Home office, ¿detonante de ansiedad y depresión?

Esto no solo es peligroso, sino que de acuerdo al IMSS, contagioso

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 .  (Foto: Getty)

75% de las personas en México padecen estrés laboral, lo que desencadena trastornos de ansiedad y depresión y aunque las autoridades publicaron en 2018 la NOM-035 en la que establece como una obligación de las empresas el garantizar un entorno favorable en los centros de trabajo, sobre todo en el aspecto psicosocial, la situación no mejoró, aseguró Mamá Godín. 

“Las acciones no han sido suficientes para garantizar la salud mental de los trabajadores y trabajadoras del país, que deben enfrentar diariamente largas jornadas y poco descanso vacacional. Sumado a esto, las mujeres que son madres y al mismo tiempo empleadas se enfrentan no sólo al señalamiento social, sino al trabajo extra de encargarse casi por completo de las tareas domésticas y del cuidado de los hijos”, denunció la directora de la firma, Aideé Zamorano. 

Y aunque previo a la pandemia, el trabajo en casa era considerado un elemento que podría ayudar a reducir este problema; sin embargo, de acuerdo a la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh), desde la escalada de esta práctica en el país, se han registrado más casos del síndrome de burnout, que de acuerdo a la OMS, se trata del agotamiento como resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito.

Además, la encuesta global de OTRS Group (Open-Source Ticket Request System), señaló con respecto al año pasado que casi una cuarta parte de los participantes advierten del constante peligro de incrementar las horas de trabajo durante el home office. 

“Esto puede observarse debido al constante uso de las juntas virtuales, a la dificultad de la desconexión digital debido a aplicaciones de mensajería como WhatsApp que brindan una sensación de eterna disponibilidad, y en cierta medida, a una percepción del tiempo que puede alterarse debido a la falta de cambios de escenario. Todo suma”, destacó Zamorano.

Esto no solo es peligroso, añadió,  sino que de acuerdo al IMSS, contagioso: “ya que estar cerca o visualizar a otras personas en situaciones de estrés, puede aumentar los niveles de cortisol (la principal hormona del estrés) del observador”

En ese sentido, Mamá Godin, advirtió que si bien la necesidad de descanso es general, en el caso de las mujeres deben enfrentarse a terceras jornadas de trabajo, en las que además de atender sus responsabilidades laborales, se hacen cargo de las labores del hogar y del cuidado de los hijos, labores en las que no hay remuneración y que terminan en un cúmulo de estrés que desemboca en otros problemas de salud mental. 

De acuerdo con datos de Inmujeres, ellas destinan en promedio 58.6 horas a la semana entre labores domésticas y de cuidados, mientras que los hombres apenas 22.1.

“Lo que se necesita es que las empresas y la sociedad misma ayuden a establecer una cultura equitativa que redistribuya las actividades domésticas y de cuidados. A fin de que el sistema contribuya a mejorar la inclusión laboral de las mujeres”, opina al respecto Zamorano.

El foco debe estar en la salud mental

De acuerdo con la OMS, “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”, por lo que, agregó, no es algo que se consiga sólo con la falta de trastornos o discapacidades mentales, ya que este bienestar que menciona como necesario, es la clave para “nuestra capacidad colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento y disfrutar de la vida”.

Debido a lo anterior, la salud mental debería ser una de las prioridades de los sistemas de gobierno y filosofías empresariales, siendo que actualmente, la preocupación más inmediata es por la ausencia de malestares físicos, pese al reconocimiento que la Secretaría de Salud hace sobre su importancia en su estudio sobre la salud mental en el país. 

La realidad es que debido a la cantidad de estrés laboral a la que se enfrentan, los trabajadores mexicanos se enfrentan a desgaste emocional, angustia, depresión, adicciones al tabaco, alcohol y drogas, y en casos extremos, al suicidio, de acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Asimismo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estableció en el Convenio 132 que “las vacaciones no serán en ningún caso inferiores a tres semanas laborables por un año de servicios”, esto, en definitiva, se encuentra lejano al contexto actual de nuestro país, que encabeza la lista de países con más estrés laboral pese a no ser una súper potencia, como en el caso de otros países que lo acompañan en el podio. 

El caso de México es uno de los más complicados de América Latina, puesto que, de acuerdo con su Ley Federal del Trabajo, los empleados tienen derecho a un periodo anual de seis días de vacaciones por un año de servicios, el país con la prestación más baja del continente. En países como Ecuador y Chile se brindan 15 días de vacaciones por año, en Costa Rica 14, en Honduras 10 y en Perú hasta 30, de acuerdo a las leyes del trabajo de cada país.

Con estos datos, no es de extrañar que México sea el más estresado del mundo, ya que no solo registra cortos periodos vacacionales, sino que las jornadas laborales son largas, dedicando un profesional promedio a cerca de 43 horas a la semana, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo cual rebasa la estipulación oficial de 8 horas al día en turnos diurnos estipulado con la Ley Federal del Trabajo. 

“Sería necesario replantear y fortalecer las medidas antiestrés en los trabajadores mexicanos, a fin de asegurar una mejor calidad de vida y disminuir los problemas de salud mental de la población, esto no sólo la volverá más feliz, también más productiva. Un ganar-ganar”, reflexionó por último Aideé Zamorano, fundadora de Mamá Godín.