
Con información de Factor Capital Humano.