El “techo de cristal” es la barrera invisible a la que se exponen las mujeres altamente calificadas en lo profesional, que les impide alcanzar los niveles jerárquicos más altos, sin importar sus méritos o logros laborales.
En México, pese a que el 45% de los graduados universitarios son mujeres, las mujeres continúan subrepresentadas en todos los niveles de la organización. La presencia de las mujeres disminuye a 25% en niveles gerenciales y directivos, y el porcentaje de mujeres en comités ejecutivos es únicamente del 10%, de acuerdo con el estudio “Una ambición, dos realidades” publicado en 2018 por McKinsey & Company.
“Como sociedad nos urge romper el techo de cristal para que exista la equidad de género, cada una de nosotras podemos contribuir a que esto suceda”, señaló La Puerta y En Red Hadas.
Por lo anterior, la Directora Comercial de la agencia EnRedHadas, Fernanda Barbosa, propuso 5 acciones para impulsar a las mujeres romper el techo de cristal:
1. Crear programas de mentoring y coaching: Las mujeres emprendedoras y empresarias dedican tiempo a trabajar con otras mujeres para ayudarlas a explotar su potencial y talento, con la finalidad de que alcancen posiciones de liderazgo y responsabilidad. Esto ayuda a que cada vez más mujeres cuenten con las herramientas necesarias para que puedan planear su carrera y conseguir posiciones prometedoras. Se podría decir que se trata de mujeres empedrando a otras mujeres y gracias a las redes sociales y las nuevas tendencias de comunicación esto ha ido facilitándose y llegando a más mujeres.
2. Dar conferencias: Las mujeres con éxito profesional e influencia pueden dar conferencias para aconsejar a mujeres empresarias y emprendedoras. Este tipo de consejos ayudan a apoyar el desarrollo y progreso de la mujer. Además, las conferencias sirven como foro para que las mujeres expresen sus intereses, inquietudes y necesidades. Hoy en día, existe la gran oportunidad de poder oír diferentes puntos de vista y consejos de mujeres en todo el mundo, gracias al internet.
3. Movilizar a la opinión pública para influir en las agendas nacionales: Las mujeres con influencia y con éxito profesional son más vistas, es por eso que ellas puedan ayudar a darle visibilidad a los movimientos sociales en contra de la violencia machista y a favor de la equidad de género y de inclusión. Las redes sociales pueden servir como una poderosa herramienta, ya que sirven para influenciar a la opinión pública a nivel nacional y por lo tanto se convierten en temas relevantes de la agenda pública.
Movimientos como #NiUnaMenos han alcanzado relevancia e impacto de una manera insospechada, por lo que es necesario seguir alzando la voz y unirse a este tipo de iniciativas que empoderan a la mujer y la informan.
4. Dar a conocer iniciativas de paridad de género: Al ser más vistas, las mujeres influencers tienen el poder de hacer que otras mujeres conozcan las iniciativas que se están promoviendo a nivel nacional para cerrar la brecha de género en el mercado laboral, las apoyen y las difundan. Las alianzas público-privadas en la actualidad están buscando aumentar la participación económica de las mujeres, reducir las brechas salariales entre hombres y mujeres, y aumentar la presencia de mujeres en altos cargos gerenciales y directivos.
5. Promover prácticas que hagan compatible la vida familiar y laboral: Muchas mujeres empresarias y emprendedoras aplican en sus propias empresas políticas que permiten que sus trabajadoras puedan cumplir con sus roles familiares y laborales, y les permiten el crecimiento y desarrollo en puestos de responsabilidad. Las mujeres exitosas pueden poner el ejemplo llevando a cabo este tipo de iniciativas, para que en las siguientes generaciones exista mayor igualdad en la cultura familiar y laboral.
Es momento de romper el “techo de cristal” para que las mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades, sin que existan las brechas salariales y las mujeres tengan un mayor acceso a cargos de directivos. Podemos poner nuestro granito de arena para empedrar a las mujeres y promover la igualdad de género, concluyó Barbosa.