Impacto del neuroliderazgo en las organizaciones

La neurociencia ayuda a los líderes a conectar mejor con los colaboradores para una comunicación más positiva

Los directivos de las empresas son una pieza clave para que estas logren sus objetivos, por ello es necesario que todo líder tenga un neuroliderazgo fundamentado en las neurociencias, con el fin de que trasciendan en las organizaciones y sean una mejor versión de ellos.

En virtud de ello, el doctor en Alta Dirección Estratégica Internacional Rubén Darío Merchant Ubaldo, quien es catedrático de posgrado en Derecho, Criminología y Alta Dirección, aborda qué es el neuroliderazgo y su aplicación en las organizaciones.

Líderes en las organizaciones

Los líderes tienen la capacidad de influir en el comportamiento de las personas para que aporten sus talentos particulares en la consecución de objetivos comunes; es decir, tienen un papel fundamental para colaborar con los miembros de las organizaciones como un efecto “Pigmalión positivo”.

Varias empresas eligen a directivos estrategas para seguir creciendo y contar con mayor expansión en el mercado, pues tienen claro que deben adaptarse a los cambios que se originan en su entorno, tal y como sucedió con la pandemia, de no ser así, corren el riesgo de desaparecer en el mercado competitivo de productos y servicios ofertados a los consumidores.

Para ser un dirigente integral se requieren distintas cualidades, como: visión; principios y valores; plan de acción; capacidad, identidad y empatía; experiencia y trayectoria con base en logros o resultados; dominio de diversos idiomas; habilidades de comunicación; manejo financiero; experiencia en alianzas estratégicas; manejo adecuado de grupos; talento, creatividad e innovación; adaptabilidad al cambio; manejo asertivo de relaciones públicas; control de crisis situacionales; sentido de inclusión social, y capacidad de solución de conflictos y habilidades de negociación.

El líder tiene un sentido filosófico peculiar, porque ve un aprendizaje en los fracasos y áreas de oportunidad en los problemas; constantemente está en entrenamiento y equilibrio. Lamentablemente, también existen guías con propósitos o fines negativos, como en su momento la historia nos describió a Adolfo Hitler u otros personajes que causaron daños a la humanidad.

Por su parte, el metalíder cuenta con ingredientes adicionales, de ahí que, el liderazgo interno precede al externo, pues la persona es consciente que para capitanear a los demás, primero se introspecciona. Busca un cambio de paradigma en beneficio de los colaboradores y de la organización; además, sabe adaptarse al cambio, aunque sea radicalmente y tiene la capacidad de provocar una disrupción con propósito e innovación constante —de hecho, dejar un legado y sucesión son metas primordiales dentro del metaliderazgo—.

Neuroliderazgo y los distintos tipos de inteligencias

Actualmente, estamos en la era de las neurociencias y que representan un conjunto de disciplinas científicas encargadas de estudiar el cerebro humano a través de su:

  • estructura: frontal, occipital y temporales
  • funciones: cognición, memoria, motivación y emoción
  • bases moleculares: neuroquímicos y hormonas, y
  • patologías del sistema nervioso: patologías y esquizofrenia

Recientemente se habla de neuroliderazgo, como una visión del líder que se fundamenta en los últimos avances de las neurociencias, siendo una técnica para gestionar grupos de colaboradores. Conviene precisar que las aportaciones de las neurociencias no reemplazan por completo las prácticas convencionalmente asociadas con el liderazgo, solo la complementan y amplían. Por tal motivo, enseguida se citan algunos aspectos de la aplicación del neuroliderazgo en las organizaciones.

Inteligencia

Algo que distingue al neurolíder es su capacidad de desarrollar distintos ejemplos de inteligencias como la racional, social, emocional, digital, estratégica; e incluso, las inteligencias múltiples; es decir, cada persona tiene distintos tipos de intelecto. Lo trascendente, es que tenga la posibilidad de descubrirlas y potencializarlas en su vida o centro de trabajo.

Conocimiento

El neurolíder cultiva su mente y nunca deja de aprender. Lee libros, revistas, se capacita y está informado constantemente, pues gracias a ellos puede experimentar otras cosas para ejercer un buen liderazgo, sabe que el conocimiento es poder, pero debe ir acompañado de acciones para que sea efectivo.

Toma de decisiones

Se ha comprobado a través de las neurociencias que algunas decisiones las realizamos inconscientemente. Al efecto, el servicio de radiodifusión alemán Deutsche Welle ejecutó una investigación denominada “Nuestro cerebro es lo que comemos”, en el cual se detalla, cómo los alimentos inciden en nuestro comportamiento y cuáles son los nutrientes que necesitamos para tener un rendimiento más efectivo en una organización y de nuestros colaboradores.

