En México, sólo 4 de cada 10 personas mayores reciben pensión contributiva, la cual es una remuneración exclusiva para quienes trabajaron en el sector formal y contaron con seguridad social, señaló la académica del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), Isalia Nava Bolaños, que detalló, esto corresponde al 41.5% hombres y 25.4% mujeres.
En la conferencia “La seguridad económica de las mujeres en edades avanzadas” de IIEc, la experta expuso que el 21% de la población en el país tiene entre 65 a 74 años, y de estos, el 54.4% son mujeres y 45.6% hombres, sin embargo, aunque en número ellas son más y tienen una esperanza de vida mayor, cuando se ingresos se trata reciben menos.
Bolaños añadió que el derecho que otorga la seguridad social a los adultos mayores muestra una clara desigualdad entre los géneros, debido especialmente a las características con las que ellas llegan a la vejez, como las dificultades para ingresar a la escuela y permanecer en ella, lo cual conlleva a menores niveles de escolaridad y más obstáculos al incorporarse a la actividad laboral.
Las cargas de trabajo doméstico y de cuidados que históricamente han recaído en las mujeres es otro de los impedimentos que las ha frenado de desarrollarse profesionalmente y por ende, acumular recursos para una pensión, y las que logran ingresar al mercado laboral formal, tiene pocas posibilidad de encontrar empleos bien remunerados.
Pensión contributiva, ingreso fundamental de las mujeres
Nava Bolaños comentó que la brecha de ingresos de las mujeres se ubican en el trabajo independiente, “que las coloca en condiciones de desigualdad”, sin embargo, una pensión no contributiva las coloca en mejor situación.
La académica de IIEc reconoció que hay una parte de las mujeres que reciben una pensión contributiva como dependientes económicos, es decir, por viudez, y no como sujetos de derechos, por ello es que “pensiones no contributivas como del Bienestar de los Adultos Mayores, adquieren relevancia dado el panorama que enfrenta esta población en edades avanzadas”.
No obstante, existe una desprotección en términos de ingresos económicos para las mujeres de edad avanzada que son vulnerables ante la falta de una cobertura general por cuestiones administrativas y retraso en la entrega de credenciales a los beneficiarios, un tema alarmante dado que “existen personas que prácticamente dependen de ese ingreso”.
Por lo anterior, la experta señaló que es necesario visualizar la situación del país en los próximos años, pensando en que los jóvenes de hoy serán los viejos que enfrentan condiciones de desventaja y precariedad en el mercado laboral, por ello puntualizó que se debe consolidar la cobertura total de las pensiones no contributivas.