Una caja de ahorro es un fondo integrado por aportaciones voluntarias de los empleados de una misma empresa, para utilizar esos recursos a efectos de otorgar préstamos a los mismos subordinados, con tasas de interés reducidas y de fácil acceso.
La operación de la caja y la apertura de la cuenta bancaria respectiva reside en los trabajadores.
La participación en aquellos fondos supone que los subordinados se desprenden de parte de su salario y lo aportan para que al final de un periodo determinado vean incrementado ese dinero, a través de los intereses obtenidos de los empréstitos concedidos.
Se tiene la idea de que la caja de ahorro es una prestación que otorgan los empleadores a sus trabajadores, e incluso se confunde con el fondo de ahorro; sin embargo, el patrón solamente funge como retenedor del descuento correspondiente mismo que envía a la administración de la caja, pero no es quien otorga la misma, pues son los propios empleados quienes la crean, y en ningún momento aquel ve involucrado en su administración (art. 110, fracc. IV, LFT).
En este caso, el colaborador interesado en participar en la caja de ahorro, lo tiene que expresar por escrito y autorizar que la empresa individualmente lleve a cabo los descuentos a su sueldo por concepto de aportaciones a la caja de ahorro y con ello tener acceso a créditos, siempre y cuando cumplan con las disposiciones previstas en los estatutos establecidos.
El fondo de ahorro en cambio es una prestación extralegal con carácter de previsión social, que se integra con las aportaciones que hace el patrón y el trabajador, donde la compañía es la encargada de su administración y funcionamiento.
Aunque tienen el mismo fin de fomentar el ahorro, la diferencia radica en que una es constituida y gestionada por los propios trabajadores, en la otra sí interviene el patrón.
Para conocer los aspectos principales del fondo de ahorro, lo invitamos a la lectura del tema “Aspectos relevantes del fondo de ahorro”, disponible en el boletín electrónico 494, del 15 de septiembre de 2021.