Suena como un acertijo, pero ¿podría "hoy es viernes y el cuerpo lo sabe" convertirse en "hoy es el décimo día y el cuerpo descansa"? Si has trabajado en cualquier lugar de México, conocerás la popular frase "hoy es viernes y el cuerpo lo sabe" y cómo se grita, susurra o se envía de grupo en grupo de WhatsApp desde la primera hora de la mañana del viernes hasta la hora de salida.
Significa que por fin el fin de semana ha casi llegado, y aquellos que trabajarn una semana de cinco días pronto se desconectarán y olvidarán de la oficina hasta que llegue el lunes otra vez.
Pero, ¿podrían nuestros cuerpos realmente "saber" algo diferente, que ha llegado el momento de un descanso adecuado, al menos cada dos semanas? Tal vez no te diste cuenta de las estadísticas, pero tu cuerpo podría ya saberlo: México es uno de los países con mayor frecuencia de agotamiento, más alta que China y Estados Unidos.
El 75% de los trabajadores en México sufren de fatiga debido al estrés laboral, y más del 40% de aquellos que trabajan en oficinas se sienten exhaustos.
Para abordar estos crecientes índices de agotamiento y ayudarnos a adaptarnos a las nuevas realidades laborales como el trabajo híbrido y remoto, los investigadores han propuesto recientemente una solución audaz: un modelo de trabajo de quincena de nueve días.
Esto significa que los empleados trabajarían nueve días en un período de dos semanas, con cada décimo día como un día libre permanente. Este modelo busca encontrar un equilibrio entre una semana laboral de cinco días y una de cuatro días.
¿Podría esto ayudarnos a comenzar una relación completamente nueva y más saludable con nuestro trabajo, una que no tenga que terminar en nosotros celebrando nuestro agotamiento cada viernes? Y, lo que es más importante, ¿podría esta solución ser una forma seria de abordar el problema de agotamiento del país?
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Algunos pros y contras del nuevo concepto
Las investigaciones recientes sobre semanas laborales más cortas parecen muy positivas. En Brasil, un estudio mostró que las empresas que experimentaron con una semana de cuatro días vieron muchas mejoras tanto en la eficiencia en el lugar de trabajo como en el bienestar de los empleados.
Sin embargo, una comparación entre semanas de cuatro días y quincenas de nueve días reveló que estas últimas son ligeramente más populares porque son menos cambios para que los empleadores y profesionales se adapten, y reducen las preocupaciones sobre la interrupción de los patrones de trabajo actuales. Quizás sean una forma un poco menos radical, pero también menos conflictiva, de ofrecer un modelo de trabajo que se ajuste a nuestras nuevas vidas laborales.
Como era de esperar, con un día libre adicional cada dos semanas, los empleados pueden gestionar mejor las responsabilidades personales y disfrutar de más tiempo de ocio, mejorando su calidad de vida en general.
Es importante recordar que el equilibrio entre la vida laboral y personal es una prioridad para la mitad de todos los trabajadores mexicanos, con un 61% adicional diciendo que no aceptarían una nueva oferta de trabajo si afectara su equilibrio entre la vida laboral y personal.
Otros hallazgos muestran que este modelo de trabajo promueve un aumento en la productividad, una mayor satisfacción de los empleados y una mejor salud mental, lo que sin duda reducirá tanto la rotación de empleados como el agotamiento mientras fomenta un entorno de trabajo más positivo.
Con más de tres cuartos (76%) de los profesionales tentados a mudarse a una organización diferente si ofreciera un arreglo de trabajo de quincena de nueve días, este nuevo horario también hace que toda tu empresa sea más atractiva para los posibles empleados.
Demuestra que apoyas un enfoque moderno y flexible hacia el trabajo. Y para las organizaciones globales que contratan personal remoto o satélite en múltiples ubicaciones, un modelo de quincena de nueve días podría volverse muy útil como un modelo estandarizado internacionalmente para el tiempo libre, ofreciendo simplicidad administrativa mientras se promueve el bienestar y la productividad. Por supuesto, como con cualquier cambio importante en el lugar de trabajo, las organizaciones que buscan implementar un modelo internacional deben asegurarse de cumplir con las leyes laborales y de empleo locales en cada territorio donde operen.
¿Entonces, cuáles son los inconvenientes?
Bueno, como cualquier intercambio entre empleado y empleador, la quincena de nueve días requiere algo de buena fe de ambas partes.
Dos obstáculos que deben manejarse con sensibilidad son la tendencia de este modelo de trabajo a resultar en jornadas laborales más largas por día, y la mayor probabilidad de conflictos de programación con cualquier sistema que rote los días libres del personal. Asegurar una cobertura adecuada del personal mientras se da a los empleados su día libre requiere una planificación cuidadosa.
Por ejemplo, las empresas pueden necesitar dividir a los miembros del personal en grupos con días libres escalonados para mantener la eficiencia operativa. El software de programación inteligente y las soluciones de recursos humanos pueden ayudar a gestionar estos desafíos al proporcionar herramientas para crear horarios efectivos.
Aunque los niveles de estrés pueden aumentar inicialmente a medida que los empleados y gerentes se ajustan, las empresas pueden proporcionar recursos y apoyo para abordar estos problemas comunes en el lugar de trabajo. Involucrar a tu equipo en discusiones, escuchar sus preocupaciones y mantener líneas de comunicación abiertas ayudará a crear un sistema justo que beneficie a todos.
La pregunta final que debe responder el décimo día es: ¿se adapta a la cultura laboral mexicana? Aquí, la semana laboral estándar es de 48 horas, dividida en tres turnos posibles: un turno diurno de 8 horas, un turno nocturno de 7 horas y un turno mixto de 7.5 horas que cubre ambos.
Si bien ha habido mejoras en las leyes laborales, hay una discusión en curso sobre reformas adicionales, incluida una propuesta para reducir la semana laboral de 48 a 40 horas. Pero el cambio está en marcha, y más mexicanos, incluido el gobierno, que recientemente reconoció legalmente el estrés como una enfermedad laboral, están dándose cuenta del impacto que el agotamiento tiene en todos nosotros. ¿Podría ser el momento de dejar de bailar cada viernes y en su lugar dejar que nuestro cuerpo descanse el décimo día?