Actitudes de los mexicanos en el trabajo

Actitudes de los mexicanos en el trabajo

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 .  (Foto: IDC online)

Preámbulo
Todos aquellos buscando respuestas para una mejor gestión de la producción, en ocasiones se encuentran con la propuesta de poner en práctica un nuevo modelo productivo. Sin embargo después de varios años de analizar, e intentar materializar  estos nuevos modelos o parte de ellos, la competitividad de nuestro país sigue limitada y la cultura productiva no se acaba de transformar de manera contundente y altamente productiva.

Como parte de las interrogantes y certezas, hoy se presenta a nuestros lectores una reflexión con base en encuestas realizadas a finales de los noventa por especialistas en cultura y valores de los mexicanos.

La guía de reflexión es cuestionar: ¿qué tanto se amolda la psicología del trabajador mexicano con los nuevos modelos productivos, con base en estudios serios y no a especulaciones

La experiencia japonesa enseña que progreso no necesariamente es la derrota de la tradición bajo lo moderno, pues en aquel país fueron los valores tradicionales los que consolidaron su auge, sin ser sometidos por la occidentalización en sus valores.

Psicología del trabajador y productividadEn el ámbito productivo la importancia de los valores es fundamental, ya que de ello depende el sentido de pertenencia, el
grado de responsabilidad así como el compromiso de los trabajadores con la empresa.

Usualmente se consideran como valores modernos: la competencia, productividad, racionalidad, optimismo, progreso,
cambio y tecnología, entre otros. Por definición los valores tradicionales son los opuestos, es decir: cooperación, eficiencia, emoción, localismo, o provincialismo, pesimismo, la aceptación del mundo como es, la estabilidad y artesanía; todos ellos orientados al bienestar de la comunidad más que al individuo.

Nos auxiliamos en el estudio de los valores para comprender la idiosincrasia, comportamiento, actitudes y motivaciones para trabajar de los individuos y los grupos.  A este respecto contribuye también el aporte de la psicología laboral para comprender el comportamiento de los procesos de mejora organizacional.

El hombre tiene la capacidad de transformar la naturaleza y su relación con ésta, la cual se establece a partir del trabajo cuyo producto preexiste en su conciencia antes de producirlo. En función de ello, podemos definir la psicología laboral como una ciencia aplicada de carácter social que, teniendo como eje, al hombre en su medio laboral, intenta explicar los complejos procesos psicológicos desencadenados en la interdependencia de los individuos.

Las organizaciones productivas, definidas como un sistema constituido por un grupo de personas que conforman subgrupos sectoriales, integrados por individuos interactuantes e interdependientes, constituyen un sistema abierto en constante comunicación con el contexto para percibir sus variaciones y adaptarse a sus necesidades, y la principal adaptación se da a partir de la percepción y la motivación.

La organización productiva, plantea la configuración de un grupo humano complejo, que actúa dentro de un contexto deliberadamente constituido para la realización de fines y necesidades específicas.

Podemos decir que la psicología se relaciona con la organización a través de los recursos humanos.

Objeto de la psicología organizacional
La psicología organizacional surge con el objeto de realizar un análisis de las relaciones interpersonales dentro de la organización para optimizar su rendimiento y permitir, de esta manera, una mayor efectividad global. Una organización puede ser fuente de enriquecimiento en el desarrollo personal y promotora del bienestar.

Desde esta perspectiva, el deseo de individuos y organizaciones es el nexo de tales vinculaciones y, en virtud de ello, la organización tendrá por desafío conocer, en cada empleado, cuál es el deseo y las motivaciones que lo hacen permanecer en la organización.

Cultura organizacional La cultura organizacional es el conjunto de filosofías, valores, creencias, ideologías, actitudes, motivaciones y deseos que tienen un significado común para los miembros de una organización y que la distingue de otras. Así como existe la cultura en la organización existe también fuera de la organización y esta también influye, ya que los valores que se crean en ella fijan la base del comportamiento de los individuos.

La cultura deberá cambiar cuando:

  • la organización está en crisis;
  • se produce un cambio en el entorno;
  • la organización actúa en un medio altamente competitivo y cambiante;
  • se produce un alto crecimiento con riesgo de burocratización y confusión por la incorporación de nuevo personal con distintas culturas, y
  • ciertos sectores toman preeminencia imponiendo sus valores sobre los compartidos.
Para que la cultura cambie es necesario hacer un diagnóstico general, obtener una visión compartida y diseñar las acciones necesarias para el cambio. 

