El bienestar de las madres trabajadoras en México es un asunto de interés público. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), siete de cada 10 mujeres mexicanas que trabajan son madres. Además, en promedio, dedican cerca de 40 horas a la semana a las labores del hogar. Esto supone una barrera para que puedan conciliar su vida profesional con la maternidad.
Asimismo, de acuerdo con el reciente estudio de Indeed en México, las empresas, a la hora de contratar, no se fijan en si el candidato tiene hijos o no (80%), ya que priorizan la experiencia.
“Ser madre no debe repercutir negativamente en la carrera profesional ni el bienestar laboral, este es un escenario que puede reducirse si tanto empleados como empresas cooperan para conseguir los objetivos de la compañía y, al mismo tiempo retener talento valioso y experimentado que, además, ya conoce cómo funciona el negocio”, explicó Madalina Secareanu, Senior Manager de comunicaciones corporativas de Indeed para LATAM.
En ese sentido indicó que aunque la compensación es importante para todos los trabajadores, las necesidades de las madres varían, ya que tienen un segundo trabajo: sus hijos. En este caso, algunas prestaciones, además de las que establece la ley como licencia de maternidad, pueden tenerse en cuenta para aceptar un empleo, incluso solicitarlas en caso de que ya se esté en nómina.
Por ejemplo, más días de permiso, servicios de guardería, descuentos en la colegiatura, seguro médico que incluya a los miembros de la familia, programas de paternidad y espacios de lactancia en la oficina, entre otros. Preguntar si esto forma parte de la remuneración en la empresa es importante y factible para tomar la decisión correcta.
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¿Cómo pueden pedir flexibilidad las madres trabajadoras?
Según el informe del IMCO, cinco de cada 10 madres hacen una pausa en sus actividades profesionales para centrarse en la crianza, por eso la "fase de reincorporación" es la que necesita más apoyo. La clave para reducirla es la flexibilidad y una guía para que las madres se reincorporen gradualmente a sus actividades.
En este sentido, es factible que las trabajadoras se acerquen a sus jefes inmediatos para hablar de su situación, ya sea que necesiten trabajar más días desde casa, establecer horarios de trabajo o de reuniones, llevar a sus hijos a la oficina o tener empatía si surge algún imprevisto. Compartir, por ejemplo, los horarios escolares de los hijos, la guardería o las citas médicas, allana el camino hacia la transparencia y la confianza por ambas partes.
"La familia es un pilar para el bienestar de las personas y su salud mental, compartir tiempo con los seres queridos puede beneficiar el estado de ánimo de los trabajadores. Por ello, normalizar la conversación sobre la familia y temas como la ansiedad, por ejemplo, puede generar entornos de trabajo más seguros, no sólo para las madres sino para todos los empleados en general", concluyó Madalina.
