¿Pudiste quedarte en casa desde que empezó la contingencia sanitaria?, ¿tuviste un espacio en el cual trabajar con acceso a un poco de luz y ventilación?, ¿has pensado en cambiarte a una casa más cómoda o recuerdas el día que te enamoraste de la actual? Bueno, pues ese espacio fue construido por las manos de un trabajador de la construcción que dedica jornadas extenuantes a cambio con un salario menor a los 5 dólares diarios para que tu vivas en ella y hoy trabajes y te resguardes de una pandemia, reflexionó la presidenta de Construyendo y Creciendo, Roxana Fabris.
Detalló que actualmente existen más de tres millones de trabajadores de la construcción en el país, de los cuales aproximadamente el 47% no completó ningún nivel de estudio, derivado de ello, su ingreso algunas veces no alcanza ni el salario mínimo, a pesar de pertenecer a la tercera industria que más aporta al Producto Interno Bruto.
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Por ello, acercarles un derecho básico como la educación y capacitación podría cambiar sus condiciones, no solo económicas, sino sociales y familiares.
“Y cuando vas a tu oficina y cuando salgamos el día de mañana al cine y a un restaurante y a tomar un helado, son espacios que un trabajador de la construcción construyó; hay que darles un poquito también a ellos para que tengan un mejor futuro”, reiteró.
De acuerdo con Fabris, está comprobado que cuando un adulto alcanza niveles de educación media y superior su esperanza de vida y la de sus familias aumenta hasta cinco años.
Asimismo, el desempeño escolar de sus hijos se beneficia de su desarrollo escolar, además que impulsa el deseo de alcanzar mayores niveles de estudio.
“Si un papá tiene la secundaria, el porcentaje de éxito de sus hijos es mucho mayor. Entonces, muchas veces ellos estudian no solamente por sí mismos, sino por el impacto a sus hijos”, destacó la presidenta de la empresa de capacitación.
Trabajadores capacitados = industria de la construcción más fuerte
Además de los beneficios personales y sociales que trae consigo capacitar a los trabajadores de la construcción, las desarrolladoras inmobiliarias y las empresas también se ven favorecidas.
Promover y facilitar la educación en sus empleados produce que estén más motivados, sean más fieles -una característica importante en un sector que se caracteriza por una alta rotación de personal y “pirateo” de talento- y más productivos.
Por otro lado, ser una corporación socialmente responsable tiene un efecto positivo en la percepción de los posibles clientes sobre la empresa y puede incidir en su decisión final de compra.
“Las fundaciones e incluso el gobierno, no vamos a poder llegar a todas las personas que lo necesitan, ni todo el dinero del mundo nos alcanzaría para llegar, ¿qué necesitamos? Que cada una de las personas que nosotros beneficiamos, cada una de las vidas que tocamos se convierta en un multiplicador que entonces sí, ahí sí vamos a poder; se va a viralizar que con ganas y si te acercan la oportunidad se puede”, concluyó Fabris.