¿Cómo aumentar la participación laboral de mujeres?

México tiene uno de los mercados laborales más complicados para las mujeres en toda América Latina, por lo que se requieren políticas públicas que ayuden a revertir esta situación

 .  (Foto: iStock)

Valeria Torres

Los obstáculos laborales que las mujeres enfrentan no son un problema único de México. Pero definitivamente, en nuestro país ellas tienen menos oportunidades para salir a buscar un empleo, conseguirlo y que les paguen un salario igual al de sus compañeros. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “el mercado laboral mexicano tiene una de las brechas de género más grandes de América Latina”.

Los especialistas del BID, David Kaplan, de la División de Mercados Laborales y Seguridad Social, y Claudia Piras, de la División de Género y Diversidad, publicaron recientemente el estudio Brechas de género en el mercado laboral mexicano: comparaciones internacionales y recomendaciones de política pública, en la Revista de Economía Mexicana, Anuario UNAM.

México es el país con la segunda mayor brecha de género de participación laboral en la región, superado sólo por Guatemala, concluyen los investigadores. El problema se agrava cuando las mujeres tienen pareja: nuestro país es el único de Latinoamérica en el que el que el número de trabajadoras disminuye cuando pasan de estar solteras a vivir con alguien.

Esto último se puede explicar con otro importante dato que aportan los autores. Se trata del tiempo que gastan las mujeres haciendo labores no remuneradas, como los quehaceres domésticos o el cuidado de otras personas. Las mexicanas “dedican un número extraordinario” de horas a estos trabajos. También en esto México tiene un primer lugar en América Latina.

Otro indicador continúa con esta historia. La tasa de desempleo en México es cercana al 3 por ciento. En ese universo se contempla solo a aquellas personas que se quedaron sin trabajo y están activamente buscando otro. Pero se deja de lado a otras, “las desalentadas”, las que “quieren trabajar, pero piensan que la posibilidad de encontrar un empleo es tan baja que no vale la pena buscar”. Mientras 5.1% de los hombres están en esta situación, 15.6% de las mujeres están en ese caso.

Pero ingresar al mercado laboral no cierra la brecha, porque muchas trabajadoras se enfrentan a otra, la salarial. En promedio, en México las mujeres ganan 28% menos que los hombres por hacer las mismas tareas. Es la diferencia más grande entre 14 países de la región.

Todos estos datos sugieren “que los conceptos tradicionales de la mujer como cuidadora de la familia, que existen en todos los países, son particularmente pronunciados en México”, indican Kaplan y Piras.

Consejos prácticos para México

  1. Incrementar la oferta de cuidado infantil de calidad. Cuando las madres cuentan con servicios como guarderías o escuelas de tiempo completo para sus hijos sus probabilidades de poder tener un trabajo remunerado aumentan hasta 22 por ciento.
  2. Mejorar las políticas de licencias de maternidad y paternidad. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cubre el costo del permiso de maternidad sólo si la trabajadora ha cotizado por un mínimo de 30 semanas durante los 12 meses previos. De lo contrario, el empleador debe pagar el 100% de la licencia. “Esto hace que, aunque la prueba de embarazo se prohibió en el 2012, existe un riesgo financiero para el empleador si contrata mujeres embarazadas”, exponen.
  3. Promover esquemas de trabajo flexible. La jornada laboral en México es la mayor de todos los países de la OCDE. Esto es una “dificultad para cualquiera que tenga que conciliar el trabajo con las responsabilidades domésticas”.
  4. Articular distintos actores para impulsar la igualdad de género en el ámbito económico. Empresas y gobiernos deben actuar juntos, impulsando, por ejemplo, iniciativas de paridad.
  5. Promover cambios en los roles de género tradicional desde el sistema educativo. Estas modificaciones debe ocurrir tanto en la educación que se da en las aulas, como en las familias.
  6. Fortalecer la implementación, supervisión y evaluación de la legislación laboral. El BID le recomienda a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social incluir indicadores de los esfuerzos que hace para erradicar la discriminación, como las inspecciones realizadas y denuncias investigadas.
  7. Incrementar el conocimiento de las mujeres sobre sus derechos laborales. Capacitando a las mujeres sobre estos temas se alienta a que ellas también hagan exigir lo que les corresponde.
  8. Incrementar la transparencia en los salarios. Hacer disponible la información salarial facilita que las personas reclamen judicialmente su derecho a recibir la misma retribución por el mismo trabajo.
  9. Prohibir a los empleadores preguntar sobre la historia salarial. “Si una mujer recibe un salario menor que su contraparte masculina, y al negociar un salario en su próximo trabajo toman como referencia el anterior, ella no logrará superar esta diferencia en su contra”, destacan Kaplan y Piras.
  10. Recuperar la autoridad moral del Estado. “Si el gobierno exige a sus funcionarios largas jornadas de trabajo, ¿cómo podrá pedir horarios flexibles a las empresas privadas?”. Se necesita predicar con el ejemplo.
“La falta de oportunidades que enfrentan las mujeres en el mercado laboral mexicano no sólo genera problemas sociales, sino también económicos. La bajísima participación laboral de las mujeres mexicanas se traduce en una las mayores pérdidas económicas en la región. Por estas razones, debe ser prioritario iniciar un plan ambicioso para mejorar las oportunidades laborales de las mujeres”, concluyen Kaplan y Piras.

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