En México, la actual organización social del cuidado es desigual, pues de los 22 millones de cuidadores principales (quienes brindan el cuidado más importante e intenso), el 87% son mujeres y el 13% hombres, advirtió el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Detalló que este desbalance repercute en una menor participación laboral femenina, pues de las cuidadoras principales, el 51% son económicamente activas, mientras que el 83% de los hombres lo son. Esta diferencia sugiere que los hombres mantienen su relación con el mercado laboral, mientras que, para las mujeres, cuidar se convierte en una ocupación de tiempo completo.
Además, el 51.6% de las cuidadoras principales estudiaron hasta educación básica, mientras que el 48% de los cuidadores principales lo hicieron. Proporcionar capacitación y oportunidades de formación específica a las personas cuidadoras es esencial para elevar la calidad del cuidado que brindan y profesionalizar las tareas de cuidado.
Frente a una sociedad que envejece, se requiere impulsar una mayor incorporación de las mujeres a la actividad laboral. Una nueva organización social del cuidado implica políticas públicas que reduzcan, redistribuyan, reconozcan, remuneren y representen los cuidados. Ante ello, planear e implementar un Sistema Nacional Cuidados es una tarea pendiente e impostergable para la siguiente administración.
¿Qué tanto le importa esta desigualdad a las finanzas públicas ?
En el documento ‘Una nueva organización social del cuidado. Reconocer, reducir y redistribuir los cuidados’, el CIEP refirió que el presupuesto para cuidados aprobado para 2024 es de 44,870 millones de pesos (mdp), cifra 21.7% menor a lo ejercido en el mismo rubro en 2017.
Detalló que este presupuesto se divide en 12 programas presupuestarios que contribuyen a las labores de cuidado de la primera infancia (en quienes se concentra el 49.5% del presupuesto a través de centros de atención del IMSS, ISSSTE y la SEP):
- niñas, niños (31.3%)
- adolescentes (17.2%)
- personas con discapacidad (0.1%)
- mujeres e hijos (1.1%)
- adultos mayores (0.8%)
“Este presupuesto no incluye las pensiones para personas adultas mayores y personas con discapacidad, ya que su objetivo no es permitir que la población acceda a servicios de cuidado”, señaló el organismo.
Asimismo, recalcó que la reducción del presupuesto para cuidados se relaciona con la eliminación de las escuelas de tiempo completo y el seguro de vida para jefas de familia, así como con el cambio de las estancias infantiles a transferencias monetarias a las familias. Acciones que no contribuyen a reducir y redistribuir los cuidados.