La península de Corea formaba parte del imperio japonés hasta el final de la Segunda Guerra Mundial fue dividida por los Aliados en dos zonas de ocupación (el su era estadounidense y el norte soviético), ello con base en el paralelo 38.
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Una vez concluida la ocupación cada uno instauró su propio gobierno, lo cual provocó que la unificación de la península no se concretase y propició una guerra que duró alrededor de tres años e implicó la intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de distintos países occidentales apoyando al sur y a la China comunista sustentando y combatiendo del lado del norte.
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Cada una se ha ostentado como la verdadera “Corea”, la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) y la República de Corea (Corea del Sur), y durante la Guerra Fría se vivió una situación similar a la de Alemania, pues para el mundo comunista “Corea” era el norte, mientras que para la mayoría de las naciones el sur era reconocido como el único estado coreano.
Al fenecer el conflicto entre Oriente y Occidente, Corea del Norte aún es comunista y ha recibido diversos bloqueos económicos, no solo por parte de los Estados Unidos sino también del Consejo de Seguridad de la ONU o de países como Japón e incluso México.
Ello ha derivado en que el Sur prospere y sea una potencia a nivel tecnológico y comercial y el Norte sea un estado aislado y represivo.
Pese a los cambios de régimen en ambos lados y a las constantes negociaciones e intervención de diferentes actores y gobiernos, la unificación de Corea sigue sin concretarse y ambos bandos siguen en lucha por saber quién prosperará sobre el contrario.
Este es un caso más de cómo el nombre oficial puede ser motivo de discordia en el contexto internacional. Si desea saber más sobre lo relativo a los nombres oficiales, se recomienda la lectura de la nota “Nombre oficial: ¿tensión comercial?”, de la edición 447 de fecha 31 de agosto de 2019, de venta en Sanborns y VIPS.
