Riesgo de la paradoja de Abilene en los equipos de trabajo

Llegar al concenso en la toma de decisiones en las empresas, no es lo más sano, descubra por qué

“En una calurosa tarde, una familia se encuentra jugando cartas en la terraza. El jefe de familia cree que deberían salir -no porque él quiera, sino porque cree que a los demás les gustaría- así que propone un viaje a Abilene. Su esposa, de inmediato, responde diciendo que es una gran idea. El suegro, a pesar de que sabe que el camino es largo, piensa que mostrar desacuerdo iría contra la tendencia del grupo y acepta ir al viaje. La suegra, dadas las circunstancias, responde de inmediato: ‘Por supuesto, no he ido a Abilene en mucho tiempo’. En efecto, el viaje es largo y caluroso, y cuando llegan a Abilene, la comida es en extremo desagradable. Cuando regresan a casa, el esposo dice, de manera mentirosa: ‘Fue un buen viaje, ¿no?’, y la suegra responde que en realidad no quería ir, pero que aceptó porque el resto del grupo estaba emocionado. El marido dice: ‘No me sorprende. Sólo fui para satisfacer al resto de ustedes’. La mujer dice: ‘Sólo fui para que estuviesen felices. Tendría que estar loca para desear salir con el calor que hace’. El suegro después refiere que lo había sugerido únicamente porque le pareció que los demás podrían estar aburridos.

El grupo se queda perplejo por haber decidido hacer en común que nadie entre ellos quería hacer. Cada cual hubiera preferido estar sentado cómodamente, pero no lo admitieron entonces, cuando todavía tenían tiempo para disfrutar de la tarde. Pronto, descubren que los cuatro habían aceptado hacer el viaje por la misma razón y, en realidad, todos fueron a un viaje al que ninguno quería ir”.

El texto citado es conocido como “La Paradoja de Abilene”, en el mundo de la alta gerencia y consultoría en management; la cual fue descrita y explicada por Jerry Harvey[1]‘por qué los grupos –equipos- de personas suelen tomar malas decisiones, cuando ninguno de los miembros individuales está de acuerdo’.

Según el Diccionario de la Real Academia Española[2] define paradoja como: ‘Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de los hombres’.

Por lo anterior, para contextualizar la paradoja de Abilene, según la definición de paradoja, caben dos explicaciones.

La primera explicación es de carácter neurológico, según investigaciones pareciera que nuestro cerebro está programado para cambiar su punto de vista, o reconfigurarse, cuando prevé que la violación de una regla o norma de un grupo, lo va a llevar a un conflicto, siendo por lo tanto cambiar de posición para evitar problemas.

Otra explicación es de índole cultural y sociológica, somos seres sociales, que nacemos y crecemos en grupo, desde la familia, la escuela, el trabajo, los amigos, etc. Cada uno de estos grupos contiene sus propias normas y patrones culturales, explícitos o implícitos, que seguimos, de manera de ser socialmente aceptables por los miembros del grupo de que se trate. 

Toma de decisiones

La toma de decisiones en un equipo de trabajo, sea este de cualquier tipo, nivel o ámbito de actuación se clasifica conforme a los siguientes modelos:

  • Se establecen objetivos, se realiza una búsqueda sistemática de información, y tras utilizar las herramientas más adecuadas se identifica la solución y se lleva esta a la práctica
  • político. Las decisiones requieren de la negociación entre los miembros, que suele resultar en cierto sesgo según la habilidad negociadora y la influencia de los miembros, y
  • de contingencia. Que resulta de la mezcla de las anteriores y suele ser la forma menos defectuosa o mala de decidir, ya que: si bien la razón, por definición, comienza poniendo límites a las cosas; es decir, separando y aislando de la totalidad, no es menos cierto que existen otros vicios que configuran el modelo político. Entre otros:
    • conformidad o el poco interés o asertividad de sus miembros
    • polarización (esto suele presentarse desde los niveles emocionales) y
    • pensamiento grupal

 Pensamiento grupal

Este concepto surge de un estudio de J.J. Janis que describe una serie de decisiones adoptadas por el gobierno de Estados Unidos, y posteriormente se comprueban como incorrectas y se entiende como: el esfuerzo por conseguir la unanimidad, que supera las motivaciones individuales para evaluar correctamente la realidad.

