Para que cualquier relación funcione necesita de conversaciones difíciles, y ojo, que estas no tienen que pensarse como actos de rebeldía o peleas, sino de exponer diferentes puntos de vista pero con la intención de llegar a acuerdos; sobre ese punto, la fundadora de AFE-Liderazgo Consciente, Nora Taboada, resaltó que estas interacciones son “una realidad inevitable en el ámbito laboral”.
La coach ejecutiva confesó que aunque las conversaciones difíciles pueden generar incomodidad, ansiedad o estrés, son fundamentales “para abordar un problema de rendimiento, dar feedback que puede no ser tan positivo para la contraparte, o mediar en un conflicto entre compañeros”, por ello necesita un manejo positivo, productivo y respetuoso.
Hay que tomar en cuenta que las conversaciones difíciles pueden surgir al dar feedback sobre el rendimiento, comportamiento o actitud de un empleado, para mediante un desacuerdo o conflicto, para hablar de falta de cumplimiento de expectativas laborales, discutir un aumento de salario, bonificación o beneficios o incluso en un despido o reestructuración.
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Consejos para tener una conversación difícil en el trabajo
La fundadora de AFE-Liderazgo Consciente señaló que las conversaciones difíciles necesitan prepararse para abordarlas con confianza y profesionalismo, de forma que se obtengan resultados positivos mediante una interacción respetuosa que encuentre soluciones, para ello, compartió algunos consejos a tomar en cuenta:
- Prepara la conversación
- define el objetivo de la conversación: ¿Qué quieres lograr con esta interacción?, ¿corregir un comportamiento, dar feedback, resolver un conflicto o expresar una preocupación?
- recopila información: Reúne datos concretos, ejemplos específicos y observaciones objetivas
- prioriza: Decide cómo iniciar la conversación y qué puntos clave se quieren abordar
- elige el momento y lugar adecuados: Elige un lugar privado y sin interrupciones
- Durante la charla
- sé profesional: Contén emociones negativas como ira, frustración o resentimiento. Respira hondo y mantén un tono de voz neutral y calmado
- resalta la empatía: Reconoce el sentir de la otra persona antes de expresar tu punto de vista
- sé directo: Explica la situación de manera clara, concisa y sin rodeos, enfocándote en hechos
- usa el "yo": Exprésate desde tu propia perspectiva, utilizando frases como "Me siento..." o "Me preocupa que…”
- escucha activamente: Pon atención a la otra persona sin interrumpir y haz preguntas para aclarar dudas
- busca soluciones: Trabaja con la otra persona para encontrar soluciones que ayuden a ambas partes
- cierra la conversación positivamente: Resume los puntos clave de la conversación y reitera los próximos pasos o acuerdos a los que se hayan llegado y agradece el tiempo de la otra persona