La OIT destacó que el trabajo decente y el empleo productivo son esenciales para alcanzar la justicia social y los Objetivos de Desarrollo Sostenible



“El trabajo decente y el empleo productivo siguen siendo la piedra angular para alcanzar los ODS de aquí a 2030. Sin embargo, los avances en este ámbito se han estancado durante el último decenio y, aunque el crecimiento económico mundial se ha mantenido firme, empiezan a reaparecer signos de debilidad e incertidumbre”, señaló la Organización Internacional del Trabajo (OIT). 

En el informe  Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2025, el organismo internacional advirtió que en 2024 el empleo mundial se mantuvo estable y sólo creció gracias al aumento de la población activa, lo que mantuvo la tasa de desempleo en el 5%. 

A la par, el trabajo informal y la pobreza de los trabajadores volvieron a los niveles anteriores a la pandemia, y los países de bajos ingresos fueron los que tuvieron más dificultades para crear empleos decentes. 

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Lo anterior, explicó, motivado por  las tensiones geopolíticas, el aumento de los costes del cambio climático y los problemas de deuda sin resolver, que están sometiendo a presión a los mercados laborales.

Por otra parte, aunque la inflación ha disminuido, sigue siendo elevada, lo que reduce el valor de los salarios, según el informe. Los salarios reales sólo han aumentado en algunas economías avanzadas, y la mayoría de los países aún se están recuperando de los efectos de la pandemia y la inflación. 


¿Cómo avanzar hacia el trabajo decente


El Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo, subrayó la urgente necesidad de actuar. 

“El trabajo decente y el empleo productivo son esenciales para alcanzar la justicia social y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para evitar exacerbar la ya tensa cohesión social, los crecientes impactos climáticos y el aumento de la deuda, debemos actuar ahora para abordar los desafíos del mercado laboral y crear un futuro más justo y sostenible”, subrayó. 

Por lo cual, hizo algunas recomendaciones: 

  • Aumentar la productividad: invertir en formación, educación e infraestructuras para apoyar el crecimiento económico y la creación de empleo
  • Ampliar la protección social: proporcionar un mejor acceso a la seguridad social y a unas condiciones de trabajo seguras para reducir la desigualdad
  • Utilizar eficazmente los fondos privados: los países de renta baja pueden aprovechar las remesas y los fondos de la diáspora para apoyar el desarrollo local

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