En este caso, cada miembro del grupo intenta formar su opinión que creen que es el consenso del grupo.

Un experimento del Centro para la Neuroimagen Cognitiva, en Holanda, encontró que el conflicto con el grupo disparaba en el cerebro una señal de "predicción de error", por lo que este se "reconfiguraba" para evitar problemas.

“El miedo a ser diferente podría tener una explicación en el cerebro”

Una idea del experimento era explicar porqué la gente sigue a ciertos grupos religiosos o apoya movimientos extremistas, incluso cuando sabe que están mal, como lo fue el ascenso del nazismo, por ejemplo. Y aunque los anteriores son ejemplos radicales, también explica el porqué la Paradoja de Abilene funciona cómo lo hace en grupos reducidos de personas.

Cultura del consenso

Nuestros patrones culturales por lo general nos han marcado que el conflicto es malo, en sociedades muy orientadas a la afiliación esto es aún más evidente. El problema está en que se asume como similares el conflicto con la discrepancia, siendo, por el contrario, que la no aceptación y mal manejo de la discrepancia es lo que termina llevándonos al conflicto.

Por lo general, se sobre evalúa el consenso en contraposición del conflicto, siendo que la contraposición del consenso es la discrepancia, que es la que permite a los equipos negociar, construir y crecer.

El consenso es negativo si es un fin en sí mismo, porque va en contra de la naturaleza humana de ser seres pensantes y diferentes unos de otros, la mayoría de las malas decisiones y estrategias en los equipos, es producto de acuerdos por consenso, que terminan como la historia del paseo a Abilene, en donde al final nadie quería, pero por no discrepar, los miembros lo aceptaron como parte del consenso y así evitar problemas entre sus miembros.

La paradoja de Abilene se origina cuando los límites de una situación particular presionan a un grupo de personas para actuar de una manera que es opuesta a sus deseos individuales/particulares.

Esta situación es una forma de pensamiento grupal y se explica por teorías que sugieren que la especie humana suele sentirse desanimada para actuar en contra de la tendencia del resto del grupo. 

Resultados que arroja la paradoja de Abilene

  • Estudio incompleto de las alternativas y los objetivos
  • fracaso en el examen de los riesgos de la opción elegida
  • fallo en la revalorización de alternativas inicialmente rechazadas
  • búsqueda escasa o pobre de información
  • procesamiento de la información subjetiva y tendenciosa, y
  • revés en la realización de planes de contingencia

Cómo superar la paradoja en los equipos de trabajo

A continuación, se mencionan algunas ideas para evitar el pensamiento de grupo o paradoja de Abilene:

  • fomente en sus equipos de trabajo la discrepancia entre los miembros como algo positivo, para contrarrestar la cultura del consenso
  • mientras el equipo adquiere confianza en el manejo de la discrepancia asigne a una persona el rol de “sombrero negro”[3], que es la persona que ve siempre la parte negativa de las decisiones.
  • implemente técnicas que permitan a cada miembro hablar y opinar sin interrupciones; por ejemplo, la técnica del ‘lápiz’ que se entrega al que habla y si otro miembro desea participar, solo puede hacerlo una vez que solicita dicho ‘lápiz’ y lo tiene en sus manos, eso impide que hablen dos a la vez
  • entrene a sus equipos de trabajo en temas como la comunicación efectiva, la escucha, la toma de decisiones, la resolución-gestión de conflictos, el manejo de las discrepancias y expectativas, etc., y
  • tenga un coach de equipos de trabajo que acompañe y apoye a fortalecer las conductas necesarias para llegar a ser un equipo de alto desempeño/alto impacto

El objetivo final debería ser implantar en los equipos y la empresa una cultura de apertura hacia la discrepancia, ya que sea la que permita innovar y construir, dado que abre los caminos a la generación de nuevas ideas, y a la detección y solución de problemas potencialmente grandes.          

En resumen, la paradoja de Abilene postula que, en situaciones críticas, existe en el pensamiento gregario, una tendencia a tomar decisiones poco satisfactorias.

[1] Profesor de la Universidad George Washington

[2] Vigésima Primera Edición, Tomo II, pág. 1526

[3] Teoría de “Los seis sombreros para pensar” de Edward de Bono.