Seis de cada 10 colaboradores tiene un bajo bienestar financiero de los cuales la mitad muestra severas dificultades financieras (empleados que no ahorran y/o que no han podido pagar sus cuentas/préstamos, y/o que gastan en exceso); y el 34% considera que los problemas financieros afectan negativamente su vida, reveló un estudio de Willis Towers Watson.
Asimismo, para el 73% de los trabajadores la pandemia ha empeorado las perspectivas a largo plazo de los empleados más jóvenes, y el 77% está ahorrando menos para la jubilación de lo que cree que debería,
“Hoy en día la crisis financiera, la incertidumbre y lo que conllevó la pandemia, está generando preocupación en el bienestar financiero. Hay poco escrito aún, pero nuestra encuesta muestra que lo más probable es que este tema será prioridad en los próximos años y es algo en lo que hay que trabajar”, expresó Álvaro Cristi, líder de Salud y Beneficios para América Latina de WTW.
Los resultados, dados a conocer en el marco de la presentación del panel ‘El vínculo entre experiencia del empleado, bienestar y productividad’, realizado por especialistas de WTW de la región, también destacan las acciones que los empleadores pueden realizar ante las preocupaciones financieras del empleado, como son:
evaluar la situación actual del empleado midiendo el alcance de los problemas financieros, ¿quién los tiene?, ¿qué tan severos son?
entender dónde están sus empleados, conectar con las prioridades, los deseos y sus necesidades financieras
educar a través del asesoramiento, seminarios y diferentes herramientas informáticas
acercar posibles soluciones, utilizando las negociaciones corporativas, ofrecer a sus empleados el acceso a diferentes productos y soluciones
Para Trinidad Covarrubias, Consultora de Bienestar para América Latina de WTW, la dimensión de bienestar financiero está tomando cada vez más protagonismo, un poco por lo que dejó la pandemia en términos económicos, y por los altos niveles de inflación que se está viviendo en todos los mercados.
“Si analizamos los resultados de la encuesta, se puede ver que se incrementó en 10% la cantidad de empleados que están viviendo al día; es decir, que no tienen una capacidad de ahorro. Eso claramente incrementa la incertidumbre y la preocupación, lo que repercute en su compromiso y dedicación con el trabajo”, mencionó.
Por su parte, Diego Daza, director de Retiro para Argentina, Chile y Colombia, consideró que el bienestar financiero tiene que ver con el estado en el cual un individuo puede satisfacer plenamente las obligaciones en curso; es decir, puede cubrir sus obligaciones financieras actuales y tener cierta seguridad en relación a los eventos futuros, como la jubilación.
Cada uno, afirmó, tiene su propia definición de bienestar financiero, hay muchos elementos y definiciones que condicionan ese sentimiento, según la etapa de la vida en la que se encuentra. No hay una única definición, cada individuo tiene su propia mirada y su propia preocupación.
“Las empresas están empezando a desarrollar programas integrales de bienestar financiero, y el primer paso que tienen que dar es entender las características y las necesidades de su población, tener claro el público con el cual se va a estar trabajando, no sólo en términos demográficos, sino también el nivel de educación, ingresos, y el ámbito de trabajo en el que se desarrolla esa población, para así armar un programa que sea adecuado para ese grupo”, agregó.
En opinión de los expertos de WTW, los empleados que reportan una mala percepción de su bienestar, son seis veces más propensos a estar menos comprometidos con su trabajo, cinco veces más propensos a sufrir estrés, ansiedad o depresión y cinco veces más propensos a tener problemas financieros que impacten negativamente en su vida. Esto, además de presentar 10 días más al año perdidos por presentismo en comparación con aquellos que gozan de bienestar.
Entre los beneficios que los empleados quieren que se enfoque el empleador se encuentran el trabajo flexible, la jubilación, la salud, el manejo de la salud emocional, y el desarrollo de la carrera. Sin embargo, en general, si se considera el nivel actual de satisfacción de los empleados respecto a sus beneficios, se observa que aquellos que tienen acceso a una modalidad de beneficios flexibles valoran considerablemente más sus beneficios que aquellos que cuentan con una modalidad sin elección (77% vs 38%), lo que demuestra la importancia de abordar las diferentes necesidades de los diferentes grupos de empleados, aspecto que cada vez más organizaciones están considerando al momento de construir su estrategia de bienestar y beneficios.