Socio del Colegio de Contadores Públicos de México
2025-05-26
Invertir en el bienestar físico, emocional y financiero de los colaboradores es clave para elevar la productividad y consolidar empresas sostenibles y humanas
Una integración sana y eficiente entre las empresas y sus colaboradores siempre ha sido fundamental para que las primeras logren sus propósitos y los segundos alcancen un adecuado nivel de vida.
Este cambio es evidente a partir de disposiciones que se han emitido como resultado de una mayor conciencia sobre la importancia que tiene la satisfacción personal que debe experimentar un colaborador para que optimice su desempeño en favor de la empresa para la que trabaja.
NOM-035-STPS-2018, Factores de riesgo psicosocial en el trabajo-Identificación, análisis y prevención.que establece los elementos para identificar, analizar y prevenir factores de riesgo psicosocial y promover un entorno organizacional adecuado
reforma a la Ley Federal del Trabajo en materia de "vacaciones dignas", con la cual se incrementaron el número de días de descanso disponibles
NOM-037-STPS-2023, "Teletrabajo-Condiciones de seguridad y salud en el trabajo, la cual fija las condiciones de seguridad y salud en los sitios laborales en donde los colaboradores desarrollan sus actividades de manera remota con la intención de prevenir, accidentes y enfermedades laborales, y
cambios legales en los esquemas de subcontratación, los cuales han traído efectos económicos favorables en materia de reparto de utilidades
También existe cierta regulación que está próxima a entrar en vigor como la relativa al trabajo de los colaboradores en plataformas digitales; la denominada "ley silla" que establece para ciertos sectores de servicio y comercio la obligación de proveer un número suficiente de asientos con respaldo para el descanso de los colaboradores durante la jornada laboral; y el complemento económico al fondo de pensiones para el bienestar de los colaboradores cuya edad sea de 65 o más años de edad.
Asimismo, algunas disposiciones que, si bien han sido consideradas, su análisis final y aprobación aún están pendientes en el Congreso de la Unión, tales como: el incremento de 15 a 30 días en materia de aguinaldo; la posible reducción de la jornada laboral; y los permisos para el cuidado de personas mayores.
Sin embargo, la implantación de modelos de trabajo sustentables que equilibren eficiencia y calidad de vida sigue siendo un reto latente. A partir de datos y estudios recientes se presentan estrategias clave que las organizaciones pueden adoptar para construir un entorno laboral más humano y eficiente. Algunas de estas se pueden identificar con el concepto de "salario emocional".
Qué es el salario emocional
El salario emocional se refiere al conjunto de beneficios no económicos que se ofrecen a los colaboradores de una empresa, con el fin de mejorar su calidad de vida y generar un ambiente laboral más satisfactorio.
Este concepto se alinea a las nuevas demandas y enfoques de los colaboradores y constituye una prioridad para las empresas que buscan consolidar una cultura colaborativa y positiva con el propósito de elevar la productividad del negocio y el nivel de vida de los colaboradores.
El salario emocional es una poderosa herramienta para la atracción de talento ya que los colaboradores valoran el equilibrio entre vida laboral y personal; la satisfacción personal, el sentimiento de pertenencia y el desarrollo; así como la existencia de un ambiente productivo y colaborativo. En sus versiones más avanzadas promueven el bienestar emocional y mental, contribuyendo a controlar el estrés laboral.
Relación entre bienestar y productividad y sus principales desafíos
El bienestar de los colaboradores es un pilar fundamental del desempeño organizacional. Un estudio reciente encontró que las empresas con altos niveles de bienestar en su fuerza laboral experimentaron un 23 % más de rentabilidad y un 18 % más de productividad en comparación con aquellas con bajos niveles de bienestar.
Teniendo en cuenta que el bienestar laboral se integra por: salud física, la cual influye en la energía y el desempeño diario de los empleados; salud mental y emocional que impactan la toma de decisiones, la creatividad y la resolución de problemas; y la salud financiera que reduce el estrés y mejora el compromiso laboral; estos son los principales desafíos que enfrentan las empresas para alcanzar un bienestar integral efectivo:
cultura organizacional orientada a resultados a corto plazo. Muchas organizaciones priorizan metas de corto plazo, descuidando el impacto del estrés laboral prolongado. Se estima que aproximadamente el 80 % de los colaboradores experimentan estrés laboral crónico, lo que repercute negativamente en la retención del talento y en falta de innovación
falta de políticas de flexibilidad laboral. El trabajo remoto y los modelos híbridos han demostrado en algunos casos mejorar el bienestar sin afectar la productividad. Un estudio de Harvard Business Review indica que los empleados con mayor flexibilidad laboral son un 16 % más productivos y tienen un 25 % menos de ausentismo.
No obstante, recientemente han aparecido esquemas que propician la interacción presencial en algunos sectores de negocios incluyendo la incorporación de métricas que favorezcan la presencia física en las oficinas de las empresas con el fin de lograr mejorar el intercambio de experiencias y conocimientos. En algunos casos estos esfuerzos se han materializado en componentes de los planes de reconocimiento o bonos de actuación
salud financiera y estrés económico. El bienestar financiero es un factor crítico en el rendimiento laboral. Un estudio de PwC revela que el 60 % de los empleados experimenta estrés financiero, lo que disminuye la concentración y la motivación en el trabajo. Un elemento que ha venido adquiriendo relevancia en el concepto de salario emocional, es la manera en que las empresas contribuyen a mejorar el conocimiento en el manejo de los recursos económicos de sus colaboradores, impartiendo cursos de educación financiera personal y preparación para el retiro
Estrategias para alcanzar un equilibrio sustentable
Para lograr una sinergia entre productividad y bienestar, las empresas deben adoptar estrategias holísticas que aborden las necesidades de los colaboradores desde un enfoque integral:
programas de bienestar integral. Se trata de programas que incluyen atención médica a través de planes de seguros de gastos médicos e incluso en algunos casos, atención médica de la empresa como parte del paquete de prestaciones; apoyo psicológico; actividades físicas incorporando prestaciones como acceso a gimnasios y actividades deportivas; y educación financiera
desarrollo de una cultura empresarial centrada en el colaborador. Es fundamental que la alta dirección fomente una cultura organizacional que valore el bienestar de sus colaboradores incorporando una comunicación abierta y bidireccional, un liderazgo capacitado en gestión del bienestar, así como evaluaciones periódicas del clima organizacional que aporte información relevante de la percepción y las preferencias de los colaboradores
uso de tecnología para mejorar la calidad de vida. Las herramientas digitales pueden optimizar tanto la productividad como la experiencia laboral. Algunos ejemplos incluyen: plataformas de bienestar con aplicaciones de "mindfulness" y "fitness"; herramientas de gestión del tiempo que permiten un mejor balance entre vida y trabajo; y sistemas de compensación flexible que facilitan beneficios personalizados
Conclusión
El equilibrio entre productividad y bienestar no solo es una tendencia, sino una necesidad estratégica para las organizaciones modernas. Las empresas que implementan políticas integrales de bienestar experimentan mejoras en rentabilidad, compromiso y retención de talento.
Sin embargo, el desafío radica en transformar la cultura organizacional, adoptando un enfoque que priorice la calidad de vida sin comprometer el rendimiento. El dinamismo que experimentan las condiciones actuales requiere que las empresas monitoreen constantemente las tendencias del mercado laboral y las preferencias de los colaboradores.
Las compañías que comprendan que el bienestar no es un costo, sino una inversión, serán las que lideren el futuro del trabajo.