Un neurolíder no procrastina, pues para actuar adiestra a su cerebro a responder inmediatamente, regularmente cinco segundos le bastan para accionar y moverse.

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 .  (Foto: IDConline)

Cuestión de enfoques

El neurolíder tiene claro que cuando hace partícipe a mujeres y hombres en la solución de problemas (por poner un ejemplo) los enfoques o puntos de vista de ambos son distintos, y mucho de ello guarda relación por su estructura cerebral (límbico, reptiliano o neocórtex). Esto es indispensable cuando se ejerce un neuroliderazgo con perspectiva de género.

Experiencia

Si algo tiene el cerebro humano, es que retiene con mayor facilidad la información que proviene de experiencias o testimonios positivos o negativos. Por lo tanto, representa una gran oportunidad para el neurolíder, debido a la influencia que puede generar en sus seguidores utilizar este tipo de neuroliderazgo. De hecho, existe una figura que se denomina Storytelling (narración de historias), la cual sirve eficazmente para motivar a los trabajadores dentro de una organización.

Aprendizaje por asociación

Tradicionalmente, hemos usado la memoria como forma de adiestramiento; sin embargo, si la asociamos con algún objeto, color, olor o momento significativo, lograremos que el cerebro lo registre con mayor facilidad, incluso, que difícilmente se olvide. Verbigracia, un directivo puede recordar lo valioso que fue en algún momento reunir a los trabajadores y sus familias en un fin de semana e incidió en los resultados y en un excelente ambiente de trabajo en días posteriores.

Hidratación, descanso, ejercicio físico y mental

Un cerebro bien hidratado en comunión con un notable descanso, clarifican las ideas y generan una actitud positiva. Por su parte, los líderes deben estar en actividad física constante para liberar toxinas y demás sustancias nocivas al organismo, también el ejercicio mental a través del juego de ajedrez y el hacer cuestionamientos universales de alguna situación o problema, potencializan la capacidad de liderazgo como estratega.

Salud mental

En múltiples ocasiones, se hace mayor énfasis a la salud mental de los trabajadores en comparación con los directivos o ejecutivos de una organización. En estos últimos, se debe acudir con profesionales especialistas para tener un liderazgo más inteligente al dirigir a sus colaboradores, evitando síndromes como el de Bournout, Procusto o Salomón.

influencia de la música

Dentro de una organización es posible utilizar cierto tipo de música para trabajar y concentrarse, sin duda en algunos casos, el cerebro humano tiene la capacidad para lograr mayor dinamismo en sus actividades. Aunque, todo depende del tipo de persona, circunstancia, entorno o actividad que se tenga, pero sería bueno llevarlo a la práctica y analizar su funcionalidad.

Programación neurolingüística

Pareciera complicado e inusitado, pero es necesario reiniciar el cerebro para que funcione adecuadamente, sobre todo cuando la información contenida resulta ser demasiada o perjudicial. Conveniente es entonces, inyectarle aspectos positivos como la determinación y pasión, eliminando también palabras como “pero” o “es que”.

En el mundo del liderazgo, es imprescindible desaprender para aprender y una herramienta para lograrlo es la programación neurolingüística. Igualmente, la meditación ayuda a lograr una paz interior y estar bien con los demás.

Mentor

Durante nuestra vida es recomendable contar con un mentor que nos inspire y motive a lograr nuestros objetivos. Puede ser mujer u hombre con distintas cualidades asertivas y que provoque empatía con los integrantes dentro de una organización, ello debido a que ha transitado por distintos caminos, además, se ha forjado con base al conocimiento y la experiencia.

Neurocientíficos

Las aportaciones de los neurocientíficos a las neurociencias, y en específico, al neuroliderazgo, resultan valiosas. De hecho, las neurociencias se han fusionado con otras disciplinas o ciencias como neuromarketing o neurocoaching.

Definitivamente, sería relevante que tanto la academia a través de distintas universidades, colegios o institutos, así como la iniciativa privada, continúen invirtiendo en tan noble área del conocimiento.

Conclusión

El neuroliderazgo resulta ser un complemento significativo en todo líder o metalíder que desea evolucionar o trascender. Todo proceso de transformación requiere un esfuerzo, convirtiéndose de esta forma, en un profesional experimentado dentro de una organización, ya sea del sector público o del privado y entender que, el liderazgo, es una filosofía de vida para ser cada día la mejor versión de nosotros mismos.