En el trabajo digno o decente convergen cuatro objetivos estratégicos: la promoción de los derechos laborales, el empleo formal, la protección de la seguridad social y la negociación colectiva (art. 2o., LFT).
Al respecto, la Organización Internacional del Trabajo señaló que a los jóvenes les cuesta más encontrar un trabajo digno, por lo que tienen mayor posibilidad de ocupar empleos informales, con escasa o nula protección social.
Además, la pandemia por el COVID-19, provocó que en 2022, a nivel mundial, casi una cuarta parte de la población activa no hubiese estudiado, trabajado ni recibido una formación (los denominados ninis), en su mayoría mujeres, por la presencia de la desigualdad laboral.
Por ello, dentro de la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” de las Naciones Unidas se fijó el objetivo ocho para promover el trabajo decente para todos, especialmente a los más desfavorecidos, como los jóvenes.
Empleo juvenil en cifras
De acuerdo con el programa de “Empleo decente para jóvenes”, las tasas de empleo en jóvenes se traducen en:
70 millones de mujeres y hombres están buscando empleo
123 millones prestan servicios y aún viven en la pobreza
alrededor de una quinta parte de ese grupo de población no trabajan, no estudian ni reciben capacitación (ninis), y
la tasa de desempleo es tres veces más alta que la de los adultos
La importancia de que todos tengan acceso a empleos decentes recae en el futuro de las comunidades locales, los países y la sociedad en general.
Por ello, se busca que los jóvenes cuenten con trabajo formales con pleno respeto en sus derechos laborales y de seguridad social, esenciales para hacer realidad la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.