Aunque después de la pandemia por COVID-19 aumentó la creación de empleos y el monto del salario mínimo en México, eso no significa que la calidad del trabajo en el país haya mejorado “lo suficiente para satisfacer las necesidades de los hogares”, señaló el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del l INEGI, en enero de 2024, la población ocupada sumó 58.9 millones de personas, lo cual ha hecho que en los últimos 3 años se generaran casi 1.2 millones de puestos de trabajo por año, sin embargo, el CEESP destacó que “la actividad económica del país se sigue debilitando”.
Datos del INEGI también mostraron que el indicador global de la actividad económica (IGAE) de enero de este año registró una disminución de 0.6%, algo que acumuló 4 meses consecutivos a la baja, la información recopilada por el CEESP evidenció que el mayor debilitamiento fue en las actividades primarias, que cayeron 12.9%, seguida de las terciarias con una caída de 0.5%.
En contraste, en el análisis del CEESP, fechado al 25 de marzo de 2024, las actividades secundarias crecieron 0.4%, y en términos anuales, el IGAE creció apenas 1.1%, por ello se reiteró la importancia de estimular la inversión productiva sobretodo en el sector privado, de forma que se generen mayores oportunidades en el mercado laboral y mayores beneficios a los trabajadores.
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El impacto del mercado laboral en la economía mexicana
Del aumento total de 3.5 millones de personas en la población ocupada, solo 2.1 millones consiguieron un empleo que les brindó acceso a los servicios de salud, lo cual deja en evidencia que hay 35.5 millones que no cuentan con esta prestación, además, el aumento en la demanda de empleos “ha contribuido a la precarización del empleo”.
Los datos del INEGI destacaron porque 10.9 millones de personas lograron ocuparse con un ingreso de hasta un salario mínimo, pero la población que tiene ingresos superiores a este se redujo en 8.9 millones de personas, y quienes tienen 2 y hasta 3 salarios mínimos bajaron a 3.8 millones de personas, lo cual termina por impactar el consumo.
En la primera quincena de marzo de 2024 y debido al alza de 0.33% en el subíndice de precios subyacente, los precios al consumidor aumentaron 0.27%, los sectores que presentaron más incrementos fueron el transporte aéreo (35.98%) y servicios turísticos en paquete (10.05%), mientras que los precios de mercancías se elevaron 0.1%.
En canto a los precios del subíndice no subyacente aumentaron 0.09%; mientras que el de los productos pecuarios registraron un aumento de 0.34%, lo que provocó que en la primera quincena de marzo la inflación anual se ubicara en 4.48%, la inflación subyacente en 4.69%, y la no subyacente en 3.84%.
Si bien, el CEESP reconoció que ha aumentado la población ocupada, la calidad del empleo aún deja que desear, ya que “la mayor parte de la creación de nuevos puestos se sigue observando en los niveles salariales más bajos y sin acceso a servicios de salud”, por lo que se debe estimular que “la inversión productiva amplíe las fuentes de trabajo con mejores condiciones”.