Motivación en el trabajo  El nivel del individuo, punto final de la división del trabajo, es el campo de estudio de la psicología organizacional. Un conflicto siempre se expresa a través de los individuos, éstos tienen una personalidad que reacciona subjetivamente ante diversas situaciones. El individuo aspira al éxito psicológico y a la autoestima, por ello, si se desarrollan las actividades esenciales de la organización centradas en el logro de los objetivos, el mantenimiento del sistema interno y la adaptación al contexto, el individuo tendrá más oportunidad de expresar sus potencialidades, experimentar la autoestima y alcanzar el éxito psicológico.

Es preciso recordar brevemente que de acuerdo con la teoría de la motivación de Maslow, se parte de tres supuestos que:
l la motivación es un proceso individual, en el que las necesidades influyen sobre la percepción, los valores, las actitudes y la conducta;

  • las necesidades que explican las motivaciones humanas presentan un ordenamiento jerárquico, siendo más urgentes e intensas las básicas (comida vivienda, salud), y
  • cuando un grupo de necesidades se ha cubierto deja de motivar y el individuo trata de satisfacer las del siguiente nivel y así sucesivamente, siempre en orden ascendente.
Mencionamos brevemente esta teoría de Maslow, ya que es la más utilizada y aplicada como herramienta de gestión en la administración empresarial.

En el caso de México, si realmente queremos progresar debemos olvidar algunas costumbres y tradiciones perniciosas; existe un cierto equilibrio entre los que están de acuerdo y los que están en desacuerdo, respecto a este polémico tema.
Las motivaciones para trabajar, son funciones de los valores individuales y sociales; es aquello que nos motiva para poner un pie en el centro productivo; para satisfacer aspiraciones, para educar a los hijos, y como medio para comer y vivir. Las afiliativas, por otra parte son aquellas que nos impulsan a laborar por alguien o algo pero no por uno mismo, tal como mantener  a la familia, educar a los hijos, comer y vivir. Sin embargo en el caso de la cultura e identidad del mexicano, el complejo de inferioridad induce en los mexicanos un sentimiento de menor valía personal.

Analicemos algunos importantes valores que forman parte de la actitud y las motivaciones en el trabajador mexicano.

Motivación en las empresas mexicanas

Respecto a factores organizacionales, la motivación depende en cierta medida del tamaño de las empresas y de la tecnología utilizada, así como en la percepción respecto de la productividad y esta se basa en gran medida en la satisfacción en el trabajo.

Para los mexicanos, las incitaciones o motivaciones para trabajar son:

  • mantener a la familia;
  • tener dinero;
  • satisfacer aspiraciones personales;
  • para poder educar a los hijos,  y
  • como medio de vida para comer y vivir.
Es preciso anotar que las motivaciones afiliativas, es decir, aquellas que se desarrollan al trabajar por alguien y no por uno mismo, disminuyen al incrementarse el ingreso de las personas, de tal forma que ya en grupo las motivaciones quedan en el siguiente orden:

  • mantener a la familia;
  • educar a los hijos, y
  • comer y vivir.
Como podemos observar, el lugar de trabajo crea en el individuo una jerarquización de valores específica. Así es como se construyen los mecanismos de cohesión y vinculación social que dan estabilidad a la sociedad en un tiempo determinado y que podríamos denominar como comunidad productiva.

Conformismo y satisfacción en el trabajoEl conformismo y la satisfacción con la suerte que nos toca como individuos, son valores asociados a la tradición. Se dice que la religión inculca estas virtudes que si bien contribuyen a mantener la estabilidad social, por ello mismo tienden a diferir el cambio, el progreso y la modernidad. Lo que fue bueno para nuestros padres y abuelos debe ser bueno para nosotros también.

Actitud ante el cambio Los cambios efectivos son lentos, requieren tiempo y esfuerzo. En México, los largos períodos de progreso interrumpido y de paz social, se explican debido a que los ciudadanos son más pasivos que activos; desean el cambio y el desarrollo, están dispuestos a correr riesgos, aunque no logren su propósito, y hemos de subrayar esencialmente se hallan satisfechos con lo que logran sin esperar mucho más de su patrón o empleador.

La mayor parte de los mexicanos, sienten que las verdaderas transformaciones son lentas y cuestan trabajo. Nuestra cultura nacional, aprecia en alto grado la estabilidad y el progreso paulatino. Por ello las crisis o diferencias generan conflicto, pero no desembocan en fracturas o violencia, sino en cambios que permiten sentar las bases de una nueva época de crecimiento firme y sostenido.

