Convertirse en gerente puede ser uno de los momentos de desarrollo profesional más importantes para un trabajador, ya que se trata de un puesto de alta responsabilidad en el que se encargará de establecer planes de organización de los miembros del equipo y estará al pendiente de que todos cuenten con las herramientas necesarias, lo cual implica medición de progresos.
Pero eso no es todo, estos profesionales crearán procesos minuciosos de organización y se encargarán de que la “dirección establecida por el líder sea seguida por medio de las actividades cotidianas, las cuales reparte a cada miembro del equipo”, explicó en un comunicado la coach ejecutiva y fundadora de AFE-Liderazgo Consciente, Nora Taboada.
Pero entonces, ¿un gerente y un líder no son lo mismo? De acuerdo con la experta, en el primer caso, se trata de personas que eligen sobre quién recaerán determinadas responsabilidades de forma que establezcan planes de trabajo funcionales y eficaces, esto quiere decir que delegarán responsabilidades y detectarán problemas o áreas de oportunidad.
En cambio, la consultora organizacional detalló que un líder se enfoca en trabajar en la confianza del grupo, esto para dirigirlos a los cambios mediante curvas de aprendizaje y procesos de adaptación, al tiempo que incluye a todos los integrantes del equipo para alinearlos con una visión común; los motiva y cuida su bienestar.
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Líder y gerente; trabajo en equipo
La fundadora de AFE-Liderazgo Consciente destacó la importancia de mantener un equilibrio y colaboración entre el líder y gerente para alcanzar los objetivos a corto, mediano y largo plazo de una compañía al tiempo que se cuida y garantiza el bienestar y productividad de los miembros del equipo, destacando que “ninguno es mejor que otro”.
Taboada mencionó que ni el gerente es mejor que el líder ni viceversa, puesto que “ambos son complementarios”, es por ello que ejemplificó que de nada sirve “tener líderes fuertes y capaces si los gerentes son un desastre, y viceversa”; no obstante, para mantener un buen funcionamiento corporativo, buenas prácticas y retención del personal, es necesario trabajar en el desarrollo profesional de ambos.
Con esto en cuenta, la escritora enunció que tanto un líder como un gerente deben mantenerse en comunicación constante con el equipo para escuchar y atender inconformidades o resolver dudas de forma que no se generen conflictos; asimismo, las organizaciones tienen que capacitarlos en el desarrollo de habilidades generales de liderazgo.
Además, recomienda mejorar y humanizar procesos internos, por ejemplo, trabajar en la confianza personal y transmitirla a los miembros del equipo, fortaleciendo la calidez y fortaleza personal, por ejemplo, mediante la modulación del tono de voz, la empatía y la validación del sentir de los demás, así como con un “correcto lenguaje corporal; pararse derecho, mirar a los ojos cuando se habla, etc.”.