¿El trabajo de las mujeres es invisible?

Olvidar las labores domésticas es invisibilizar el aporte económico de las mujeres

 .  (Foto: iStock)

Valeria Torres

Mientras las mujeres salen a trabajar compartiendo con los hombres la tarea de proveedor, siguen siendo las principales responsables de las tareas domésticas y de cuidado, advirtió Mamá Godín. 

Las mujeres además de dedicar una jornada remunerada realizan una más dentro de casa. De acuerdo con la OCDE, las mexicanas llevan a cabo más del 75% de los quehaceres del hogar, incluyendo las tareas domésticas y el cuidado de los niños, en promedio le dedican 39.7 horas a la semana, en contraste con las 15.2 horas semanales de los hombres.  

A este trabajo y a todas las horas dedicadas al hogar y al cuidado de los hijos, de personas enfermas o adultos mayores se le conoce como economía de cuidados, un trabajo que no cuenta con derechos laborales, prestaciones, ni mucho menos un pago monetario, pese a que esta labor sea la base de la estructura familiar, aún permanece invisible y desvalorizado.  

De acuerdo con la firma, lo anterior tiene como consecuencia que las mujeres se sumen a la fuerza laboral  en la informalidad, pues al tener el peso del cuidado del hogar y de los hijos, no cuentan con el tiempo suficiente para combinar la vida laboral y personal, y prefieren optar por jornadas parciales donde no cuentan con seguridad social, ni prestaciones laborales. 

Por otro lado, la economía de cuidados sumado a una jornada laboral remunerada provoca un desgaste físico, emocional y mental en las mujeres. 

“Es bien sabido que las tareas domésticas y de cuidados se multiplicaron durante el confinamiento, lo que ha generado altos niveles de estrés y depresión. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) algunos países han registrado altas tasas de síntomas de ansiedad (6-51 por ciento), de depresión (15-48%), trastorno de estrés postraumático (7-54 por ciento) y sufrimiento psicológico no específico (34-38%)”, refirió. 

¿Por qué no lo vemos?

“Adam Smith, considerado como uno de los mayores exponentes de la filosofía económica, sentó las bases de la economía clásica dejando fuera el papel de las mujeres, así lo analiza Katrine Marçal en su libro ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?, donde toma en cuenta el trabajo del carnicero, el panadero y de todos los involucrados para llevar el alimento a su mesa, olvidando el trabajo realizado por su madre, preparar la cena”, detalló Mamá Godín.

Subrayó que olvidar esta labor es invisibilizar el aporte económico de la mujer, según el Banco Mundial si se cerrara la brecha entre la participación de hombres y mujeres, el ingreso per cápita sería 22% más alto en México. Mientras que el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señaló que se obtendrían 2,500 millones de pesos adicionales por Impuesto sobre la Renta (ISR). 

“En el caso del ISR, a mayores sueldos, mayores impuestos, por ello, al acceder una de las partes de la familia a la formalidad, el otro se queda en la informalidad, que mayoritariamente son las mujeres quienes ocupan estos tipos de puestos” añadió el director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), Héctor Villareal.

Mamá Godín añadió que esta invisibilidad ocurre porque se piensa que estas actividades domésticas y de cuidado son innatas y responsabilidad propias de las mujeres, pues nacieron para ello. 

“Afortunadamente se comienza a tomar en cuenta el desempeño de la mujer dentro de las organizaciones. Diversos estudios apuntan que, las mujeres en posiciones de liderazgo incrementan la productividad de la empresa”, destacó.  

No sólo basta con reconocer la importancia de la economía de cuidados, también se tiene que actuar para revertir estas desigualdades. Se necesita redistribuir esta carga de trabajo entre hombres y mujeres para juntos avanzar hacia una mayor equidad, puntualizó. 

“Hay un costo laboral para la mujer, lo vemos con la brecha salarial, la segregación ocupacional, y el costo aumenta aún más cuando deciden ser madres. Lo ideal, incluso utópico, sería eliminar este costo. Que toda mujer que decida ser madre no tenga que pagar este costo, sin embargo, todavía nos falta mucho por recorrer, pues en los países más avanzados todavía no se elimina en totalidad este costo” añadió la directora de Gender Issues, Tatiana Revilla. 


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