Environmental, Social and Governance —ESG por sus siglas en inglés— o criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG), se refiere a los efectos en el medio ambiente por la actividad empresarial, la relación que se tiene en el entorno social y al gobierno corporativo de las organizaciones.
Al atender estos tres factores, las compañías tendrán una mejor sostenibilidad en sus inversiones, porque generan valor e impulsan su crecimiento, derivado del impacto positivo a la sociedad en la que se desarrollan.
Estas prácticas son comunes para algunas empresas transnacionales, pero con el acercamiento de estas a las compañías nacionales, la adopción de este tipo de políticas se está volviendo más común, lo cual está generando un verdadero cambio en los negocios y en las relaciones laborales.
De ahí que IDC, Asesor Fiscal, Jurídico y Laboral, se acercara con el Maestro Ulises Moreno, socio de la firma de abogados Pérez Correa González y Asociados, para que resolviera algunas inquietudes respecto a estas nuevas prácticas.
¿Cómo definiría la práctica ESG?
Por sus siglas en inglés –ESG– (medio ambiente, responsabilidad social y gobernanza compartida), conlleva a una nueva visión empresarial que busca impulsar un mayor cuidado en el ecosistema y respetar la dignidad humana de las personas, lo cual se logra mediante políticas de inclusión y de no discriminación.
Esta práctica se emplea en Europa desde hace tiempo, porque las organizaciones y los consumidores exigen que se transite hacia una nueva forma de hacer negocios, con una mayor responsabilidad social.
Su aplicación en Estados Unidos de Norte América es relativamente reciente, pero en México lo es todavía más. Esto debido a que algunas empresas extranjeras que se instalan en nuestro país, traen dentro de sus estructuras, prácticas de ESG y buscan integrarlas con sus proveedores locales, solicitándoles que cumplan con diversos requerimientos en materia de cuidado al medio ambiente, responsabilidad social y buen gobierno.
Las políticas de ESG se emplean porque son ahora una necesidad; además, de ser una tendencia internacional, porque al pertenecer a una economía global, es imposible quedarse atrás.
¿Qué significa para una empresa incorporarse a la práctica de ESG?
ESG va más allá del cumplimiento normativo. Desde luego que las organizaciones deben acatar en todo momento la ley, pero cuando se incorporan a esta práctica, asumen que existe una responsabilidad impostergable con el medio ambiente y en el trato hacia las personas.
Varias de las consecuencias ambientales que estamos viviendo son porque no se tomaron medidas para tener un presente distinto. Por eso, es una realidad tener que actuar de manera diferente a como se venía haciendo; de lo contrario, vamos a seguir empeorando las condiciones del planeta y las relaciones entre las personas.
De ahí que se busque asumir que el humano es un actor más en el ambiente en el que se desarrolla y no el factor dominante; es decir, el aprovechamiento de los recursos naturales debe encontrar una justificación ética mediante el respeto al medio ambiente, y cada vez más la sociedad se concientiza y responsabiliza sobre esto, y exige que los negocios tomen partido en este tema mediante acciones concretas y resultados constatables.
Relacionado con la materia laboral, se busca un trato verdaderamente humano, a través del respeto y la inclusión, que son valores fundamentales que deben considerarse en todas las políticas de las compañías.
Esta es una de las preocupaciones centrales de ESG, porque observamos que existe una correlación directa entre el valor de una empresa y el bienestar de los empleados. Las medidas de no discriminación impulsan una igualdad de oportunidades, pero también evitan que las diferencias salariales se basen en elementos injustificables, como la edad, el género, la raza, la religión, etc.
Además, las políticas de inclusión y diversidad fortalecen la pluralidad, lo cual también es una necesidad urgente, porque es fundamental que los órganos colectivos de las compañías tengan variedad en su conformación, creando un terreno fértil para el intercambio de ideas, lo cual sucede, en la medida en que se integren grupos con personas diferentes que tengan distintos puntos de vista, lo cual no sucede con la uniformidad, que es muy vertical e impide esa reciprocidad y la movilidad de ideas.
Esto permite tener la posibilidad de conocer otra visión que tal vez nunca se consideraría, si no se tuvieran políticas de ESG. El respeto a los trabajadores y al medio ambiente, tanto al interior de las empresas como hacia afuera, se vuelve el eje fundamental de ESG.
