Como consecuencia del bajo crecimiento económico, se agudizó en el tercer trimestre de 2019 la precarización del empleo, entendida como los puestos de trabajo con bajos salarios, sin prestaciones sociales y largas jornadas de trabajo, afirmó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su análisis semanal, el organismo destacó que los indicadores de ocupación y desempleo comienzan a reflejar los efectos del estancamiento de la actividad productiva del país, y el crecimiento económico no muestra señales de una pronta recuperación.
Con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el centro de análisis reconoció que el empleo aumenta pero a un ritmo menor, lo que permite que el desempleo avance.
A detalle, con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en el tercer trimestre de este año, la población ocupada total aumentó en 1.2 millones de personas respecto al mismo lapso del año pasado. Sin embargo, hubo una reducción de 2.9 millones de trabajadores con ingresos superiores a tres salarios mínimos.
El CEESP destacó que la población subocupada (personas ocupadas que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias y desean más horas), sumó 4.3 millones de mexicanos, o 7.8% del total de la población ocupada, porcentaje que además de superar la cifra previa y la de 2018, fue la más alta de los últimos 13 trimestres.
Agregó que el comportamiento por la ocupación en el nivel de ingresos refleja el deterioro del mercado y la dificultad para crear nuevos puestos laborales, lo que ha incidido negativamente en el nivel salarial.
Para el centro de estudios, el deterioro del mercado se refleja en el universo de trabajadores en condiciones críticas, es decir, quienes están “trabajando menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, más los que trabajan arriba de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y los que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos”.
En el tercer trimestre este grupo de población sumó 10.6 millones de personas, dos millones más que en igual periodo de 2018.
El análisis concluyó que las perspectivas de mejora del bienestar de los hogares y reducción de la pobreza son restringidas.