Una de las estrategias para abatir la pandemia causada por el virus SARS COV 2 fue que las personas se quedaran en casa, lo cual “paralizó” a la sociedad y a la economía nacional e internacional.
En el ámbito laboral, las organizaciones pudieron responder ante esta situación adoptando la modalidad de teletrabajo.
Estos cambios generaron ventajas para los colaboradores y empleadores. Por ejemplo, en el ahorro de costos de transporte, para los primeros y de gastos en las instalaciones, para los segundos; sin embargo, sacrificaron la convivencia fraternal entre los integrantes de los equipos de trabajo.
Derivado a que existe un mayor índice de vacunación y acceso a pruebas de COVID-19, las personas están empezando a recuperar sus actividades, en la medida de lo posible, pues existen nuevas variantes del virus.
Ante esta situación, las organizaciones tienen la disyuntiva de solicitar a sus colaboradores que regresen a las oficinas, o bien se mantengan en el teletrabajo. De ahí que, Ángel Hernández Murillo, Creador de Contenidos de Great Place to Work® México, recoge y comenta diversos estudios, así como las posturas de diversos expertos, con el fin de que aquellas tomen una decisión que satisfaga a los involucrados.
Preámbulo
A nadie le queda la menor duda: el 2022 será el año de las definiciones en distintos temas. En especial, en el de reincorporar o no al total de los colaboradores a sus lugares de trabajo.
Pero la decisión, de acuerdo con Alma Rosa García Puig, CEO de Great Place to Work® México, no podrá venir en exclusivo de la dirección de las organizaciones ni de sus colaboradores. A su entender, se trata de un tema de consenso e incluso, de enfoque personalizado.
En noviembre del año pasado, según el COVID-19 Consumer Study, presentado por el Institute for Business Value (IBV) de IBM, un 52 % de los colaboradores de oficinas preferían seguir en casa con eventuales visitas al lugar o citas de trabajo. Un 28 % señaló que quería regresar, pero con la posibilidad de trabajar ocasionalmente desde casa. Solo un 11 % declaró que le gustaría volver todos los días a la oficina.
Otros estudios de carácter público indican que a finales del 2021, un 76 % de los colaboradores que aún se mantienen en home office quieren regresar a sus lugares de trabajo bajo un modelo híbrido (un par de días en casa y otros en las instalaciones), un 20 % desea regresar de tiempo completo y solo un 4 % reconoce que no tiene interés por volver a la rutina del trabajo presencial.
Regresar ¿para abrazar?
Al interpretar ambos estudios, es claro que hoy, la mayoría están de acuerdo en reincorporarse a sus puestos de trabajo físico. A decir de los expertos, más por temas de sociabilidad que por el querer ser más participativos, ello porque según la Coparmex, con el home office la productividad se incrementó aproximadamente un 28 %.
César Ogé, Chief Operations Office de Great Place to Work® México, opina que el trabajar en remoto ayudó a las organizaciones ya que el personal maduró rápidamente sus aptitudes y en el uso de herramientas tecnológicas. Al mismo tiempo, el desgaste de tiempo que representaba el traslado de su casa a la oficina se eliminó, lo mismo que los preámbulos para empezar la jornada laboral.
Con el teletrabajo, los colaboradores eficientaron su productividad porque quizá, empezaron a distribuir mejor su tiempo y ya sin ese cansancio generado por el camino de casa a la oficina y viceversa (en muchos casos, hasta de dos horas).
Aunque, expertos en temas de capital humano, comentan que las personas que perciben sueldos bajos se verán más castigados con un regreso a la oficina, porque el dinero –que por el confinamiento se ahorraban en transportes, comida y snacks– y ya destinaban para otro tipo de bienestar incluso de su familia, tendrá que regresar a los gastos corrientes, pero con el inconveniente de que han pasado dos años y hay inflación; es decir, encarecimiento de los bienes y servicios.
¿Al sol o la sombra del regreso?
Al retornar a los lugares de trabajo físico, las organizaciones también deben considerar que con el confinamiento muchas se liberaron de renta de espacios físicos, de pagos de servicios (agua, luz, internet, teléfono) y diversos gastos (papelería, mantenimiento de equipos, etc.) que hoy van a regresar y que quizá, muchos no se han detenido a calcular. Además de tomar en cuenta que el COVID-19, simplemente, no se ha ido y se necesitarán medidas de seguridad para proteger a la gente.
Alma R. García, CEO de Great Place to Work® México, observa que seguir encerrados en casa, puede ser un riesgo para la salud física y psicológica. Aunque en 2020, cuando varios colaboradores se fueron a modo digital y empezaron a reportar incrementos en la productividad de hasta 40 %, para el mismo periodo de 2021, esta fue solo del 18 %.
La razón, desde la perspectiva de la directora, obedece a que la gente está agotada del confinamiento y de sus implicaciones. Además de que como seres humanos, necesitamos del contacto y del socializar sin tener de por medio una pantalla.
En su opinión, lo más inteligente sería implementar un sistema híbrido de regreso al trabajo, que permita mantener la productividad y promover esa cercanía con las personas para romper con la rutina que impuso el aislamiento.
“Creo que si el retorno se planea bien, atendiendo desde las áreas de recursos humanos a las necesidades personales de cada quien, tendría que ser más un tema que motive y fomente el regreso para la interacción física entre los equipos, mantenga la productividad y respete los tiempos de las personas”, externa.
Alma R. García considera que el modelo híbrido ofrece la respuesta más clara y práctica al dilema de retornar o no a los lugares de trabajo, porque es el justo medio.
Conclusión
Al final, cada organización o sus líderes tomarán su mejor decisión pero esta, sí que deberá ser consensuada, de común acuerdo entre la dirección, los líderes y los colaboradores. O al menos eso es lo que en la buena práctica harán los lugares para trabajar que promueven culturas de confianza y cuidado de sus colaboradores.