Es de recalcar que ESG impulsa el valor de las empresas en lo que más importa, las personas y el medio ambiente. Es difícil calcular un retorno inmediato con la implementación de este tipo de medidas, pero el costo de no hacerlo es mayor, por lo que debe verse en un sentido amplio y no a corto plazo.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las empresas en el proceso de incorporación y materialización de políticas sobre el respeto al medio ambiente, la responsabilidad social y gobernanza?
El reto más importante es el cambio de visión cultural y generacional, que lleva algo de tiempo para cambiarla. Ahora, se trata de responder a nuevas exigencias que van más allá de la rutina inmediata y empiezan al interior de la organización, y con toda una cadena de valor donde se incluyen a los colaboradores, los proveedores y los clientes, al quitarles los adjetivos y resaltar la parte humana que tienen.
En algunos países europeos donde están avanzados en este tema, se gestó este proceso de cambio poco a poco y en la medida en que se fue adoptando, se dieron los primeros pasos y que a su vez dieron lugar a otros y a nuevas exigencias —todavía mayores— que están por encima de los requerimientos legales.
Muchas empresas buscan adoptar las prácticas de ESG, pero en todo caso, la intención debe ser auténtica y no solo para obtener un reconocimiento, un diploma o un distintivo, sino que debe existir un verdadero compromiso en su interior y en sus relaciones al exterior; es decir, tienen que considerar siempre la humanidad en el otro, no solo es el cliente, el proveedor o alguien que cumple una función, sino personas con una dignidad intrínseca y asumiendo que en algún momento todos somos el otro. Esa es la parte más difícil.
¿Cómo se revisa y evalúa una empresa respecto a los factores de medio ambiente y responsabilidad social?
Existen parámetros generales y evidentes, desde la conformación de un órgano decisorio hasta las políticas que se tienen en el hacer de la empresa y en la relación con los empleados.
Esos instrumentos son estándares internacionales que se pueden aplicar de forma general y otros son unas mediciones más concretas dependiendo el tipo de empresa, en cuanto a su quehacer cotidiano.
Esto implica que algunas compañías ya tienen algunos de estos parámetros generales, pero es necesario adaptarlos haciendo una adecuación concreta, considerando su giro, pues algunos de estos indicadores no se destinan a todas las actividades, porque, en específico, no serían las mismas políticas las que aplican en una cadena hotelera, una mina, una empresa manufacturera o una armadora de vehículos, etc.
En su expertis, ¿cuáles son las deficiencias más concurridas en el sector empresarial, en cuanto al trato que se les da a los colaboradores y qué recomienda para solventarlas?
Este cambio implica un nuevo trato hacia las personas y su valorización en cuanto a su dignidad humana y no solo en el interior de las empresas, sino un cambio de idiosincrasia que en los últimos años se ha venido dando.
Ahora somos más conscientes y respetuosos del trato hacia los demás. Realmente tenemos una preocupación sobre la no discriminación, la inclusión, la pluralidad y el respeto al ecosistema. Fundamentalmente se observa que en esta forma de hacer negocios no es distinto de lo que vemos en general y de lo que hacemos como personas en la vida cotidiana. A la gran mayoría de la población le preocupa el medio ambiente y busca relacionarse de manera más digna con los otros. En general, se trata de llevar esta conciencia a los negocios.
Antes estaba la preocupación y ahora se quiere avanzar en el cómo, y ahí es donde entra ESG; es decir, en dar propuestas más concretas de actuar, lo cual es un gran reto.
En México existe mucho camino por recorrer y es precisamente lo que se pretende: realizar un cambio auténtico en el seno de las compañías y que incrementen su valor.
¿Cómo se integra la salud laboral en las cuestiones medioambientales?
El medio ambiente se integra con la salud laboral y con todo lo demás, ya que no podemos escapar al mundo en el que vivimos, del agua que usamos, ni al aire que respiramos. No importa el tipo de trabajo, ni el lugar en donde uno se desarrolle, todos vamos a tener la misma agua al abrir la llave e idéntico aire al salir a la calle.
De ahí que la salud laboral no es ajena en cuestiones medioambientales, pues es una parte importante, y el bienestar integra tanto lo físico como lo mental, lo cual también es una preocupación de ESG, porque lo que se busca es impactar positivamente hacia adentro de las empresas, pero también hacia afuera.
Nos tenemos que preguntar qué clase de huella queremos dejar y de ahí cuestionarnos qué hacemos en nuestra actuación cotidiana, qué se hace en las organizaciones, y cuál es la herencia que dejaremos hacia el futuro, más allá del estado de los resultados.
