Emplearse es el último paso en la reinserción social de las personas que estuvieron presas; sin embargo esto puede resultar complicado si no encuentran en los centros penitenciarios opciones para hacerlo.
Por ello, en La Cana se capacita a las mujeres en diversas técnicas de tejido, bordado, costura, macramé y tramado textil mediante un taller que se lleva a cabo semanalmente dentro de cada uno de los reclusorios en los que se trabaja, además durante 2020 implementaron talleres de salud mental, educación, arte, cultura y deporte en una modalidad virtual que propicia el crecimiento personal de las reclusas.
Con las actividades impartidas dentro de los reclusorios, se busca que las mujeres adquieran un oficio y herramientas de conocimiento laboral que, al obtener su libertad, les permita generar un ingreso con el que puedan convertirse en un sustento para sus familias y de esta forma contribuir a reducir los índices de reincidencia y delincuencia en el país.
“A través de las actividades de La Cana fomentamos valores como la disciplina, el esfuerzo, el compromiso y el trabajo en equipo, asimismo buscamos el acercamiento de las tejedoras a la cultura y las artes como medio de expresión”, destacó la vocera del proyecto, Raquel Aguirre.
La más de 160 mujeres privadas de su libertad que pertenecen a La Cana, crean colecciones especiales con las que apoyan diversas causas como lo fue la colección “Héroes y heroínas” con la que se pudieron comprar artículos de protección contra Covid-19, que fueron donados a personal sanitario.
La Cana opera en los reclusorios de Barrientos, Nezahualcóyotl Sur y Ecatepec en el Estado de México y Santa Martha Acatitla en la Ciudad de México.