El pago de un salario alto no siempre es un factor que impulse la motivación en el trabajo.
Tan es así que se han creado programas de reconocimiento en las empresas, que según el autor Stephen P. Robbins, en su obra titulada “Comportamiento Organizacional”, van desde decir “gracias” en forma espontánea y en privado, hasta actividades muy formales y publicitas por parte de la compañía a sus colaboradores.
Un ejemplo de ello es el denominado “empleado del mes”, donde mensualmente se nominan a un grupo de personas con base a sus esfuerzos y resultados, y los ganadores son publicados en una pizarra visible para todos, lo que alienta a seguir sumando esfuerzos con la compañía, al ser reconocidos por su trabajo.
CONSULTA NUESTRO ESPECIAL APLICA LA NOM-035
Aunque esto parezca de poca importancia, se ha demostrado que tiene gran efectividad y hace que el trabajador genere sentido de pertenencia a la empresa con quien colabora, lo que coadyuda a tener un entorno organizacional favorable y así evitar riesgos psicosociales en el centro de trabajo (Punto 5,1, inciso c), NOM-035-STPS-2018, Factores de riesgo psicosocial en el trabajo-Identificación, análisis y prevención).
La ventaja de este programa es que no necesariamente se tiene que hacer un gasto para dar las “gracias” sinceramente, pues todo reconocimiento debe estar basado en políticas relacionadas con el desempeño de los colaboradores. El ganador puede ser recompensado con la entrega de una tarjeta de agradecimiento, boletos para el cine, un día o tarde libre, etc.
Asimismo, tampoco se trata de dar premios costosos, que a veces carecen de significado, lo cual también resultaría contraproducente. Por ejemplo, entregar un automóvil último modelo, un reloj costoso, etc., pues de lo que se trata es de dar personalmente las gracias, haciéndole saber porqué su función es tan valiosa para la empresa.
No solo es dar elogios, debido a que ese programa ayudará a que aquellos trabajadores que al final del año han tenido un buen desempeño, puedan ser tomados en cuenta para un aumento salarial o inclusive para subir de puesto.
El patrón debe buscar un equilibrio en los programas de reconocimiento que implemente, analizando cómo expresar esa retribución a sus colaboradores, y que verdaderamente los anime a trabajar de manera efectiva y productiva, pues de lo contrario caería en el error de no ser tan alentador y desmotivar su desempeño.
Lo anterior, debido a que no ganar ese premio generaría estrés, frustración por el logro no alcanzado, baja autoestima, o desinterés por parte del personal.
De ahí que lo recomendable es que al crear ese tipo de recompensas, se señale por escrito (a través de una política), qué es lo que se calificará, quién o quiénes son los responsables de calificar, como se hace la votación, y si se nombrará el segundo y tercer lugar; es decir, todo lo necesario para que la elección sea justa, y que no se trata de favoritismos o conductas discriminatorias hacia los trabajadores.
Otra alternativa para no generar conflictos puede ser premiar no solo a una persona, sino al equipo de trabajo, a fin de que sean reconocidos todos, pues no necesariamente debe existir un ganador porque esa es la regla, si hay más personas que también se merecen reconocimiento.