Esto se relaciona con el bienestar de los empleados, al existir un vínculo directo con el valor de las compañías, lo cual actualmente no está muy medido (o no es tangible numéricamente), pero el eje central de participación de la práctica ESG son las personas y el medio ambiente.
¿Cómo se da la sinergia entre el medio ambiente de trabajo (interno) y el medio ambiente natural (exterior)?
El bienestar laboral al interior de la empresa se refleja en sus acciones hacia afuera. Sería difícil que un mal clima laboral mantuviera una operación responsable con el medio ambiente externo por un largo tiempo, ya que están relacionados el bienestar de los trabajadores y la relación respetuosa con el medio ambiente, y si no estuvieran de la mano, no podría haber esta evaluación positiva.
Por ello las siglas de ESG —Environmental, Social and Governance— son las tres cosas que deben conjuntarse y no considerarlas aisladamente; por lo tanto, no es ajeno el bienestar de los empleados al medio ambiente y a la forma en que se desarrollan las actividades empresariales, por eso es una nueva visión de hacer negocios.
¿Qué medidas recomienda seguir para prevenir o reducir la incidencia y gravedad de las enfermedades provocadas por determinados factores ambientales peligrosos en el trabajo?
Independientemente de la actividad económica, cada persona tiene que realizar su parte. Lo importante es que cada uno asuma ese compromiso al interior, en el respeto a la dignidad de los subordinados y en el cuidado del medio ambiente.
Si se asume esa responsabilidad y se está comprometido con los valores que impulsa ESG, esto tendrá un impacto directo y no será solo aplicar una medida sino muchas más, unas generales y otras particulares dependiendo del giro de la empresa.
¿Adoptar las medidas previstas en las NOM para prevenir daños a la salud de los trabajadores, es suficiente para contribuir en la protección al medio ambiente?
Si bien el cumplimiento de las normas oficiales mexicanas (NOM) y de toda la legislación es lo mínimo que se espera que las empresas cumplan, las prácticas ESG ponen estándares más elevados.
Desde luego existen esquemas elementales y es imposible no cumplirlas si se está asumiendo este deber. Por ejemplo, las políticas de no discriminación, de inclusión, de diversidad; pero también tiene que verse más allá.
Cuando asumimos una responsabilidad encaminada a la norma, el nivel de compromiso de cada empresa varía y la idea es no uniformarlas, pues la naturaleza del negocio es diferente, pero sí tratar de impulsar el cumplimiento más elevado de lo que establece la ley.
Esto se vincula con el deber asumido con uno mismo, no es algo impuesto, ni que se realice para obtener necesariamente algo (un diploma, un distintivo, una foto), tiene que ser una responsabilidad verdaderamente auténtica; es decir, ver en las personas como un fin en sí mismo no como un medio, rescatando su parte humana, y en cuanto al medio ambiente, asumir que las medidas que se tienen que tomar ya no pueden posponerse, y que de no hacerlo, tendrá consecuencias peores a las que vivimos, que de por sí ya son graves.
Finalmente, ¿cuál es el impacto de tener un buen gobierno corporativo en las relaciones laborales?
La huella es bastante importante. En particular, tener un buen gobierno corporativo aumenta el valor de las empresas, porque se da un mayor diálogo y se consideran otras propuestas, implicando ver otra posibilidad.
Eso refuerza la toma de decisiones corporativas con un efecto al interior de las organizaciones, teniendo un buen clima laboral, lo que las fortalecerá indudablemente.
Cuando se adoptan las prácticas ESG y se implementan políticas de no discriminación y de inclusión, se tienen órganos de gobierno verdaderamente incluyentes y plurales y con ello los colaboradores se sienten identificados —porque van a estar más comprometidos con los objetivos y no los van a sentir como una imposición ajena a los propios—, y esto agrega un gran valor a la empresa.
Además, en los últimos años hemos visto generaciones más responsables y críticas, que exigen un mayor respeto como personas y hacia al medio ambiente con posturas muy definidas en diversos temas.
Al tener consumidores más comprometidos y analíticos es necesario que la inclusión y la diversidad dejen de ser un anhelo y se conviertan en una realidad. Entonces es de cuestionarse el quedarse en el pasado o transitar hacia el futuro deseable mediante la aplicación de políticas de ESG. En Pérez Correa González estamos comprometidos con esta visión.
* Nota del editor: Las opiniones vertidas por el especialista no necesariamente reflejan la ideología de la publicación