Aumentar las pruebas de Covid-19 reduce hasta 50% la pérdida de empleos
Un mayor número de análisis clínicos para la detección del nuevo coronavirus ayudaría a depender menos del confinamiento en casa y permitiría una reapertura laboral más dinámica, informó la OIT
Laboral
Aumentar las pruebas de detección del nuevo coronavirus puede reducir hasta en un 50% la pérdida de horas laborales, problema que está disminuyendo los salarios de más de 300 millones de personas en el mundo, afirmó ayer la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Incluso, asegura, esta medida puede crear nuevos empleos.
En promedio, los países en los que se practican menos pruebas y estudios de rastreo de contactos han tenido una pérdida de 14% en sus horas de trabajo. En cambio, en aquellas naciones donde la detección de la enfermedad ha sido más activa, la merma ha sido del 7%, señaló el organismo encabezado por Guy Ryder.
En la cuarta edición del Observatorio: El Covid‑19 y el mundo del trabajo, la OIT destaca las ventajas para el mercado laboral de aumentar las pruebas de detección y el rastreo de contactos, o sea, ubicar a las personas que han estado expuestas a la enfermedad Covid-19.
Ante la suspensión de labores por las medidas de distanciamiento social, muchas empresas han reducido los horarios de trabajo de sus empleados y, con ello, también sus salarios.
Según la OIT, si se incrementan las pruebas y la trazabilidad de la enfermedad (PT) muchos trabajadores podrían volver a laborar la jornada de 8 horas y ganar su sueldo completo. Esto se debe a tres razones:
- Las PT reducen la dependencia en las medidas de confinamiento estrictas
- Promueven la confianza de los ciudadanos y, en consecuencia, estimulan el consumo y apoyan el empleo
- Contribuyen a minimizar la interrupción de las actividades en el lugar de trabajo.
“Además, las PT pueden por sí mismas crear nuevos empleos, si bien temporales, que pueden estar dirigidos a los jóvenes y a otros grupos prioritarios”, expresó el organismo.
La OIT señala también la importancia de integrar las pruebas como parte la reincorporación al trabajo. Las medidas que pongan en marcha los gobiernos para la recuperación del empleo serán más efectivas si incluye las PT, asegura.
Trabajadores jóvenes, los más afectados
Las previsiones de la OIT para el mercado laboral en el segundo trimestre del 2020 “siguen siendo alarmantes”, pues indican que las personas están trabajando 10.7% menos horas que las que cubrieron a finales del 2019.
Es decir, más de 305 millones de puestos de trabajo de tiempo completo han sido afectados en todo el mundo con la reducción de horas.
América, con menos 13.1% de sus horas de trabajo, y Europa y Asia Central, con una caída de 12. 9%, son las regiones en las que se registraron las mayores pérdidas de horas trabajadas.
Y entre esas afectaciones, las personas jóvenes están resintiéndolo en mayor proporción. Al menos 1 de cada 6 “ha dejado de trabajar desde el comienzo de la pandemia de la Covid-19”.
Pero quienes siguen trabajando se han visto obligados a reducir sus horas de trabajo en 23% por ciento. Es decir, mientras el promedio mundial es de una pérdida de 10.7%, para esa población en específico es de más del doble.
“Los jóvenes están siendo afectados de manera desproporcionada por la pandemia”, dice la OIT. El incremento rápido y substancial del desempleo juvenil a partir de febrero “afecta más a las mujeres jóvenes que a los hombres jóvenes”.
La “generación de confinamiento”, como ya la nombra la OIT, padece y padecerá aún más las consecuencias sociales y económicas de la pandemia. Esto se debe a que han interrumpido su formación académica, tienen una mayor pérdida de empleo y de ingresos y tienen mayores dificultades para encontrar trabajo.
A nivel global, 4 de cada 10 trabajadores que laboraban en los sectores más afectados al surgir la crisis son jóvenes. Es decir, 178 millones de personas. Casi 77% de ellos (328 millones) tenían un empleo en el sector informal, frente a alrededor del 60% por ciento de los adultos trabajadores.
El índice de informalidad laboral de los jóvenes va de 33% en Europa y Asia Central hasta 93.4% en África. Antes de que surgiera este nuevo coronavirus, más de 267 millones de jóvenes no tenían empleo y tampoco estaban inscritos en la escuela.
Proyecciones negativas detenidas
Si acaso pudiera ser una buena noticia, las estimaciones de empleos de tiempo completo afectados por la pandemia ya no creció más allá de 305 millones.
El primer reporte del observatorio, la OIT reportó 25 millones de plazas con horas reducidas. En abril elevó a esa cantidad a 195 millones y a principios de mayo la cifra llegó a 305 millones. En esta cuarta entrega, a finales de mayo, se mantuvo ahí.
Sin embargo, la OIT pidió “respuestas políticas urgentes, concretas y a gran escala”, principalmente dirigidas a apoyar a los jóvenes”. Para los países desarrollados estas medidas deben incluir programas amplios de garantía de empleo y de formación. Para los de ingresos medios y bajos, programas intensivos en empleo y garantías.
Para la OIT, en el período posterior a la crisis de la Covid-19 la economía tendrá un “potencial de transformación”, por lo que los apoyos gubernamentales deberían orientarse a los sectores que puedan crear empleo decente y productivo.
Con información de Factor Capital Humano.