¿Qué pasaría si tu jefe te dejara decidir tus propios horarios y/o lapsos de trabajo, crees que aumentaría tu productividad? De acuerdo con datos de la empresa, Deloitte, citados por la compañía de tecnología, Stori, el 54% de los trabajadores prefiere elegir sus propios tiempos de trabajo para tener mayor bienestar y equilibrio entre sus responsabilidades laborales y personales.
Aunque dar la oportunidad al trabajador de elegir su propio horario o tiempo de trabajo supone ventajas para este, hay que resaltar que algunos empleadores pueden llegar a percibir cierta desconfianza sobre este tipo de libertad, sin embargo, nunca es tarde para cambiar las cosas, reinventarse y hacer algo nuevo, sobretodo si tiene beneficios.
Al respecto, en un comunicado fechado al 17 de julio de 2024, Stori compartió que la productividad juega un papel fundamental en cuanto a la flexibilidad con los horarios laborales, ya que si se cumplen con las responsabilidades, es más fácil tener un equipo de trabajo comprometido, contento y organizado que pondere las ganancias del negocio.
Pero ojo, que para lograr lo anterior se tienen que poner en práctica algunas cuestiones, pues no se trata solo de decir, yo fijo mi horario y hacer todo a la mera hora, sino de aprender a organizarse adecuadamente.
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¿Cómo hacer que funcione un horario flexible para trabajar?
La senior director de recursos humanos de Stori, Tabatha Arredondo, aseguró que “la transparencia en la comunicación promueve la adaptabilidad y flexibilidad necesarias para ajustar las asignaciones de tareas según las necesidades individuales y colectivas”, y para ello se deben tomar en cuenta las preferencias y colaboraciones de todos los empleados.
La experta destacó que un lugar en el que los trabajadores se sienten valorados hace que laboren de manera más efectiva, aumenta el compromiso y sentido de pertenencia, y aunque la tarea no es sencilla, con disciplina y responsabilidad se puede lograr aumentar la productividad al tiempo que son los propios colaboradores quienes gestionen sus propios horarios de trabajo.
Un primer paso es establecer objetivos específicos, medibles y alcanzables , así como fijar prioridades en un plazo definido y pactar retroalimentación continua para avanzar en los proyectos; y para saber qué es más relevante, separar los Importante y Urgente de lo Importante pero no Urgente, lo Urgente pero no Importante y lo Ni Importante ni Urgente.
Para establecer una mecánica de trabajo más productiva se puede usar la técnica Pomodoro, que requiere trabajar concentrándose en bloques de tiempo que no superen los 25 minutos seguidos, más descansos de 5 minutos, y para llevar ese control de tiempo se pueden usar aplicaciones y herramientas y tecnológicas que ayuden a tener organización, tales como Google Calendar u Outlook Calendar.
Para listas de tareas están plataformas como Todoist, Trello, Asana o Microsoft To Do, así como Jira, Monday.com o Basecamp permiten dar seguimiento a proyectos y el empleador puede estar al pendiente de las actividades, de forma que la comunicación y trabajo se hace más transparente.
Y lo más importante que deben recordar tanto trabajadores como empleadores es que aunque no se tenga un horario fijo de trabajo, eso no significa que el líder puede requerir a su equipo cuando desee, por lo que se deben establecer límites claros para que el tiempo personal no se toque, respetando siempre que la jornada sea de 8 horas.
