El libre comercio no solo no trajo el crecimiento y desarrollo esperados para nuestro país, sino todo lo contrario, abrió una brecha que se sigue ensanchando entre México y Estados Unidos, denunció el académico de la Facultad de Economía de la UNAM, José Benjamín Lujano López.
Durante este periodo de liberalización y auge exportador, recalcó, se ha generado una gran divergencia entre los países que ratificaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero en particular con la economía de los Estados Unidos. “Entonces esa convergencia que se repitió como mantra durante muchos años nunca sucedió”; más bien con el tiempo ocurrió todo lo contrario.
Por su parte, Rogelio Madrueño Aguilar, catedrático de la Universidad de Bonn, Alemania, enfatizó que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en primera instancia, puede considerarse como un esquema comercial exitoso de acuerdo con las necesidades de la región de Norteamérica, pero desconectadas de las fuentes de crecimiento y desarrollo para nuestro país.
Señaló que México se ha convertido en una especie de tercer país seguro, como facilitador de producción de América del Norte y una puerta de entrada a ese gran mercado regional. Por ello, consideró que es importante abrir la discusión sobre la política industrial nacional con el fin de dirigir los esfuerzos hacia la “economía verde”, en la que el Estado tendrá una mayor intervención para eliminar riesgos en las inversiones.
Por lo anterior, Lujano López apuntó que sería absurdo que los países en vías de desarrollo no aprovecharan las oportunidades derivadas de los mercados mundiales que portan tecnología y capital, pero tienen que comprender que la globalización no es un atajo al desarrollo.
Afirmó que los gobiernos necesitan sustentar un plan de crecimiento apoyándose en inversores e innovaciones institucionales domésticas: “Se espera que, en el futuro, las economías latinoamericanas renuncien a la estrategia de desarrollo actual, y adopten una nueva ruta que conceda una importancia equilibrada a los mercados domésticos y los externos, así como a las políticas de promoción de exportaciones y a la sustitución de importaciones”.
Ximena Valentina Echenique Romero, profesora de la Facultad de Economía, al hacer un recuento de los impactos del T-MEC sobre el financiamiento para el desarrollo de México, comentó que nuestro país sigue teniendo una gran dependencia productiva que quedó en evidencia tras la pandemia de la Covid 19, porque hay una cadena de suministro a la estamos subordinados financieramente en el ámbito internacional.
“Cómo vamos a financiar el desarrollo que considera el problema de pobreza, de recursos naturales, de trabajo decente, de industria e innovación, así como de instituciones sólidas, a partir de un motor industrial que opera con estructuras oligopólicas”, señaló. Para hacerlo se tendrían que cambiar las estrategias de mercado y del proceso de intercambio de mercancías a nivel mundial, concluyó.