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La deshonestidad es un problema que puede impactar hasta en un 10% en los resultados financieros de las organizaciones, de ahí que las empresas busquen contratar a los candidatos más íntegros e incluso retirar vacantes si notan conductas contrarias, indicó Midot.
“Es así que aproximadamente 110,000 candidatos en el país han perdido una oportunidad de trabajo, luego de que las empresas identificaron en sus evaluaciones datos erróneos o falsos, lo que propició que una posible ‘oferta laboral’ fuera retirada”, destacó.
De acuerdo con un análisis realizado por la firma, sobre un millón de pruebas de integridad, 1.5% (aproximadamente 3 de cada 200 evaluaciones) de los candidatos han intentado hacer trampa o manipular la evaluación que es proporcionada por las empresas. Acciones como revisar datos en navegadores para responder a ciertas preguntas, figuraron entre las acciones deshonestas más comunes.
El Managing Director de MIDOT México, Fernando Calderón, afirmó que en una relación laboral la confianza es fundamental, así que sin importar el tamaño de la organización y el sector al que pertenecen, es fundamental implementar pruebas para predecir un comportamiento inadecuado.
“Las empresas están expuestas a riesgos basados en prácticas deshonestas, desde un robo, soborno, fraude o acoso, entre otros actos poco íntegros”, señaló.
¿Qué sectores se interesan más en este valor?
Adicional al número de colaboradores que procedieron de manera poca ‘honesta’ en sus pruebas de integridad, MIDOT identificó las cinco industrias más proactivas en el uso de este tipo de herramientas, a fin de hacer una adecuada contratación y evitar -con ello- la fuga de ingresos o activos. Éstas son:
Industria Bancaria
Servicios y atención al cliente
Retail
Industria financiera
Logística y traslado
En tanto, de acuerdo con datos de la Asociación de Certificadores de Fraude (ACFE, por sus siglas en inglés), casi la mitad de todos los fraudes organizacionales (tras analizar 2,000 casos) provienen de estos cuatro departamentos: operaciones (15%), contabilidad (12%), alta dirección y ventas (con 11%, respectivamente). El fraude ocupacional es la forma de delito, entendido como aquél que cometen los individuos contra las organizaciones que los emplean, es el más costoso para las empresas y, a su vez, el más común a nivel global.
Calderón insistió en que todos los fraudes, en el fondo, se basan en “abusos de confianza”. Otra razón por la cual los comportamientos inadecuados son tan costosos y comunes es que hay muchas personas en condiciones de cometer estos delitos.
La fuerza laboral mundial consta de más de 3,300 millones de personas, una gran mayoría de las cuales nunca robará ni abusará de la confianza de sus empleadores. Pero, si incluso un pequeño porcentaje de éstas “cruza la línea”, el resultado son millones de esquemas de fraude ocupacional que se cometen anualmente, comentó.
“Atravesamos una pandemia, muchas personas perdieron su empleo, hubo reducción de sueldos. Se pasó de una crisis sanitaria a una financiera que afecta a las personas y a sus familias. Esto lleva a una situación en la que se puede ser más propenso a cometer y racionalizar alguna práctica deshonesta”, puntualiza el Managing Director de MIDOT México.