Postura ante cambios a la ley laboralRespecto a la necesidad de modificar las leyes laborales, el mayor porcentaje de los que desean un cambio para propiciar la productividad y proteger mejor al trabajador; se refiere a las personas con mayor escolaridad y mayores de 30 años; la mayor oposición a un cambio en las leyes laborales se  encuentra entre aquellos trabajadores que ganan entre uno y dos salarios mínimos, carecen de mayor formación y son menores de 30 años: existe una percepción de la protección de las leyes a ciertos derechos laborales seguros y heredados, de ahí que busquen conservarla.

Visualización del Individuo en equipo de trabajo
Nuestra cultura ubica en los individuos, más que en el grupo, la capacidad para lograr el progreso. La percepción es de que se requiere que la gente trabaje duro, como forma de acelerar el desarrollo de México, sin embargo, existe la percepción de que los empresarios no jalan al parejo que los trabajadores; muchos trabajadores, así como desconfían de su sindicato; también desconfían de su patrón. La actitud negativa que más es reprobada a nivel individual, así como en un grupo, es aquella de los que se aprovechan de otros como forma de avanzar en el trabajo.

Características del Liderazgo
Respecto a liderazgo, es una relación en la que entran en juego pasiones y deseos, necesidades y valores, principios morales e intereses creados, así como ambición y altruismo. Los mexicanos están de acuerdo en cinco cualidades esenciales de liderazgo en el trabajo:

  • honradez;
  • sinceridad;
  • capacidad para resolver problemas;
  • ser trabajador, y
  • comprometerse con su labor.
Posteriormente se encuentran la percepción de ser imparcial, sacrificarse por los demás y establecer buena relación con la gente.

Lamentablemente en la cultura y actitud del mexicano se reconoce que la idea de liderazgo no es homogénea; esto significa, que las expectativas de unos, casi siempre se satisfacen a costa de frustrar las expectativas de otros; lo que pone en entredicho el concepto de comunidad en la empresa.

Lo anterior, se refleja finalmente en que los trabajadores desean como líder a un hombre trabajador. Muy aparte, los que toman decisiones (directivos) desean un líder con capacidad de tomarlas. Ello habla de la fuerte y elevada desconfianza entre patrones y trabajadores directos.

Remuneración y trabajoPor supuesto que un tema controvertido es el papel que juega el salario en la motivación laboral. La estimación tan elevada  del dinero implica la necesidad de revisar las políticas salariales y definir las que sean pertinentes con la redistribución de valores, producida en los últimos años.

Todos los que trabajamos definimos nuestro camino hacia el progreso a través de creatividad, innovación cooperación y entusiasmo, valores que destacan en la medida que son mayores los ingresos de las personas.

El respeto y cuidado al hacer las cosas se demeritan por sentir que pueden ser responsabilidad de otro. La lealtad, destreza, y constancia resultan importantes, pero en menor medida que el dinero.

Por lo anterior, conviene analizar las percepción de la remuneración y su relación con el trabajo desempeñado, por tipo de tarea, ingreso y sexo.

Aunque poco más de la mitad de los trabajadores han expresado estar mal pagados, y sienten merecer más, ello genera un sentimiento de insatisfacción laboral.

Aunque por otra parte la insatisfacción también ocurre cuando la remuneración es considerada como apropiada; todo lo cual muestra la limitante que presenta la remuneración como elemento motivacional.

La orientación del trabajo por dinero, que lleva a un mayor individualismo, se atenúa por la inquietud fundamental de mantener a la familia que se puede volver preponderante.

Podemos afirmar que el mexicano, percibe al trabajo más como medio y ha asimilado valores modernos que implican un alta estima del dinero y del consumo.

Es muy importante mencionar que el estudio de la psicología del mexicano es básica para comprender el comportamiento en el trabajo tanto del patrón como del trabajador y de esa manera diseñar programas de desarrollo verdaderamente elaborados ex profeso.

Lo anterior nos demuestra que los programas de administración y de motivación de ninguna manera deberían ser copiados, calcados y extrapolados de tal suerte que solo los entienden los consultores, y nadie más, teniendo resultados desfavorables en la gestión diaria del proceso de trabajo. Por ejemplo si la cooperación es fundamental para el trabajador, no lo es igual para el patrón, ya que para él es más importante ser obediente, ser cuidadoso y ser leal. El patrón y el empleado, estiman, antes que nada satisfacer sus aspiraciones.

Concepto de un buen trabajador mexicano
Los primeros rasgos que distinguen a un buen trabajador, en la psicología del mexicano son: orden e inteligencia; las mayores discrepancias acerca de lo que es un buen obrero se registran en cómo se percibe la lealtad, obediencia, cuidado y la creatividad. Para los mexicanos sin duda la responsabilidad es el principal atributo en un buen trabajador le sigue el carácter de activo y después orden, inteligencia y puntualidad.

