Niveles de productividad de la mano del bienestar

Acciones tan "obvias", cómo descansar adecuadamente y construir hábitos saludables, se relacionan directamente con el desempeño diario de las personas

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 .  (Foto: iStock)

“Un enfoque común en las empresas ha sido abordar problemas, como la obesidad, hipertensión y burnout, pero de manera aislada. En muchas ocasiones, sin entender el rol que juega el estrés laboral y la carga de trabajo en estos problemas”, advirtió el promotor del buen descanso y CEO de Body Systems, José Antonio Mársico.

En México, los trastornos derivados de un mal descanso impactan severamente en la productividad y compromiso del 45% de la población, según estudios de la UNAM. Mientras que, la mitad de las muertes en el país, antes de la pandemia -733,000 en 2018-, fueron atribuibles a enfermedades relacionadas con una mala alimentación, como diabetes, cáncer y deficiencias cardiovasculares y cerebrovasculares, detalló. 

El directivo señaló que acciones tan ‘obvias’, cómo descansar adecuadamente y construir hábitos saludables, se relacionan directamente con el desempeño diario de las personas. Aseguró que, “se trata de acciones que aunque parezcan mínimas, impactan en la calidad de vida y, por tanto, en el rendimiento y compromiso profesional”.

El directivo sugirió los siguientes aspectos para incorporar hábitos saludables en la vida de las personas que intentan crear un balance entre lo personal y lo profesional:

  • identificar las horas de sueño necesarias. Estas dependen del tipo de actividades que se realicen con regularidad y el nivel de esfuerzo que se invierte durante un día. Por lo general, son entre siete y nueve horas el tiempo de descanso para mejorar considerablemente la salud de una persona

  • elegir una hora determinada para dormir: es una meta que debe lograrse en el corto plazo y ceñirse a ella lo más posible, incluso en los fines de semana, para construir un hábito y mantener un ritmo

  • alimentarse correctamente: se recomienda preparar sus propios alimentos y evitar las cantidades excesivas de comida, que se asocien con la acidez estomacal, así como consumir bebidas alcohólicas que alteren los horarios de sueño

  • realizar una actividad física: programar la mente para introducir nuevos hábitos también implica destinar tiempo a ejercitarse. Esto permite gastar energía y preparar al cuerpo para mejorar el descanso por las noches

  • comenzar prácticas de relajación, como el mindfulness y el relajamiento muscular, ayudan a prevenir y reducir la hormona del estrés, que puede ser uno de los principales factores que imposibilitan el buen descanso

“Estas actividades se pueden emprender en casa, desde lo individual, y en el regreso a la oficina, a través de programas de bienestar que impulsen el principio ADN, que significa mayor actividad física, descanso y mejor nutrición”, concluyó José Mársico.