Aunque los programas sociales son iniciativas que buscan ayudar a los jóvenes, realmente no se resuelve el problema de la precariedad laboral
En México hay aproximadamente 33 millones de jóvenes de entre 12 y 29 años, aseguró el coordinador del Seminario de Investigación en Juventud de la UNAM, José Antonio Pérez Islas, quien lamentó, hay un “déficit para ellos en casi todos los rubros sociales”, como la educación, el trabajo y la salud.
El experto añadió que se estima que cerca de 5.2 millones de jóvenes quedaron fuera de las escuelas ya que no podían conectarse a clases virtuales “por sus escasos recursos”, mientras otros no regresaron a las aulas tras la emergencia, y en el sector laboral, “los primeros en ser despedidos de los trabajos son los jóvenes”.
Sobre este último punto, el profesor del posgrado de la Escuela Nacional de Trabajo Social, dijo que las tasas de desocupación duplican las de desempleo general, ya que los jóvenes de zonas y comunidades marginales se emplean generalmente en sectores informales y hasta ilegales para vivir, esto ante la falta de oportunidades.
Y reiteró que cada año se incorporan 1 millón a la población económicamente activa, pero no todos tienen suerte, y aunque programas sociales como Jóvenes Construyendo el Futuro son iniciativas que buscan ayudarlos, realmente no resuelven el problema de la precariedad laboral, especialmente porque cada vez se requieren perfiles más especializados en los trabajos, y muchos jóvenes no tienes expertis.
En ese sentido, mencionó que este sector de la población debe ser partícipe de su propio progreso, y por ello, reiteró que se les debe enseñar a pensar y a tomar decisiones, “que asuman sus propios riesgos y responsabilidades en función de sus experiencias”.
Además Pérez Islas recomendó voltear a ver a los jóvenes de diferentes sectores, ya que las necesidades de quienes viven en el campo distan de los migrantes, las mujeres que padecen violencia y/o a los que son sujetos de discriminaciones por sus preferencias sexuales, entendiendo que “estos grupos juveniles son tan diversos y están en tantas desventajas”.
Finalmente, recordó que los jóvenes son el futuro del mundo, y al darles conocimiento y oportunidades, capacitaciones en las que desarrollen competencias y habilidades, la economía del país puede prosperar, pero se requiere de un “mercado laboral capaz de absorberlos”.