Algunos aspectos que determinan la personalidad se aprecian cuando no se tienen y ya que se tienen se les da poca importancia real para ser o estar mejor en el trabajo tales como: educación, capacitación, puntualidad, colaboración lo que al parecer refleja que son aspectos poco motivados o estimulados por los empleadores.

Perdura en el trabajador mexicano el síndrome de explotación, de dominio, o de subordinación, lo que orienta a la mayoría de los mexicanos a una orientación de súbditos. Aunque los mexicanos aceptan, admiran y se identifican con las figuras poderosas, no quiere decir que necesariamente disfrutarían con una dictadura.

De lo anterior se deriva una actitud de ?acátese pero no se cumpla; u obedezco, pero lo hago a mi manera?, como actitud de rebeldía, oposición subrepticia o resistencia no declarada. Principalmente por considerar que la opinión del trabajador direto no ha sido tomada en cuenta.

Es claro que la figura del chismoso en el trabajo, es la más repulsiva para los mexicanos, ya que los dos sexos, en todas las regiones y ciudades le otorgan el primer lugar en cuanto a la actitud que más molesta de una persona. Sin embargo para los de mayor ingreso es más repulsivo ser traidor, después chismoso, después ser mentiroso y al final ser lambiscón o barbero.

Un aspecto importante es que los mexicanos tenemos alta estima por la propiedad privada, no sólo por ser generadora de riqueza, sino por satisfacer necesidades básica, como seguridad y pertenencia. La mayoría de los mexicanos, (patrones y trabajadores) consideramos a la agresividad e independencia como características no deseables en un buen trabajador a pesar de que es usual asociarlas con la modernidad de competencia que promueve el desarrollo económico. Al parecer lo que ocurre es que nuestra modernidad en el trabajo sigue esperando que sea diferente al modelo estadounidense.

Concepto de un buen compañero de trabajo
El marco de referencia para determinar o calificar lo que es un buen trabajador, difiere del que sirve para definir un buen compañero de trabajo. Esto no quiere decir que una persona cambie instantáneamente sino que el eje del sistema de valores  a partir del cual se jerarquizan, se articulan y se perciben tiene raíces diferentes, así como un ángulo de percepción distinto. Aquí partimos de la circunstancia no sólo de ser trabajador, sino ser compañero; el compañero o nuestro compañero.

Un buen compañero de trabajo reúne cinco atributos:

  • honradez;
  • amigable;
  • cooperativo;
  • confiable, y
  • trabajador.
Estos atributos son los que al mezclarse en la labor diaria hacen que consideremos a alguien como un buen compañero de trabajo.

En otro extremo se le considerará un mal compañero de trabajo, a alguien que no solo no cumpla con lo anterior, sino que además le desagrade que un compañero de trabajo sea sacrificado, bromista, indiferente o exigente. La cualidad de sacrificio ocupa el último sitio en una lista de doce opciones respecto a lo que se admira de un compañero trabajador: el sacrificio por el sacrificio mismo no tiene ningún sentido.

Aunque es cierto que se tiene la percepción de que el sacrificio y el esfuerzo compartidos son positivos, siempre y cuando, exista un desarrollo económico, que se refleje en bienestar material de los que tienen menores ingresos.

De lo anterior nos damos cuenta que el concepto de comunidad productiva puede ser banal o hueca si no se sustantiva con elementos que realmente favorezcan la percepción de esa comunidad humana productiva atendiendo a las motivaciones de cada grupo y anhelos de satisfacción en cada segmento productivo, llegando en ocasiones a valores de común importancia como puede ser por ejemplo el de responsabilidad, el cual es valorado casi en igual proporción por trabajador y patrón.

ConclusiónLograr patrones de conducta y comportamiento hacia la productividad y un trabajo decente es el gran reto de los mexicanos, no solo en las condiciones reales, sino incluso como cambio de la percepción en la psicología de los mexicanos. Se observa un sector moderno que está dispuesto al sacrificio en aras del desarrollo contra un sector tradicional, que se ha sacrificado por mucho tiempo sin ningún reconocimiento o beneficio. Es claro que la mayoría de los mexicanos desean mejorar su calidad de vida y lograr un desarrollo más pleno, que están dispuestos a pagar con dedicación compartida y poner su máximo esfuerzo, pero la distribución inequitativa del sacrificio y los beneficios cancela rasgos que tienen quizás, raíces milenarias.

Así las cosas en lo que tiene que ver con el trabajo, ha sido, es y será diferente al modelo estadounidense, por lo que no es posible aplicar fórmulas de otros países de manera automática, yuxtaponiéndolo de manera artificial, y excluyendo el pasado y el presente del contexto que da la identidad específica y singular al trabajador mexicano.