¿Tengo un ataque de pánico?, ¿por qué me siento vacío?, síntomas de la ansiedad, ¿estoy deprimido?, son solo algunas de las búsquedas que hacen a diario millones de personas en internet; según los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP), en México hay al menos 3.6 millones de adultos que padecen depresión, de las cuales, 1% son casos severos, aunque hay que decirlo, esos son solo los casos diagnosticados, ¿qué hay de los que no? Es hora de hablar de salud mental.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2021 se registraron 8,351 muertes por lesiones autoinfligidas, es decir, 6.5 suicidios por cada 100 mil habitantes, principalmente en edades de los 15 a 29 años, una situación que debe abordarse no solo desde el aspecto familiar, sino también laboral.
El director de inversiones BBVA SPARK, Luis Antonio Gómez, señaló en el evento “2023 Summit People & Health”, que el estrés cuesta 2% del PIB mexicano, es decir, la mitad de las remesas que recibe el país, o traducido de otra forma, el 3% del IVA de la economía, de ahí que urgió atender el tema, ya que esto “no solo cambiaría la productividad de una empresa, sino de toda una economía”.
¿Qué pasaría si las empresas se preocuparan por sus trabajadores?, si comenzaran a velar por su bienestar especialmente en un país donde la salud mental parece ser un privilegio, atender el tema es esencial, ya que el no hacerlo tiene un coste estimado del 4% del PIB mundial, alrededor de un billón de dólares, según la OMS y la OIT, que aseguran, cada año se pierden 12,000 millones de días de trabajo debido a la depresión y ansiedad.
Salud mental, ¿un privilegio?
En el mismo evento, la coordinadora del Hub Affor Health, Yunue Cárdenas, recordó que en 2019, la UNAM lanzó un estudio que demostró, el 40% de los trabajadores en México “padecían algún tipo de problema de salud mental”, y con la pandemia, la cifra incrementó 25%; además, agregó que el 57.9% de los colaboradores presenta síntomas de ansiedad, depresión y falta de confianza.
Los datos son más alarmantes si contemplamos que de las más de 127 millones de personas en el país, al menos 15 millones padecen un trastorno mental, según cifras de la Secretaría de Salud citadas por Cárdenas; para dimensionar el número, es como si sumáramos a todos los habitantes de la Ciudad de México, Morelos, Hidalgo y hasta Tlaxcala.
La experta recordó que el 11% del gasto destinado a la atención de discapacidades laborales se relaciona con trastornos mentales, y solo el 2% del presupuesto de salud es usado para combatir y tratar la salud mental, por ello, solo una de cada cinco personas recibe tratamiento especializado, y es que en el país hay solo siete profesionales de atención mental por cada 100 mil habitantes.
Si consideramos que menos del 10% de los trabajadores pueden acceder a servicios especializados de salud mental en grandes ciudades como CDMX, Monterrey y Guadalajara, entonces entendemos el panorama desolador al que se enfrenta el resto del país.
El IMSS, por ejemplo, ofrece Orientación Médica Telefónica en Salud Mental al número 800-2222-668, opción 4; sin embargo, el servicio solo está disponible de lunes a viernes de 8:00 a 20:00 horas, aunque Ayuda LOCATEL (555 658 1111) y el Consejo Ciudadano (555 533 5533) atienden 24/7.
Trabajadores de servicios de alimentos, los más afectados
Con este panorama, la coordinadora del Hub Affor Health presentó datos reveladores del “Barómetro de la salud mental en México”, estudio elaborado por la compañía a la que representa y que sirve como herramienta para medir el nivel de bienestar emocional de los trabajadores, para detectar riesgos, promover la salud en el trabajo y promover e impulsar medidas de atención.
El estudio que analizó la respuesta trabajadores de diferentes sectores, encontró que aquellos que se desenvuelven en servicios de alimentos son los más afectados emocionalmente (68%), seguidos por los de construcción (51%), finanzas (47%), servicios de tecnología-salud (46%) y gobierno (18%).
Finalmente, la experta recordó que aunque en México existe la NOM-035, “hace falta más”, por ejemplo, herramientas que ayuden a medir los riesgos a los que se enfrentan los trabajadores dentro y fuera del entorno laboral, y tomar acciones al respecto, al tiempo que se diseñan y empujan políticas públicas a partir de 4 ejes:
- conciliación y desconexión: fomentar el equilibrio vida laboral y familiar
- revisión de políticas de desarrollo profesional: generar un marco de acción interno que permita mejorar el entorno organizacional, crear grupos de trabajo multidisciplinario que involucren a las áreas de recursos humanos, servicios de salud, beneficios, etc.
- activación de psicología especializada: acompañamiento emocional, talleres y actividades en directo para mejorar los índices de afectación psicológica (sueño, tensión, irritabilidad, etc.)
- intervención a casos críticos: seguimiento de casos que representan síntomas de afectación en los indicadores de salud