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La Cámara de Diputados prevé discutir la reducción de la jornada semanal a 40 horas con base en las mesas de diálogo impulsadas por Presidencia
El coordinador de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, confirmó que la reforma para instaurar una semana laboral de 40 horas forma parte de los temas prioritarios en San Lázaro, el cual se retomará el próximo mes de diciembre.
El legislador explicó que la propuesta avanza en paralelo con el proceso de diálogo entre trabajadores, sindicatos y sector empresarial anunciado por la Presidencia, mecanismo que definirá los tiempos y condiciones de implementación.
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Congreso acompañará el proceso de la Reforma Laboral de 40 horas
De acuerdo a declaraciones del diputado Ricardo Monreal, señaló que la reforma laboral de 40 horas se encuentra en la agenda legislativa y será analizada en el periodo ordinario en curso. Asimismo, añadió que la iniciativa podría presentarse y discutirse antes del 15 de diciembre, siempre que el diálogo convocado por la Presidencia genere los acuerdos necesarios. Por esta razón, la fecha estimada dependerá directamente del avance del consenso tripartito y de la capacidad de los sectores para conciliar posiciones.
“Un compromiso de ella (Sheinbaum) en la campaña y estoy seguro que va a cumplirlo. Y nosotros vamos a ayudar para cumplirlo. Ella habló de semana de 40 horas antes de que concluyera su sexenio”, mencionó.
Si bien, la posibilidad de que llegue antes del 15 de diciembre está presente, su avance dependerá de los tiempos realistas que establezca el diálogo entre los sectores involucrados, así como de los resultados que comparta el titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, Marath Baruch Bolaños López.
Mesas de diálogo como eje de la Reforma Laboral
Fue el pasado mes de mayo que la Presidencia informó el establecimiento de mesas de diálogo para construir consensos que permitan transitar hacia una semana laboral de 40 horas.
La postura oficial señaló en el momento que la medida no debe implementarse de manera abrupta ni unilateral, sino a través de acuerdos sostenidos que garanticen mejores condiciones para las personas trabajadoras sin comprometer la viabilidad operativa de las empresas.
En este sentido, la posible iniciativa podría contemplar un calendario de 2026 a 2030 como meta para llegar a la nueva jornada laboral, quedando de la siguiente manera:
Calendario tentativo de jornada laboral de 40 horas
- 2026: 46 horas semanales
- 2027: 44 horas
- 2028: 42 horas
- 2029: 41 horas
- 2030: 40 horas semanales, jornada completa
De esta manera, la primera etapa de la jornada con 46 horas iniciaría el 1 de mayo de 2026, coincidiendo con el Día del Trabajo, por lo que empresas tendrían de cuatro a cinco meses para hacer el ajuste inicial.
Sin embargo, el reto para la sector privada está en aplicar una nueva jornada laboral al mismo tiempo que se aumenta del salario mínimo, pues de acuerdo al gobierno federal, la meta es seguir aumentado el salario para llegar a un equivalente de 2.5 veces el valor de la canasta básica, aproximadamente 11,400 a 11,900 pesos en 2030, de esta manera el calendario salarial pronosticado sería el siguiente:
- 2026: aumento de aproximadamente 11.5%, con lo que alcanzaría 310 pesos diarios o 9,300 pesos mensuales.
- 2027: incremento estimado de 7%, llegando a 332 pesos diarios o 9,960 pesos mensuales.
- 2028: alza de 7%, con un salario aproximado de 355 pesos diarios o 10,650 pesos mensuales, equivalente a unas 2.2 canastas básicas.
- 2029: aumento a 380 pesos diarios o 11,400 pesos mensuales, representando alrededor de 2.4 canastas básicas.
- 2030: incremento final de 5%, alcanzando 399 pesos diarios o 11,970 pesos mensuales, con lo que se cumpliría la meta de 2.5 canastas básicas en términos reales.
De esta manera, el principal diálogo entre empresarios y gobierno es garantizar que la capacidad de las empresas para reorganizar procesos sin afectar su continuidad operativa. Para ello, el diálogo entre cámaras empresariales y sindicatos será determinante. Asimismo, se deberá considerar la situación de sectores cuya fuerza laboral opera con esquemas especiales de jornada, lo que podría requerir adaptaciones específicas.