Un porcentaje importante de los más de 10 millones de personas mayores que viven en el país sigue trabajando “hasta que el cuerpo aguante”, pues las pensiones y transferencias institucionales que perciben cada mes son muy bajas, explicó la titular del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV), Verónica Montes de Oca.
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Pese a la edad o a tener una jubilación una parte significativa continúa laborando en actividades económicas no formales o en el subempleo, lo que refleja la necesidad de ver al envejecimiento no como una situación catastrófica ni de deterioro -pues ellos siguen contribuyendo a la economía nacional-, pero como con todo grupo etario, “se debe luchar por que alcancen condiciones más equitativas y una vida digna”, apuntó Montes de Oca, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS),
Asimismo recordó que el principal recurso económico del que dispone este sector es el apoyo familiar o de la comunidad, y sólo el 25% es beneficiario de una jubilación o pensión económica.
Otras condiciones estructurales en el país –como pobreza, desempleo y falta de cobertura universal de salud– hacen que un 20% de la población adulta, en promedio, sea dependiente de sus familiares por las condiciones de morbilidad múltiple (diferentes enfermedades) que desarrollan.
Los retos en esta materia son:
- ratificar la Convención Interamericana para la Protección de los Derechos de las Personas Mayores
- establecer la cobertura universal de salud que atienda todas las enfermedades
- replantear el sistema de pensiones
- estimular a las familias y comunidades a establecer mecanismos de inclusión y participación directa de este sector en la toma de decisiones.
En este aspecto, la investigadora subrayó que en muchas comunidades esto ya se hace “pues son la autoridad y tienen la experiencia”.
Por último, Marissa Vivaldo, también integrante de la Unidad de Investigación en Gerontología de la FES Zaragoza, resaltó que tanto la Unidad como el SUIEV buscan evitar la geriatrización del envejecimiento: ni todas las personas mayores están enfermas ni requieren servicios médicos de alta especialidad.
“Los problemas de salud en general de la mayoría de los viejos pueden resolverse en el primer nivel de atención”, recordó.