El síndrome que sufren siete de cada 10 mexicanos, ¿tú también lo padeces?

Solo un 23% de los profesionistas afirmó que nunca se ha sentido así

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 .  (Foto: iStock)

¿Has pensado o sentido que los logros profesionales que consigues no son para tanto?, ¿que no cuentas con las suficientes habilidades para desempeñar tu puesto?, ¿eres muy perfeccionista pero tu autoestima está por los suelos?, bueno, tú, como muchos trabajadores mexicanos, podrías ser víctima del síndrome del impostor.

Y no, no se trata de una persona que te hace travesuras, sino de tu interior, que constantemente te dice: “no lo mereces”, “no eres capaz”, “no perteneces a aquí”, ideas que llegan a tu mente y te atormentan por el miedo a fracasar al desempeñarte laboralmente o porque simplemente desconoces tus propias habilidades.

Se trata de un problema más común de lo que crees, pues de acuerdo con la encuesta “Termómetro Laboral”, elaborada por OCCMundial en los primeros días de junio, el 76% de los encuestados mexicanos mencionó que ha sufrido o sufrió el síndrome del impostor en algún momento de su vida profesional.

Si bien, el 46% aseguró que lo padeció esporádicamente y el 30% de manera recurrente, no podemos perder de vista que una gran cantidad de profesionistas no se considera capaz de desenvolverse profesionalmente, pues solo un 23% afirmó que nunca se ha sentido así, porque confían y creen en sí mismos.

El 45% de los encuestados aseguró que entre los síntomas emocionales que percibieron al padecer el síndrome está el miedo al fracaso, mientras el 28% dijo que su síntoma fue desconocer sus habilidades, para un 25% el querer ser perfeccionista y para un 1% tener baja autoestima.

Como ves, en algún momento de tu vida es probable que sientas que no estás a la altura de tu puesto de trabajo, que no eres capaz de realizar actividades o que minimices tus propios logros, pero hay una solución, toma consciencia de la situación, reconoce el problema que te aqueja e intenta motivarte, recordando las cosas que puedes hacer bien, por algo estás donde estás.

También se vale aceptar el fracaso, ser perfeccionista no es siempre una virtud, abraza los buenos resultados que brindes, pero no te martirices por los errores, recuerda que esos te ayudan a aprender y hacerlo mejor, tampoco te compares con nadie y si lo consideras, puedes buscar ayuda, ya sea de tu equipo, de amigos, compañeros, tu líder o de un profesional de la salud mental.