Más vacaciones para México: de la intención a los hechos

La dimensión temporal del trabajo es trascedente, pero lamentablemente las estadísticas no mienten: México es de los países en los que se trabaja más.

La Comisión del Trabajo y Previsión Social del Senado aprobó el dictamen con proyecto de decreto para reformar la Ley Federal de Trabajo para elevar el mínimo de vacaciones de seis a 12 días al cumplir el primer año en una empresa, generando toda una serie de expectativas y discusiones.

Hay que recordar que dentro de los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se encuentra “el trabajo decente y el crecimiento económico”. Y para lograrlo, el tiempo de trabajo es un tema trascendental, y cuando hablamos de tiempo en el trabajo se tocan aspectos como la jornada laboral y las vacaciones.

De acuerdo con expertos, un diseño adecuado de la dupla jornada laboral y vacaciones se traduce en bienestar para el trabajador al experimentar un menor nivel de estrés, mejores hábitos, y la disminución del riesgo de enfermedades.

También se observa una mayor productividad dada la disminución de accidentes y lesiones en el lugar de trabajo, el aumento de la satisfacción y motivación, así como menores índices de ausentismo y de rotación de personal.

Por ello, la dimensión temporal del trabajo es trascedente, pero lamentablemente las estadísticas no mienten: México es de los países en los que se trabaja más.

En 2016 el banco suizo UBS elaboró el informe Price and Earnings, con 71 ciudades de los cinco continentes, enfocándose en lo que los trabajadores aseguran trabajar y descansar, sin importar lo que señale la ley.

El resultado indica que las tres ciudades donde más se labora son Hong Kong, Mumbai y Ciudad de México. Considerando la información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y enfocados en lo que dice la ley en términos de vacaciones, el máximo número de días que se otorgan a nivel mundial son 30, para países como Francia, Finlandia y Bahréin. Muy lejos se ubican México, Tailandia y Nigeria con seis días, solo superando a China, que tiene cinco días libres.

En torno a la aceptación que ha tenido en México esta propuesta, Coparmex  la ha aceptado, solicitando un aumento progresivo en los días de vacaciones para micro y pequeñas empresas planteando que en 2023 sean nueve días y en 2024, 12, y que el periodo de goce ininterrumpido de las vacaciones, se quede en seis días y seis días, y no suba a 12 en una sola exhibición.

En ese sentido surgen cuatro reflexiones:

  • a pesar de que se trabaje tanto en México, vivimos una baja productividad de nuestra mano de obra. Esta se resuelve a través de tres factores:
    • introducir el cambio tecnológico en las organizaciones, pero lamentablemente observamos que conocimientos y tecnologías asequibles no se difunden entre todas las empresas. Esta carencia se vence, siguiendo a la OCDE, con conectividad global, experimentación con nuevas ideas e inversión en capital basado en el conocimiento.
      Con respecto a este último punto se vuelven necesarios mejores niveles de formación y capacitación tanto en los centros educativos como laborales para el trabajador.
    • emplear eficientemente los recursos, lo cual implica generar una gestión que permita producir bienes y servicios con la menor cantidad de insumos dada la tecnología, y
    • lograr que las empresas alcancen su escala óptima, aunque desgraciadamente juegan en contra dos fenómenos: por una parte, un marco legal que desincentiva el crecimiento de las compañías dado el alto costo de la formalidad, y en segundo lugar, que la capacidad gerencial de los directivos y dueños no es la adecuada para mayores tamaños de las firmas
  • son pocos los trabajadores que se verían beneficiados por el cambio en la ley. Esto se respalda por el alto nivel de informalidad laboral existente
  • dados los resultados de múltiples investigaciones, a que la mejora en la productividad descrita en la primera reflexión, puede permitir reducciones en la jornada laboral y la ampliación de vacaciones, que a su vez tiene impactos en el bienestar del trabajador que se reflejan en su desempeño, retroalimentando las ganancias productivas. Por ello, la moraleja aplicable es que no solo hay que hacer ajustes en el campo legal reduciendo jornadas o incrementando vacaciones, sino también promover acciones en las empresas y políticas en los gobiernos que apoyen la detonación de la productividad, lo que genera la reducción del tiempo laboral y propicia un círculo virtuoso de largo plazo, y
  • se debe estar alerta sobre la presencia de la simulación y el cumplimiento parcial de la ley, dado que no se cuentan con la productividad y las condiciones de negocios necesarias que sostengan las nuevas disposiciones. La existencia de estos fenómenos va igualmente de la mano de las carencias en el monitoreo en la aplicación de la ley y del nivel de impunidad. El éxito de esta propuesta depende del contexto institucional en que se aplique

El aumento de las vacaciones es necesario; sin embargo no podremos apreciar de inmediato su efecto.

Como se señaló, muy pocos son los beneficiados, y en la medida en que el gobierno y las empresas no trabajen en forma conjunta para alcanzar mayores niveles de productividad, bajo las condiciones institucionales adecuadas, la demora será mayor.