La pandemia de Covid-19 está dejando sin empleo a millones de adultos. Eso se sabe. Pero hay algo más: esto ocasiona que las personas más desprotegidas, que son las niñas, niños y adolescentes, se vean orilladas a trabajar para contribuir con el ingreso familiar. En México, cerca de 177,000 tendrán que hacerlo como resultado de la crisis económica.
El impacto de la emergencia sanitaria a causa del nuevo coronavirus impulsará un aumento de al menos 5.5% en el trabajo infantil en este país, de acuerdo con estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
México era ya la segunda nación con más trabajo infantil en la región, después de Brasil, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). A los 3.2 millones de personas de entre 5 y 17 años que ya laboraban en tareas no permitidas, se sumarán decenas de miles más.
En el informe Covid-19 y el trabajo infantil: Un momento de crisis, un momento para actuar ambos organismos advierten que el impacto de la emergencia sanitaria podría revertir los avances logrados en los últimos 20 años.
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil de este 2020 se conmemora con noticias desalentadoras. Como “mecanismo de supervivencia”, muchas familias permitirán que sus hijas e hijos laboren, explicó la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.
Desempleo, migración, cierre de escuelas
El estudio señala que por cada punto porcentual que se eleve la pobreza, se proyecta un aumento de al menos 0.7% en el trabajo infantil, “ya que los hogares utilizan todos los medios disponibles para sobrevivir”.
Para México, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estima que la población en pobreza podría crecer hasta 7.9% este año a causa de la pandemia de Covid-19, lo que implicaría un aumento de al menos 5.5% en la fuerza laboral de menores de edad.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en nuestro país 3.2 millones de personas de entre 5 y 17 años entran en la clasificación de trabajo infantil. Es decir, laboran en ocupaciones no permitidas o realizan trabajo doméstico “no adecuado”, lo que les impide dedicar tiempo a la educación y el esparcimiento.
De ahí el cálculo del aumento de 177,000 niños y adolescentes que se verán empujados a trabajar. Aunque una gran parte ya lo está haciendo en este momento, como las niñas, señaló María Olave, oficial del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT.
“El trabajo doméstico intensivo” en el propio hogar es una modalidad de trabajo infantil, indicó en entrevista. En México, más de 111,300 menores de 18 años, principalmente niñas, realizan este tipo de tareas, según el Inegi.
Los daños en el mundo laboral adulto están repercutiendo directamente en niñas, niños y adolescentes. A nivel mundial, más de 130 millones de puestos de trabajo de tiempo completo fueron afectados en el primer trimestre del año y para el segundo trimestre se estima la pérdida de 305 millones plazas, y “los niños son a menudo la mano de obra más disponible en los hogares”, señala el estudio.
Se ha documentado, detalla, que en México, Brasil, Guatemala, India y Estados Unidos ya está sucediendo.
Las restricciones para la migración están teniendo efectos negativos en las familias, según el informe. En abril pasado las remesas de mexicanos en Estados Unidos tuvieron una caída de 28.5% respecto a las enviadas en marzo, de acuerdo con el Banco de México. En muchos casos, esto se traducirá en trabajo infantil, según la OIT.
El cierre de escuelas para reducir la propagación de la pandemia también está contribuyendo. “Sin la escuela habrá más horas para una actividad laboral o de tarea de cuidado”, advierte María Olave.
Algunas soluciones
Las medidas de protección social son la base de cualquier respuesta política coordinada a las crisis, subraya la OIT. Desde programas de transferencia de efectivo y el acceso a la atención médica hasta el trabajo de apoyo, ingresos y seguridad alimentaria.
Las familias en riesgo de caer en trabajo infantil deben ser priorizadas para recibir estos apoyos, opinó María Olave, oficial del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT.
Eso, durante esta emergencia. Pero a largo plazo, no hay mejor medida que crear trabajo decente para adultos, destaca el informe. Toda esta “serie de medidas evitará que madres y padres tengan que tomar la difícil decisión de permitir que sus hijas e hijos trabajen”, apuntó Olave.
“Tener en cuenta los problemas asociados al trabajo infantil en el marco de políticas de mayor alcance sobre educación, protección social, justicia, mercados de trabajo y derechos humanos y laborales a escala internacional supone una diferencia fundamental”, afirmó Guy Ryder, Director General de la OIT.
Con información de Factor Capital Humano.